Dos personas.
Dos mundos opuestos.
Una relación falsa.
Una noche de fiesta ha bastado para dar un giro impredecible en la vida de Nicole Carson y Maximiliano Dimitriou, una estudiante universitaria y un magnate hotelero.
Uno nunca se ha enamorado y...
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Desde que firmé el contrato con Maximiliano no he salido todos los días de su suite. Mis amigos empiezan a odiarme por ello, pero es que no puedo simplemente decirles que es parte del acuerdo.
Justo ahora Rebecca me viene reclamando como es que no paso nada de tiempo con ninguno de los dos. Le doy la razón en parte, porque si yo estuviera en su situación, me sentiría igual.
—¡¡ESTÚPIDAS!!
Estacionado a un costado de la banqueta, vemos a Dominic soltar y gritar para llamar la atención de ambas.
No me sorprende que algunas personas que pasan por nuestro lado nos ven con cara de raritos. Eso es mejor a que me vean con cara de: "¿En serio estás saliendo con alguien como Maximiliano Dimitriou?". Y eso que aún no lo hemos afirmado a la prensa.
—¡¡Estúpida!! —Becca me entrega los libros que trae en brazos para ir detrás de Dominic y colgarse de él como si llevaran años sin verse. Lo peor de todo es que se vieron esta mañana.
Llego a ellos riendo.
—Cuánto escándalo hacen —abrazo a Dominic.
—Alguien no me ha extrañado. Ya me cambio por otro, la muy maldita —suelta con su vocecita de indignación.
—Dominic, claro que te extrañé —lo abrazo más fuerte, apretando su cuello en exageración.
—¿Quién no me va a extrañar? O sea, soy el loco de las tres.
Nadie tiene el ego tan elevado como Dominic Luther.
—Seguro —río.
Los tres subimos al coche de Dominic, puesto que él ha sido quien nos trajo a la universidad porque el carro no quería encender.
Mi papá fue a revisarlo y ha dicho que está listo para volver a andar por las calles, aunque comienzo a creer que va a ser más fácil comprar uno nuevo. El problema es que no hay suficiente dinero para comprar uno.
No pienso mencionar esto en voz alta que Maximiliano es capaz de comprarme uno con la justificación de que son regalos necesarios.
—Oye, ¿cómo va todo con Maximiliano? —pregunta Dominic.
—¿Mande? —me hago la desentendida.
—¿Cómo va todo con Maximiliano?
—Oh, bien. Supongo —me encojo de hombros.
—Querrás decir que va muy bien porque, por los pasados tres días, no has dejado de salir con él.
—Es solo en plan de amigos.
—Si, si, amigos —Becca se ríe.
—No quiero precipitar las cosas, chicos.
—Sé que no, pero con eso de que se ven todos los días, es más que obvio que quiere algo serio contigo —dice Dominic.
