La suave brisa entra por la ventana mientras conduzco, la calle está despejada, la noche ha caído, deben ser como las once o un poco más, volteo cuando es posible solo para mirarla, tiene la cabeza inclinada hacia afuera, sus perfectos dientes brillan sin iluminación en su encantadora sonrisa, su cabello parece una cortina azotada por el viento, indomable. Es imposible no fijarme en como la brisa agita su blusa, trago fuerte al ver el principio de esos pechos tan morenos y redondos, que me han enloquecido por tantos años.
Ella se ha dado cuenta, me mira con fuerza y seducción y sin más coloca su mano en mi ya excitada entrepierna, mueve la mano con delicadeza, suspiro ante ese tacto que tanto he extrañado y ante ese cegador deseo de poseerla.
-Para aquí-dice con voz ronca, me estacione en el mismo hotel en el que hace unas horas me despedí de Maisa, parece una fiesta, iluminado, bullicioso y musical.
Estaciono en el estacionamiento, me acomodo la erección, siento mis pupilas dilatarse, con prisa nos bajamos, me toma de la mano sonriendo pícaramente. El encanto de la complicidad.
La recepción está repleta de personas, con desespero espero mi turno, pido la habitación más grande del noveno piso, el ascensor está solo, nos besamos mientras escuchamos el sonido que indica que cada vez estamos más cerca de nuestro objetivo, las puertas se abren, nos separamos tomando aire, ella va delante y yo por mero instinto poso mis manos en sus nalgas, se siente tan bien.
Abro la puerta, me toma de la mano y me sienta en el sofá, besándome, siento escalofríos en todo el cuerpo, le quito el velo, con desespero la siento encima de mí.
-¿Quieres ver?-pregunta frotándose encima de mí, asiento, se quita la blusa y el sostén, dejándome ver sus pechos, sus pechos, mis pechos, siento mis ojos abrirse ante esos pezones y esa forma redonda. Sin más me abraza frotándolos por mi cara.
No puedo pensar en otra cosa que no sea hacerle el amor, con desespero bajo su falda y sus bragas nalgueándola, mientras le chupo los pezones, cuando la oigo jadear, busco entre sus nalgas su intimidad agito la mano, la oigo gemir, balanceo mis caderas solo para buscar mas fricción, ambos gemimos cuando siento mi pantalón mojarse con sus fluidos.
-Levántate-ordeno-¿Qué?-replica-Solo hazlo-ordeno poniéndome de pie.
-Abre las piernas-digo contemplando su sensual sexo- Mas, hasta donde puedas-digo quitándome con rapidez la ropa, dejando ver mi erección, ella no puede quitar los ojos de encima, cosa que solo me pone más.
Me pongo de rodillas, coloco cada pierna en mi hombro y lamo con desespero, con las ganas reprimidas de tantos meses.
-¡Said! ¡Ahhhhh, Said!-gime frotándose en mi cara, cierro los ojos, siento como palpita, como su clítoris esta hinchado en sangre, sin más le pego con las palmas de los dedos, paro y meto varios dedos a la vez, ella se toma las piernas gritando de placer.
-¡Sigue! SAID AHHH ¡Allah!-dice sudando, su cuerpo está caliente, excitado estrujo los labios en su intimidad, oigo su grito final acompañado de un temblor físico general y sus fluidos me caen por toda la cara. Abro los ojos para limpiármelos, cuando la miro esta respirando agitadamente con las piernas extendidas. Siento mi pene gotear al ver como sigue chorreando y como tiene empapado el sofá de cuero negro.
-Sígueme-dice tomándome de la mano, me guía hasta la cama, me acuesto.
Se pone en posición de perrito a mi costado, lo empieza agitar, sin más empieza a chuparlo con los ojos cerrados, cierro en los ojos mientras tiemblo, esto es demasiado placer. Siento que hoy estoy viendo el paraíso terrenal. Al abrir los ojos me encuentro una imagen que no solo me excita sino que agita mi felicidad, Jade lo está disfrutando, tiene los ojos cerrados, esta entregada a esta lasciva, se ve tan devota a darme placer.
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Mas allá de la opresión del velo-(Jade y Said) (Corrigiendo)
FanfictionJade y Said empiezan desde cero, donde desde la opresión de aquel velo que le arrebato su libertad, sus sueños, que en colores encantadores y brillantes joyas se llevo sus años, su juventud, su gran amor. Donde ambos son felices donde Jade empieza a...