Capítulo veintiséis.

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–¡Bloo! –grité mientras caminaba lo más rápido que me lo permitían las muletas.

A medida que me adentraba en el callejón, podía divisar las bancas esparcidas en el piso, reduje la velocidad de mis pasos y mi cabeza retumbaba con el sonido del latido de mi propio corazón, temía buscar más con mi mirada y encontrar a Bloo tirado en el piso sangrando.

Di uno... dos... y tres pasos temerosos hasta que finalmente pude ver a la espalda de Bloo o mejor dicho su platina cabellera, su mano mantenía estrujado el suéter de Jimin en la parte del cuello y lo aprisionaba contra la pared.

–...no voy a contenerme y voy a matarte ¡¿Entendiste?! –gruñó Bloo.

–¡Tu no vas a decirme a quien puedo acercarme o no! –respondió Jimin sonriendo cínicamente, pero se podía ver dolor en su expresión.

–Bloo... –lo llamé para advertir mi presencia.

Él regresó su mirada hacia mí con una expresión de sorpresa y Jimin aprovechó la distracción para empujarlo y al librarse del agarré lanzó un puñetazo hacia la boca de Bloo.

–¡ah! –grité y caminé hacia Bloo.

–Golpeas como niña –burló Bloo manteniendo sus dedos en la comisura de su boca.

–¿Sí? –cuestionó Jimin–. Pues ese golpe de niña te hizo sangrar.

Bloo retiró los dedos de su boca y los miró, era cierto, estaba sangrando, pero su sonrisa se mantenía, él y yo sabíamos que ese lado de su boca ya estaba lastimado, aquel golpe solo abrió la herida.

–Te dije que no tenías de que preocuparte –mencionó Owen al llegar y se posicionó junto a Bloo–. ¿Terminaste?

–No –respondió Bloo dando un paso hacia Jimin.

–¡Basta! –grité interponiéndome.

–¿Estás defendiendo a este idiota? –cuestionó Bloo con notable indignación.

–No lo estoy defendiendo. Créeme que me gustaría partirle la cara con mis propias manos, pero no puedo hacerlo porque lo necesito.

–¿Que? –cuestionaron Bloo y Owen con la misma expresión de confusión.

Suspiré sonoramente inflando mis mejillas y rodeé mis ojos.

–Tengo que hacer tarea con él... les explicaré luego, por ahora... váyanse.

–Pero vinimos para llevarte a casa –Owen se cruzó de brazos y me miró con enojo.

–Tengo que ir a la casa de... él... –musité avergonzada.

–¡¿Qué?! –Bloo me dedicó su mirada atemorizante y ceja altiva–. ¿Estás hablando en serio?

–Les explicaré después... Por favor. ¿Sí? –supliqué con la mirada.

–Vaya mierda... –se quejó Bloo mientras pateaba una banca furioso. Me miró una vez más negando con su cabeza como si estuviera decepcionado de mí y se fue.

–Owen... –musité.

–Está bien –Owen asintió con la cabeza–. Esperaré a que me expliques después, pero... ¿crees que sea buena idea ir a la casa de este sujeto? –miró a Jimin por encima de mi cabeza.

–¿Acaso crees que la voy a violar? –gruñó Jimin–. No soy un delincuente. Además, tengo gustos más exigentes.

Owen y yo mofamos ante tal comentario.

–No quiero dejarte ir con este sujeto, pero confío en que sabes defenderte –miró a Jimin–. Ten cuidado con lo que haces ¿Entiendes? –amenazó Owen mientras chocaba su puño contra la palma de su mano contraria.

RUDEWhere stories live. Discover now