-Pues...- me dijo sin mirarme, y aun que no lo veía se le notaba que estaba nervioso porque tenia aquel gesto de rascarse la nuca cuando lo estaba, (si me he fijado, pero lo hago con todo el mundo, bueno con casi todos, no me juzguen no soy perfecta).
-Dimelo ya no me tengas con esta maldita intriga, quiero saber porque me mientes, porque me tratas así y porque lo de tus putos cambios de humor, eres peor que una chica, hasta me das miedo- dije yo seria pero a las vez intentaba calmar este aire tan tenso, y al parecer funciono, bueno un poco por que el cara de sapo sonrío con mi último comentario, pero no duro mucho porque se volvió a poner muy serio.
-Te lo voy a dejar claro Madison- me dijo nuevamente mirándome a los ojos -Nose lo que me pasa contigo solo siento que debo protegerte, que debo estar a tu lado, pero hay algo que me lo impide y nose lo que es, siento que te conozco de hace mucho tiempo, pero que nose como debo tratarte, porque hay momentos en los que estoy feliz, hasta que te veo, cuando estas con alguien que no soy yo siento celos, y cuando no estas con nadie pena, cuando lloras siento dolor, y cuando sonríes estoy mas feliz que nunca, cuando te enfadas me siento culpable, y cuando haces alguna tontería aun que no tenga que ver conmigo me da rabia, es como si tu fueras el centro de mi mi universo y tal vez lo seas pero nolose cuando tu estas cerca hago locuras o digo cosas que no debería siento cosas que ni sabia que sentía, tu eres la culpable de que me vuelva loco en tan poco tiempo...- me dijo muy serio y sincero, tenia algo en su mirada que no sabia el que era (tranqui que ni yo sabia que un idiota llegara a pronunciar nunca esas palabras tan... skfhkhfghliuhghfgyg... ¿me explico?) en ese momento en el que iba a continuar entro una chica a la que no había visto en mi vida.
-Siento interrumpir, pero el director te espera- me dijo la chica dulcemente.
-Si, gracias...- le dije y continuación di un pequeño salto para quedar en el suelo y me encamine hacia la puerta para ir con aquella chica, pero apenas di tres pasos y sentí una mano agarrar mi brazo.
-Puedes irte yo me ocupo de que vaya hacia la dirección aún tengo que terminar de limpiarle bien esa herida- le dijo a la chica sin mirarla, esta sólo asintió y se marchó, cuando se fue dirigí mi mirada hacia la mano que me agarraba mi brazo, pero que de pronto con una gran agilidad de su parte ahora me encontraba junto a él y esta vez con sus manos en mi cintura, podía sentir su respiración contra la mía su aliento era un agradable olor a menta y su perfume era tan delicioso y cautivador que se me hacía irresistible.
-Te tendría así siempre- me dijo el dándome un suave y delicado beso en el cuello cosa que me hizo estremecer y serrar los ojos inconscientemente (Dioses pandicornios ayudenme a no perder el control).
-Dani...debo...irme...a...a...-dije sin evitar tropezar con cada palabra que salía de mis labios, sentí como sonreía entre mi cuello mientras daba una ligera mordida en él.
-Dani, para...porfavor- le dije dándole un suave empujón y saliendo de su agarre.
-Madison, lo ciento- me dijo una vez que ya estaba a mi lado (ya yo también pienso que tiene superpoderes de teletransportacion, soy normal lose)
-Deja de hacer eso-le dije un poco irritada sin dejar de caminar y sin mirarlo.
-¿El que, lo de besarte?- me respondió este un poco divertido y enarcando una ceja.
-No imbécil, deja de pedirme perdón por todo- le dije dejando de caminar y mirandolo seríamente por unos segundos, después continúe con mi camino hacia la oficina de el director con Dani a mi lado y como no, un silencio muy incómodo, unos minutos después llegamos.
-Hola Carmen- le salude a la secretaria del director.
-Buenos días chicos, sientense un momento hasta que les avise- nos dijo esta amablemente, yo y el cara de sapo le hicimos caso y nos sentamos en uno de los sillones rojos que habían en aquella especie de sala/pasillo. Minutos después aparecieron el director con Viky, y como no, ella y sus lágrimas de cocodrilo.
-Señorita- dijo el director haciendo un gesto con el dedo dandome a entender de que pasará a su despacho, yo le hice caso y entre mientras que este cerraba la puerta detrás de mi.
-toma aciento porfavor- me volvió a decir él, hice lo que me pidió y sólo miraba sin decir nada.
-Bien...dime que es lo que te a estado pasando estos días- le mire confusa y seguía sin decir nada
-Me han informado de que últimamente has estado como muy rara, ¿tal vez nerviosa, triste quizá?¿que es lo que te preocupa Madison?¿porque te comportas de esta manera?¿acaso tienes problemas?-hacia tantas preguntas a la vez que no sabía ni como responder, esos sentimientos raros volvían, pero no eran esos sentimientos de mariposas y arcoiris, si no esos sentimientos melancólicos, tristes, sentimentales....
-Yo...- (no puedo más tengo que sacarlo, ya no puedo ocultarlo, necesito desahogarme) sin más partí en un gran llanto, mis lágrimas caían sin parar, aquellas imágenes, aquellas palabras, y de pronto simplemente lo solté.
Flashback.
Fue aquel día en el que fui a ver por primera vez desde hace mucho tiempo a mis padres. Mientras yo lloraba desconsoladamente junto a la tumba de mis padres sentí que alguien se acercaba lenta y cuidadosamente.
-Buenos días señorita Madison- levante mi vista y aún con lágrimas en mis ojos le dije a ese gran señor que siempre andaba con traje y maletín.
-¿qué...qué esta... haciendo aquí?- le dije con la voz muy rota.
-Vine a hablarle sobre algo que me he enterado hace poco y es muy importante que lo sepa- me comentó el seríamente, yo sólo lo mire para que continuara
-Mire señorita Madison aún nose como decirle esto, ya que cuando yo me enteré me sorprendio mucho y nose como le pueda afectar...-Le mire extrañada mientras me paraba lentamente para quedar mejor a su altura (bueno casi, obviamente el era mucho más alto que yo, como casi todos)
-Nose que será, pero ya no creo que me afecte más de lo que me a afectado la muerte de mis padres- le volví a responder tristemente
-yo nose como se lo tome pero lo que me cuesta tanto decirle es que.....
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La historia de mi vida
Teen FictionPrólogo: Dicen que cuando llega el amor todo cambia, pues yo tuve que averiguarlo de una manera no muy buena. Yo, una chica de mediana estatura, ojos marrones, pelo largo y castaño, con piel morena; en fin, una normal y corriente que no solía creer...