Mi Historia comienza..

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Hace ya unas semanas es así.

- Un, dos... respira... A-Aah!

- Relájate o solo te dolerá más.

Unos dedos largos me penetran con fuerza intentando dilatarme, lo hacen con fuerza y por eso duele. Pero el dolor de su corazón es más fuerte que el mio físico, y lo amo, por eso me dejo. Él no quiere hacerme daño, simplemente fue un mal día y ya.

Hace unas semanas es así, como ya dije, yo me confesé y él me rechazó, está bien, realmente no importa, ya que soy su amigo después de todo, y mientras siga a su lado no hay nada que importe. Yo sabía y tenía perfectamente claro que a él le gustaba un pelirrojo de otra escuela, tenía ojos bicolores, y era muy bajo. No sé que le gustaba de él, yo no lo encontraba para nada atractivo, pero tenía su amor y era lo que yo deseaba.

Yo físicamente tampoco estaba tan mal. Tengo el cabello negro grisáceo, ojos azules pero me cubro uno con mi cabello, lo tengo así desde niño, también hay un lunar bajo mi ojo derecho, piel blanca, buen cuerpo, claro que este último nombrado era ya que jugaba basketball, soy bueno en eso y lo admito, pero jamás voy a superar el estilo y la belleza de el estilo de él. Su cabello morado, su esbelto cuerpo, sus expresiones de que todo le aburre, para mi es lindo y me gusta mucho, amo todo de él pero no tengo su corazón. Por eso me conformo con tenerlo un rato, cuando está molesto y desepcionado de no poder poseer al pelirrojo que le enloquece.

Se que esta mal, no debería aprovecharme de sus sentimientos y frustraciones para mi beneficio, aunque yo también sufro. No soy un masoquista. Si, siento dolor, lo odio, pero por él lo soportaré todo lo que pueda porque lo amo.

La primera vez que lo hicimos él estaba molesto y más que nada triste. Yo me había confesado ese mismo día, cosa que también le sorprendió y en un impulso de brutalidad me besó, fue un beso de pasión y odio. Él me odiaba porque yo lo amaba de hace años y siempre le trate con cuidado y amabilidad, cosas que sólo quería recibir de Akashi, ese pelirrojo. Apesar de todo, no puedo odiar a ninguno. Akashi no tenía la culpa de lo que me pasaba.

Yo no quería una relación así, si es que eso era una relación. Solo era una relación destructiva para mi, una de placer mutuo pero dolía.

Me gustaba todo de él, absolutamente todo. Lo amaba, pero él no a mi, cada pensamiento me dolía y hería, solo quería que me quisiera no que se desquitara conmigo por no poder hacer que el pelirrojo le ame.

- Akachin... -oí el suspiro de mi amado un día antes de confesarme.

- Atsushi-san -le dije para sacarlo de sus pensamientos, sentándome a su lado mientras le llevaba su dulce favorito, entregandoselo- Cambia esa expresión.

-Muro-chin, gracias - dijo despreocupado, o eso intentaba aparentar.- Solo estoy aburrido y tengo hambre, por eso estoy así. Además olvidé mi dinero...

- Ohh, así que eso tenías... -le dije riendo levemente.- Te puedo comprar algunos dulces, solo debes pedirmelo.

- No hace falta, no quiero estar más en deuda contigo. -Bufa, a lo que yo no simplemente sonreí amable.-

- No te preocupes por eso... -Le acaricié suavemente el hermoso y suave cabello morado que amaba, era doloroso saber que jamás sería mio, ya lo había aceptado. Me había resignado, por eso cuando me surgió la oportunidad me aferré a ella con todas mis fuerzas sin importar cuanto doliera, al fin tenía un espacio en él. No en su corazón pero si en él, por algo volvía a mi cuando no obtenía lo que deseaba con la persona que quería.

La primera vez fue no tan agresiva fue más como impulsiva. Su "amor" fue impulsivo. Solo necesitaba desahogarse con alguien y, en ese momento, yo me ofrecí al confesarme. No es como si me lamentara, me gustó hacerlo, pero fue doloroso mentalmente saber que sólo sería una noche y que lo hace porque no queda de otra. No lo puede hacer con quien ama, así que lo hace con quien lo ama a él.

Los días pasaron, él se juntaba con su pelirrojo, volvía al colegio, yo intentaba consolarlo, pero él comenzaba a toquetearme y supongo que imaginaba que era aquel chico. Eso dolía, pero al menos estaba con él, ¿qué más iba a importar? Sus besos me ahogaban, me asfixiaban. Eran deliciosamente dulces y dolorosos, ese placer jamás lo volveré a tener.

Solo puedo sentirlo si es él, quiero que me ame y sentir más dulce aún ese deseo y placer.

Luego de los toqueteos, estaban los besos, mordidas, marcas, apretones, lamidas. No tenía caso resistirse ya que una vez lo intenté y solo dolió más. Quitaba rápido y desesperado mi ropa, mientras yo tímidamente intentaba ser lo que él esperaba y no se arrepentiera. Jamás hubo algo de delicadeza en la penetracion de sus dedos para dilatarme o cuando él entraba en mi, solo había brutalidad y rencor por no tener lo que deseaba con quien quería.

La primera vez también fue en el colegio, mejor dicho en el camerin del colegio, no se como llegamos ahí pero comenzó contra la puerta y luego recostado en una incómoda banca que me dejo adolorido la semana entera junto con mi dolor de caderas. Solo era tiempo para que mi cuerpo no diera más de sí para caer al suelo cuando se detuvo corriendose en mi. Yo sé podría decir que termine corriendome porque no aguantaba más eso y el cansancio. Sea como sea, pasaban los días y mi cuerpo no resistía el peso y trabajo que debía para ese ejercicio. "Una relación destructiva" pensé muchas veces, esa frase era describir la relación..

Quien dijo que el amor es lindo? MuraHimuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora