¿Cuándo te atraparé?

~ Continuación Capítulo 1 ~

  Entramos en el edificio, sin saludar a nadie porque llegamos un poco tarde, directamente hacia nuestra sala de baile, número 17.

Abro la puerta y vemos a unas cuantas personas nuevas. En realidad eso me hace sentir bien, porque las necesitábamos para poder participar en el siguiente concurso de baile. Pero tampoco me interesa saber quiénes  son exactamente, por eso me pongo otra vez los auriculares para escuchar música.

Noto la mirada de un chico, me giro mirándolo preguntándome "¿Por qué éste me mira como si fuera una ladrona?".

Bruscamente coge el papel que se olvidó y me dice:

-¿Sabes qué? Entiendo que tu amiguita se enamore de mí, pero tampoco es necesario que robes mis papeles con mis datos personales...-me dijo de manera brusca.

-  Perdona, pero yo no te he robado nada, yo no tengo la culpa de que seas un distraído y te olvides de coger uno de tus papeles simplemente yo decidí cogerlos y devolvertelos algún día...

- No sé si creerte, pero igualmente...

-¿Qué?

- Igualmente... gracias- Dice el chico con dificultad como un niño pequeño mandando disculpas en contra su voluntad.

-De nada.

Llevamos ya dos horas practicando baile y por fin descansamos un poquito.

Decido salir a fuera para despejar y me siento a las escaleras pensando en el chico con el que hablaba cuando estaba en mi habitación: Nika.

Pero de repente veo que "el chico del autobús"viene hacia mi y se sienta a mi lado, y me pide disculpas por decir que era una ladrona. Me giro y por primera vez me fijo en sus ojos tan negros y profundos como mi sueño, sin querer me quedo más tiempo de lo necesario mirando sus ojos, pero al darme cuenta de eso me sorprendió que el chico no se quejara.

-¿Cómo te llamas?

- Me llamo Agnes.¿Y tú?- En este momento cojo el móvil y veo que Cristin me llama.- Lo siento me tengo que ir. Adiós.

Voy corriendo hacia la casa de Cristin y llamo a Dani para decirle que no continuaré practicando hoy.

Llego delante de su casa, descanso un poquito para poder subir las escaleras hasta el cuarto piso rápidamente ya que en estos días el ascensor tiene problemas técnicos.

Llego y llamo al timbre. Espero unos cuantos minutos delante, pero desgraciadamente nadie abre.

Bajo las escaleras lentamente, a diferencia de cómo las subí.

Llevo ropa ligera y cómoda, pero siempre acabo sudada igualmente en menos de un kilómetro, hasta en invierno. Voy andando hacia mi casa como si haya perdido la cabeza del cansancio.

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Llego a casa y veo que mi madre está dormida en el sofá y que se dejó la televisión encendida. Miro hacia la pantalla y veo los vídeos de mi padre jugando conmigo cuando tenía 3 años. Normalmente mi madre se emociona, pero yo no. Ya me acostumbré a la idea de que mi padre no está con nosotras.
Es bastante tarde y no tengo hambre así que voy hacia mi paraíso y antes de dormir escribo lo que pasó hoy en mi diario.