"El también tiene un corazón"
Cuando las cosas parecían haber estado sacadas del infierno, no creía en mi ni en nada, lo único que quería era olvidarme de Shouto a como diera lugar, pero siempre me acordaba de él.
En especial ese libro, ese libro que me regalo, no lo pedí pero me lo dio, había sido un regalo de corazón pero por alguna razón lo atesore tanto que cuando se fue por instinto o necesidad tome el libro y lo empecé a leer.
Conforme se iban los días, lo recordaba más y más, Ochaco siempre me ayudaba a olvidarlo y normalmente me abrazaba como si allí se le fuera la vida.
Esa noche, estuve llorando, cuando el se fue recuerdo que llore con tanta pena y solté todas y cada una de mis inseguridades, Ochaco había sido ese pilar de apoyo que siempre busque.
—Izuku... Ya, ya, calma... No llores-la voz de Ochaco se oía quebrada
No quería ser una carga con la cual lidiar para ella, pero enserio quería y necesitaba desahogar todo en alguien de confianza.
Pasaron los minutos esa noche, cuando deje de llorar, me sentí un niño pequeño, un pequeño mocoso, un chico de 16 años llorando por temor y vergüenza de ser abandonado así.
—Lo siento Ochaco... No quería ser una molestia...
—Izuku, no eres una molestia, deja que pase el tiempo... No llores ya...
Fue y es una historia con un final horrendo que duele a más no poder, de verdad cuando pasó la primera semana tenía miedo de cómo te volvería a ver a la cara, con que valentía lo decía, yo de verdad te quiero, es algo estúpido negarme a mi mismo y a mis sentimientos.
A veces cuando iba caminando en la misma calle de la cafetería, recordaba cuando caminábamos juntos aquí, cuando llegábamos a ese lugar y comíamos cosas algo dulces, me dejaste mil dudas o tal vez más en la cabeza, había pensado que sería permanente, aunque todo terminó tirado y abandonado sin aviso previo.
Tenía que ser fuerte, aunque sabía que no tenía fuerzas para hacer nada, lo único que tal vez me hizo levantarme era recordar tu sonrisa y no sólo eso, mis amigos me esperaban, querían que te olvidara aunque yo me opusiera a ello.
[...]
Pasando un mes, salí con Ochaco para ayudarla a conquistar a Iida a medias, ambos sentían lo mismo y me alegraba por ellos, ambos me decían a espaldas del otro que se gustaban y eso me causaba gracia ya que ambos se querían pero el otro no lo sabía.
Fueron días en los que pasé en casa de Ochaco preparando un pastel para Iida, me divertí mucho ayudándole, pero sintiendo esa sensación de molestia que me decía.
"Parezco un bicho molesto entre ellos dos"
Sonreía algo molesto conmigo mismo, me sentía como cuando Bakugo me insultaba de mil formas en la escuela secundaria, oh mierda, me odiaba a mi mismo.
Cuando llego ese día de la cita de ellos, ellos dos fueron a comer, quedándome con Kirishima, nadie me quería dejar solo de manera notoria, ni siquiera mi madre se oponía a que me fuera unos días de casa, si estar con mis amigos me hacía bien ella no diría que no.
—Midoriya, ¿Que haré contigo?, mirate... - Kirishima me tomo del rostro y me hizo verme en el espejo de una de las paredes.
Cierto, mi cara estaba con unas ojeras horribles y de verdad me veía cansado, con el cabello desordenado y la ropa mal puesta, me había vuelto tan distraído en tan pocos días.
El preocuparme tanto me hizo olvidarme de que yo aún vivía.
Ese día Kirishima me acompaño a la tienda, recuerdo que cuando salí de su casa, Bakugo se paro en el filo de la puerta sin sonreír pero no me insulto ni me dijo nada sobre Kirishima, supongo que ellos se tenían confianza como para que el no se enojara.
ESTÁS LEYENDO
Dolorosa Predilección >TodoDeku<
Hayran KurguIzuku Midoriya, un joven que a pesar de ser animado y amable también tiene un pequeño secreto que no deja que nadie vea. Todoroki, el chico que seguía a su pecoso sin descanso. Amor, es amor, no? "¿Te vas a ir?"-dijo el chico de cabellos esmeralda e...