Capítulo único

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Los pasos rápidos y nerviosos se oían por toda la calle. La emoción la llenaba y no había quien la pare.
Un nuevo año para ella, uno muy especial; se trataba del inicio de clases para la secundaria, hacer muchos amigos como en el curso básico era su objetivo inicial.

No contaba con una gran desgracia, era la única nueva en primera instancia.
Todos en el aula eran de años anteriores, y no hacía falta una con antecesores.

Si, su hermano mayor, el problematico Yuugo Valley. Culpable de una de las fechorías más grandes del siglo, de caracter abrumador, con habilidades extraordinarias para los deportes, en especial para el Voley.

Parecía un bicho raro, no sabía donde sentarse. Veinte miradas diferentes se posaban sobre ella, en especial dos realmente atosigantes ¿Será por ser tan bella? No, para anda, motivos diferentes y eso que no era algo que especialmente la emocionase.

Alguien se le acercó, una chica con cabello de verde color. Gafas de botella y una sonrisa algo nerviosa en su cara "perfecta"

—¿Eres nueva?—

Una pregunta estúpida sin duda, era la única que no encajaba y aún así surgió la duda.

—Si—

Correspondió la sonrisa, ella también llevaba gafas, sin embargo con menor medida. Y con un estamapado como el de unas jirafas.
El uniforme para todos era el mismo, camisa blanca y botas marrones. Lo único que variaba era la falda en las féminas y el pantalón en los varones.

—Sientate con nosotras, y te adaptarás antes que te des cuenta—

Obtuvo una respuesta positiva de forma inmediata, un honor para ella, sin duda de eso se trataba.

—¡Eh Gilda!—

Llamó un muchacho, hebras Blancas poseía, un sueter color romero y ojos azules como el cielo.

—Aquí hay un asiento libre—

De forma burlona y casi sarcástica terminó la oración, un moreno de tes pálida al parecer, orbes cafés, con un mechon cubriendo este izquierdo a la vez.

Un pupitre lleno de garabatos, la silla se encontraba un poco destrozada y chicles allí pegados. Ella estaba devastada, pues al poco tiempo llegó el profesor y no había otra alternativa, más que obedecer a los dos mayores en cuanto a puntaje, aunque esto estaría por convertirse en un verdadero árbol de problemas irremediables.

—¡Todos en pie!—

Mencionó el delegado, que no era otro que uno de los antes mencionados.

(...)

Y así las clases pasaron. Aunque sinceramente no era lo deseado. Quería estar absorta en los libros, pues más tarde empezarían los delirios.

Ambos chicos que me habían estado "acosando" se sentaron conmigo al almuerzo.
Fue verdaderamente incómodo y para agradarles no hice ningún esfuerzo.

—Entonces, ¿Es cierto lo que se dice? ¿Yuugo Valley es tu hermano?—

Paseaba una parte de la comida por su plato.

❪🍶️️❫፧፧❥ ᥉ᥙr᥎Ꭵ᥎ᥱ thᥱ ᥡᥱᥲr...ˊ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora