Capítulo 13 - Adiós

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-¡Hola Hinata! -la voz de Kiba sonó enérgicamente al otro lado de la línea. En esos momentos se arrepintió de haber cogido el teléfono sin mirar quien era-. Iré este fin de semana a Konoha, ¿te apetece quedar?

Ups, tenía un problema.

-Eh, sí, claro -contestó, arrepintiéndose aún más de todo eso. ¿Por qué narices había dicho que sí?

-Bien, nos vemos mañana -y colgó.

-¡Mañana! -gritó Hinata en voz muy aguda. Miró el calendario y se fijó en que ya era viernes. El fin de semana era, literalmente, mañana-. ¡Mierda!




-Hola -saludó Kiba con mucha amabilidad, dándole un par de besos-, ¿qué tal estás?

-Hola -correspondió Hinata-. Bien, ¿y tú?

Por sorprendente que pareciera, habían quedado para dar una vuelta por el parque en lugar de en la casa de Kiba, algo que traía a Hinata confundida y a la vez agradecida. No creía soportar estar de nuevo en esa casa.

-Eh... bien -dudó en contestar, conteniéndose-. ¿Damos una vuelta? -preguntó, cambiando de tema.

-Claro -Hinata entrecerró los ojos, tratando de ver qué estaba ocurriendo.

-Bueno, y cuéntame, ¿cómo es enfermería? -quiso saber en cuanto comenzaron a andar.

-Pues ya sabes...

-No, quitando la última que nos vimos, apenas hemos hablado -interrumpió, soltando la pulla.

-Ya... -suspiró Hinata, comenzando a temblar. Aunque no tenía planeado hacer eso, era ahora o nunca-. En realidad, creo que te debo una explicación con esto.

-Parece que vamos a comenzar fuerte -Kiba tenía un humor extraño a veces.

-Sí, creo que será lo mejor -coincidió-. Creo... creo que juntos no nos hacemos ningún bien.

Kiba abrió los ojos.

-¿Estás cortando conmigo?

Hinata se arrepintió entonces, temblando y lamentándose por haber sido tan directa. Kiba no estaba listo para eso, él no quería acabar la relación y ahí estaba ella, jodiéndole el viaje, el fin de semana y la vida. 

-Yo...

-Me alegra que lo veamos igual.

-¿Cómo? -Hinata no sabía cómo reaccionar.

-Verás, este tiempo que hemos estado separados me he dado cuenta de que no somos tan compatibles como creía -trató de explicarse Kiba mientras Hinata le miraba con una mezcla de confusión y sorpresa-; y ya no es solo eso -continuó-. Con la chica que conocí las cosas han ido a más y me gustaría empezar algo con ella, pero quería hacerlo bien y tú has estado ahí tanto tiempo conmigo que te merecías que viniera a aclarartelo todo en persona -Kiba hizo una pequeña pausa y la miró-. Ay, no, Hina, no llores.

Hinata no sabía en qué momento había comenzado a llorar, tan solo que las cosas no eran como Kiba se imaginaba. Lloraba de rabia, no había sabido "hacer las cosas bien" y, sin embargo, él sí. Ahora le tenía ahí delante, dándole todas las explicaciones que no se merecía y que ella no había sabido aportar cuando debía. Era una completa estúpida que no se merecía a Kiba. Ellos estaban mal, sí, pero eso no quería decir que él fuera una mala persona.

-Estoy bien, tranquilo -le calmó-, es solo que me alegra que seas feliz -el puchero que acompañó esa frase la hizo menos creíble-. Lo digo en serio, de verdad, y me alegra también saber que esto no es algo que esté decidiendo sola.

Lo que no nos cuentan del amor (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora