14 - Mino

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Me encontraba eligiendo la ropa para esta noche, P.O. había invitado a jugar a su casa con unos amigos más, me los quería presentar por primera vez y me pidió que fuera medio decente. Ya que tan solo íbamos a jugar a algunos videojuegos decidí llevar unos vaqueros y una camiseta blanca básica, no necesitaría más.

Salí de mi cuarto, en busca de algo que hacer hasta esta noche, ya que sería bastante tarde, sobre las 11. Mi madre había salido, Danah dice que ha conocido a un hombre, ya que últimamente se arregla mucho cuando va con sus "amigas". Para mí eso sería mejor, porque así se iría olvidando del tema del beso con Jinwoo, aun hay veces en las que me sigue gritando o ignorando.

Me senté en el sofá, mi hermana estaba escribiendo una nota, quise cotilleos, pero ella se percató y me lo impidió. Yo me quejé, siempre solía escribirme cartas y me preguntaba si eres para mí o para algún otro chico. Tan solo esperaba que no fuera para alguno de sus amigos, me caían fatal, eran la estupidez en persona.

—¿No me dejas verlo~? —hice un puchero.

—No —respondió cortante.

Desde que pasó aquello, ella se volvió más fría conmigo, a veces me reprochaba que no la quería ya u otras tonterías. Apesar de qe siempre se lo negaba, ella seguía con aquella idea fija. Me encantaría que mi madre y Danah entendieran lo importante que era para mí Jinwoo.

—Confié en ti —empezó ella—, y me decepcionastes  de nuevo —se levantó del sofá, metiendo aquel papel en un sobre y se fue por la puerta.

Me dejó allí confuso, reflexionando sobre sus palabras, ¿a qué se refería?. Su tono de voz fue demasiado frío, ella escondía algo y debía averiguar a que se referia.

Cuando volvió después de unos 15 minutos, en su rostro se dibujaba una sonrisa perversa, eso me dio mala espina. Se metió en su cuarto y de allí no salió en lo que quedaba de tarde.

***

Salí de la ducha con una toalla rodeando mi torso, hasta las rodillas. Me dirigí a mi cuarto, la ropa se encontraba sobre mi cama, lista para ponermela, cosa que hice minutos después.

Iba hacia la entrada, cuando oí unas voces familiares en el cuarto de mi hermana, curioso me acerqué a oir.

—¡Va a ser genial! —exclamó uno.

—Se arrepentirá —oí decir a mi hermana, seguido de la risa de sus amigos.

El reloj de la casa tocó varias veces, dando a entender que eran las 11 en punto, sin prestar atención a las palabras de Danah, me fui corriendo por la puerta rumbo a casa de lo mejor amigo.

Cuando llegué allí, a las y diez, me echó una pequeña bronca por llegar algo tarde. Pasé dentro, estábamos solos, sus padres se habían ido a un teatro y ya tenía todo preparado. La videoconsola estaba encendida, con una fila de juegos a su lado, pero no había nadie más.

—¿Y tus amigos? —pregunté.

—Me han avisado que vendrían más tarde, sobre las doce menos cuarto.

—¿Cómo se llaman?

—Mi amigo es Junhoe, es genial, te caerá bien —respondió.

—¿Y el otro?

—Ah, es su novio o cosa así, no lo conozco, ni me acuerdo de su nombre —se encogió de hombros—. ¿Y tú que tal con Jinwoo? —se sentó en el sofá.

—Perfecto, nadie sospecha de nada —me senté a su lado.

—Esto... en tu cara... se está formando una sonrisa de tonto —rió, yo le di un golpecito en el hombro.

Novios por un contrato [SongKim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora