Capitulo 1

4 0 0
                                    

Esa fría oscuridad que me arropaba, me hacia desesperarme, no soportaba estar allí, podía escuchar la carne siendo desgarrada, y los gritos de mi madre mientras aquel monstruos, la devoraba viva. Yo solo podía contemplar en primera fila aquella repugnante escena.

Escondido en la alacena de abajo, mordia desesperadamente mi brazo, tratando de evitar a toda costa, que mis sollozos fueran escuchado por esas bestia devora humanos. Enterré mi rostro entre mis dos piernas mientras estas eran rodeadas por mis brazos.

—Adán— Una voz susurro mi nombre. —Sigueme Adán— Sentí como unos dedos cálidos, se enredaban entre mi cabello. —Vamos— Susurró una ves más.

Levanta levemente mi rostro de mis piernas. Se extendía frente a mi una mano, sin pensármelo un segundo la tome, sin importarme nada; esta al sentir mi agarre me jalo hacia ella con fuerza, sin dejarme reaccionar, me jalo, arrastrándome con el solo podía ver  esa espalda ancha, a la cual le pertenecía aquella cálida mano que me obligaba a correr, su cabello negro amarrado en una cola alta, aquel chico me guiaba a una luz, que poco a poco se iba acercando.

Sentí mi cuerpo pesado, y siendo arrastrado a la penumbra, desesperado por seguirle el paso al moreno, hice un inmenso esfuerzo para aferrarme mas a su mano, pero esta por alguna razón se resbalo de la mía, y aquel chico siguió corriendo frente a mi, intente alcanzarlo —Sigueme Adán— Escuche como gritaba mientras me miraba de reojo, no pude evitar derramar mis lágrimas frente a su mirada —Falta poco Adán, ya vamos a llegar— Seguía diciendo, mientras se alejaba corriendo, corría tras el con todas mis fuerza, intentando alcanzarlo pero este poco a poco desapareció frente a mi. Seguí corriendo a la luz por donde el entro pero esta se fue haciendo mas tenue siendo absorbida por la oscuridad.

Me encontré nuevamente rodeado por la penumbra, desesperado seguí corriendo sin rumbo, —Adán— escuchaba mi nombre haciendo eco. Sin aviso me encontré en el suelo, sin entender que sucedió; —Adan— Seguian diciendo de fondo. alce mi vista, y frente a mi solo vi aquellos ojos de un rojo intenso que brillaban en la penumbra, para luego ser acompañados por una maquiavélica sonrisa, donde la principal atracción fueron unos dientes perlados y brillantes, en los cuales sobresalían unos caninos, de largo casi ilógico, estos se abrieron dejando escuchar una carcajada, lejos de ser graciosa, haciendo eco en la horrible penumbra. —Adan— Continuaban pronunciando.

—¡Adan!— Gritaron esta vez.

Aquel rostro de características desconocidas se acercaron lenta y sigilosamente a mi, quedando justo frente mi rostro, sintiendo la respiración de la bestia, dueña de aquellos atributos. —Bu— soltó casi como un suspiro en mi rostro, por acto reflejo, enterré mi rostro entre mis brazos y piernas, mi cuerpo se movía como gelatina.

El mounstro frente a mi tomo mi tobillo y sin ningún esfuerzo tiro de el arrastrándome por el suelo de la cocina, pasando al lado del cuerpo desmembrado y desangrado de mi madre, llenando mi espalda por la misma sangre que cubría todo de un oscuro carmesí.

Arrastrado a la Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora