Capitulo 9

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POV Caroline

No lo podía creer. Estaba embarazada de gemelos. Sería Madre de dos bebés. ¡Dos! Joder como se suponía que me debía sentir. ¿Feliz? ¿Super feliz?. ¿Triste? ¿Decepcionada de mí? Cómo saberlo. Sí no recuerdo nada. No recordar quien es el padre, decepcionaba. ¿Tan poco le importaba a él?. Qué ni siquiera me buscaba. Oh tal vez no vivía en el pueblo. No sabía de mi accidente, tal vez. Maldición en mala hora perdí la memoria.

Todo era caos en mi vida, en mi mente. Me sentía sola, pérdida, sin rumbo. No sé cómo ocurría pero siempre acababa en brazos de klaus. ¿Cómo llegue a ese parque? Anoche. No tenía idea. ¿Porque Klaus estaba solo ahí en vez de festejar su cumpleaños? Tampoco tenía idea. Quedarme anoche en su casa sonaba a error. Pero se sentía lo correcto. Le pedí que se quedará conmigo con la estupida excusa de tormenta. En realidad no me daba tanto miedo la tormenta. Pero quería sus brazos rodeandome. Abrazándome. Cuidandome.

No sabía que pasaba conmigo. En la noche casi lo besó. Por la mañana igual. De no ser por qué mi estómago que me salvo. Abría acabado besando esos sexys labios. Por momentos me perdía en sus ojos. Dios tiene los ojos más hermoso que haya visto antes. Sus brazos, sus ojos. Sus palabras todo él me transmitia paz.  

¿Porqué? Tal vez mis hormonas me jugaban una mala pasada. No es que en la preparatoria no me atrajera pero se comportaba un tanto idiota. Por eso cubría la tención con hostilidad. Pero ahora se comportaba, lindo compresible. Incluso me atrevería a decir tierno. Así era muy difícil mantenerlo alejado de mi. 

Me sorprendió cuando Klaus me propuso ser rumís. Sobre todo con su ofrecimiento de cubrir todos mis gastos por un tiempo. Klaus tenía que considerarme su mejor amiga, para ofrecerme algo como eso. No sabía cómo siempre me convencía pero lo hacía. Klaus siempre lograba persuadirme. Cómo cuando le dijo a la amable señora que éramos esposos. Hace rato en el hospital.

Al igual que con la doctora. Pero en es momento fui yo quien mintió. Klaus me hacía hacer o decir. Cosa qué jamás pensé sentir, o decir. Klaus mi esposo. Ja qué tontería más grande. Después de salir del hospital. Me llevo a comer, durante toda la comida se comporto un tanto ausenté. Sin dejar de ser atento y cuidadoso conmigo.

Klaus tenía una manera tan única de comportarse conmigo. Me hacía sentir especial. se comporto extraño todo el camino a Mystic Falls. Me insistió todo el camino hasta convercerme de ir a casa y hablar con mi madre... Logré convercelo de que me dejara en el parque y que yo caminaría hasta casa. 

Quería pensar que le diría. Esperaba que lo tomara bien. Tal vez Klaus tenía razón y mi madre no lo tomaría tan mal. Por otro lado yo aún seguía enojada de sus llamadas y salidas misteriosas. Ella si me ocultaba algo. Estaba segura que era importante. Luego de caminar más de diez minutos llegue a casa. Me extrañó ver el auto de mi madre en casa. 

Se suponía que debía estar en la comisaría o tal vez estaba preocupada por qué no llegue a casa anoche, y no le avisé. Lo más seguro es que sea así. Entonces estaría furiosa conmigo. Abrí la puerta la casa estaba en completo silencio. 

—Mamá ¿estás en casa?—Grite apenas entré. Silencio era todo lo que se podía oír.

Me adentré y subí a su habitación. No estaba. Sus llaves estaba en la entrada. Eso quería decir que si se encontraba en casa. Bajé por un vaso de agua a la cocina. Al abrir la puerta la encontré tirada inconsciente, cerca a ella había un vaso hecho trizas. 

—¡Mamá! ¿Te encuentras bien? —Pregunte, mientras le levantaba su cabeza en mis piernas. 

No obtuve respuesta. Trate de sentir su pulso, era débil. Tomé el teléfono que estaba sobre la encimera de la cocina y llamé a una ambulancia. Diez minutos más tarde. Estaban subiéndola a la ambulancia. Mis ojos ardían de tanto llorar. No tenía idea desde cuándo llevaba llorando. 

Volverte a enamorar -Klaroline-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora