Aatrox conocía bien la muerte. Lo rodeaba día tras día. También conocía a sus hermanos, a sus enemigos y a los mortales. Su amante estaba con los tres. La simple idea lo hacía rabiar, impaciente deseaba que llegara la siguiente luna llena para poder ser invocado, para sacar a su querido hermano de las garras puras e hipócritas que tenía la luz celestial.
Se miró al espejo, era un reflejo corrupto, él mismo con diferentes formas. La forma humana con la que había seducido a su hermano. La detestaba, pero no era tan idiota como otros, debía ser listo y planear todo. También estaba su forma habitual, la forma de un Darkin, con la piel de un rojo intenso parecido a la sangre, sin párpados y con cuernos negros. Pero la forma que llevaba ahora, era una simple sombra, un vacío en la realidad. Así es como en realidad, cada demonio, cada celestial, solo un pedazo de sombra o un pedazo de luz.
Volvió a su forma física, a la demoniaca. Desplegó sus alas, tenían un color carmesí bastante oscuro. Las odiaba, tanto como odiaba a los mortales, a los celestiales, a sus hermanos y a que él mismo viva. Era su secreto, ni siquiera Varus lo sabía cuando era... uno de ellos.
-- ¿Piensas en ese bastardo caído, Aatrox? --Rhaast se apareció detrás de él--. Hablé con él. Varus se perdió en el abismo de los olvidados hace tiempo, no deberías querer seducir a un mortal.
-- ¿Con qué derecho piensas reclamarme? --dijo con rabia--. Tú estás perdiendo un duelo de voluntades contra un niñato mortal.
--Kayn es un exorcista. --se defendió, ofendido--. ¿Crees que es fácil estar contra él?
--Sigue siendo un mortal, por más conocimientos que tengan. Todos son iguales.
--Excepto lo que queda de nuestro hermano, por supuesto. --mencionó con ironía--. Oh vamos Aatrox, no entiendo porqué lo necesitas tanto. Nos estamos tomando muchas molestias.
--Él es la clave...
-- ¿Qué?
--Nada.
Aatrox miró desde la ventana, contempló el mundo inmortal que lo rodeaba: a veces no había nada, otras veces podía mirar el fuego quemando a los pecadores, y la mayor parte del tiempo veía a varios hermanos pasar.
Todos le servían a él, al reflejo del espejo.
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--Varus, esto es difícil de explicar. --Taric lo miraba fijamente, mientras que Kayle tomaba un café mirando a la ventana.
--No creo que deba sorprenderme --mencionó Varus cansado--. Solo diganme, ¿esto de los demonios y dioses es real o solo estoy aquí porque estoy loco al igual que esos dos?
--No, no. --se apresuró a decir Taric--. Esto es real... Muy real. Soy el Aspecto del Protector, el avatar de un ser celestial que ha protegido la humanidad por eones.
Después de todo lo vivido, Varus podía creerle. Taric tomó su mano delicadamente y lo miró a los ojos. Varus quedó hipnotizado por su mirada, era bella y pura, tanto que pensó que no la merecía. Debajo de sus manos un brillo se empezaba a formar, asombrado al adolescente.
--E-entiendo... --Miró a Kayle esperando otra respuesta.
--Soy la hija del Aspecto de la justicia. --respondió cortante--. Soy la justicia encarnada. Eso es suficiente para que debas respetarme.
-- ¿Qué soy yo?
--Varus... ahora viene lo difícil.
--Somos celestiales, seres de luz hechos para proteger. Mas existen varias contrapartes que quieren en mal en el mundo.
--El Vacío, la Isla de las Sombras, Mordekaiser... --Kayle dio una pausa-- y los Darkin.
--Tú eres... --Taric estaba inseguro con decir esas palabras.
--Un Darkin. --completó Varus nervioso, con una mirada confundida--. ¿Cómo? Siempre me he visto a mí mismo como un humano normal hasta que empecé con las voces.
--Quisimos que tuvieses una vida normal. Valmar y Kai se ofrecieron a cuidarte cuando apareciste --Kayle lo miró fijamente--. Yo quería acabar contigo apenas vi que estabas indefenso, pero mi hermana insistió en que debíamos espiarte.
--Antes eras un demonio --Vladimir apareció con una sonrisa que, en otras circunstancias, hubiese sido encantadora--. Eras Varus, la Flecha del Castigo. Atormentabas a tus pobres victimas con flechas y los matabas. Pero por alguna razón renaciste como un simple humano.
-- ¡Vladimir! --regañó Taric--. No puedes aparecer así.
--Varus necesitaba explicación. Solo se la di. --respondió tranquilo.
El menor intentaba procesar toda esa información.
--No puede ser cierto. Ni siquiera he querido matar a alguien en mi vida. ¿Cómo pude haber sido tal monstruo?
-- ¡Medacium!* --Nuevamente la voz de su cabeza. Todos parecieron escucharlo. Esa voz siempre perversa, y a la vez seductora. Varus quería tenerla consigo, más cerca posible. Por un momento se vio hipnotizado, olvidó todo lo que hacía, hasta que escuchó la voz de la rubia.
--Es Aatrox --Kayle pronunció ese nombre con odio--. Está aquí, de algún modo.
--Es imposible... --susurró incrédulo Taric.
--Deja vivir al niño, decían. --Kayle invocaba una espada dorada--, no traerá cosas malas, decían.
Taric se interpuso entre ella y Varus.
--Tranquilizate. Solo fue una pequeña presencia.
--Vendrán más --Kayn apareció en el cuarto--. Ellos vienen hacia aquí. Vienen por él. --lo señaló.
--Kayn, ve a tu cuarto.
--No. Ellos vendrán para matarnos a todos y no que me quedaré como un idiota. --Apuntó hacia Varus. --Déjenme salir de aquí. O yo lo mataré a él. Es simple.
--Baja el arma, Shieda. --ordenó Kayle, ahora dirigiendo su espada hacia él--. Tú también deberías estar muerto. Ninguno de ustedes debería seguir caminando sobre la tierra. No tienen salvación. ¡Ninguno!
--Kayle, basta --pidió Taric conservando la calma--. Si no quieres ayudar, eres libre. Hay más aspectos que pueden hacer algo.
--Que así sea, Protector. --Y con un destello de luz, la mujer desapareció.
--Yo evitaré que Kayn lo mate, Taric. Tú ve y haz tus llamadas celestiales. --recomendó Vladimir. Taric confió en él, de forma extraña.
Kayn guardó su navaja, incluso él sabía que era imprudente.
--Me sorprenda que solo uses esa cosa y no cualquier otra arma celestial que guarden por aquí. --mencionó Vladimir--. ¿Es porque te la dio Zed, verdad?
El Shieda guardó silencio. Vladimir miró a Varus, encontrando la confusión en él.
--Es su maestro. Ambos eran exorcistas.
--Cazadores de demonios. --corrigió Kayn con disgusto--. Los exorcistas eran los Kinkou.
--Bueno --continúo Vladimir-- cazadores de demonios. Un día dos demonios aparecieron. Uno espiritual y otro un Darkin. El demonio espiritual atrapó a Zed y el Darkin a Kayn, así que fueron separados. Ahora su maestro está con los Kinkou y Kayn... aquí ves.
-- ¿Por qué tenías que contar esa historia? No te di permiso.
--Y no lo necesitaba Kayn.
-- ¿Por qué estás tú aquí, Vladimir? --preguntó Varus débilmente.
--Conozco la magia Darkin desde sus orígenes. Por eso te conozco a ti.
--Sabes demasiado. --Y la mirada de Varus perdió cualquier brillo cuando reflejó a Vladimir--. Ayúdame a liberarme.
--Para eso he venido hasta aquí, mi Príncipe de Sangre.
Medacium: Mentira en latín
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La seducción del demonio [Aatrox x Varus]
Fanfiction[Personajes de Riot Games] [AU!] Varus siempre supo que era diferente. Sus padres siempre lo quisieron sentir incluido, pero había una sombra que lo hacía cambiar de opinión, y empezó amarla. Los hijos del Darkin nacieron para algo: destruir mundos...