Ahora estoy con ella

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Al marcharse Santana y con la frase “ahora estoy con ella” retumbando en su cabeza, Brittany por fin pudo entender lo que ocurría o más bien aceptó y confirmó lo que se temía. 

Ahora está con ella dijo mientras lágrimas amargas rodaban por sus mejillas, la eligió a ella dijo sin moverse aún del lugar donde minutos antes había estado con la morena. 

Maldita sea, maldita sea repetía con la cabeza baja y mientras apretaba los puños, pero porque ella se preguntaba dolida. 

R: qué ocurre San? –le preguntó preocupada al verla entrar con sus mejillas rojas- 

S: nada –dijo nerviosa- cómo van las cosas aquí? – preguntó para desviarse del tema- 

R: Conversábamos con Quinn –dijo mientras la miraba con una leve sonrisa- 

S: qué? –preguntó sin entender- un momento eso se lo dije al niño pero tú, ya estás grandecita –dijo en voz baja para que el niño no la escuchara- 

R: no San –negó rotundamente- yo sé que ella me escucha, sé que ella lo hace –dijo convencida- 

S: seguro que sí –dijo al ver con la seguridad e ilusión con la que Rachel lo decía- 

R: tenías razón –dijo sin quitar su mirada de la rubia- 

S: qué cosa? 

R: moría porque me acercaras a ella, porque la llevaras a dónde íbamos, por besarla, moría por hacerlo 

S: lo sabía –dijo recordando los tantos momentos que había molestado a la castaña con eso- 

R: quería todo eso, juró que lo quería aunque mil veces repitiera que no, lo quería pero no de este modo –dijo con un nudo en la garganta- 

S: quizá fue lo mejor –dijo sin encontrar mejores palabras- ahora es momento de que estés a su lado y no te separes de ella, es hora de que tú la hagas feliz, que la enamores 

R: lo haré, siempre estaré con ella, nada podrá separarme de ella –dijo olvidando todo lo que la separaba de la rubia- 

P: aquí está –dijo entrando apresurado- 

J: Paul –gritó el niño lanzándose a sus brazos- 

P: pequeño –dijo apretándolo fuerte contra su pecho-todo va a estar bien –dijo mirando a Quinn- 

J: te extrañé tanto, mami aún sigue dormida –dijo señalándola- 

Rachel se había quedado contemplando la escena, era Paúl, era su rival, era el esposo de Quinn, el padre del pequeño con el que había compartido los tres últimos días, él estaba de vuelta, ahora no había salida, contra eso jamás podría. 

P: hola San –dijo desde el otro lado de la cama- 

S: hola Paúl –dijo con una pequeña sonrisa- oww ella es Rachel –dijo presentándola- 

P: Rachel? –dijo pensativo- tú nombre se me hace conocido, mucho gusto 

R: mucho gusto –dijo con una falsa sonrisa- 

Paúl tomó asiento donde minutos antes había estado Jim y tomó la mano de Quinn dejando al niño en el suelo. 

Pero mira donde estás hermosa decía sosteniendo su mano y con la otra acariciando sus rubios cabellos, vine lo más rápido que pude. 

La castaña había asesinado más de cien veces a Paúl con sus miradas, no quería que la tocara, no quería que le hablara, no quería que estuviera allí. 

R: tú le dijiste? 

S: sí –dijo con naturalidad- 

R: qué? Porque? –dijo sin entender- 

S: era mi deber, tenía que hacerlo –dijo imaginando lo que Rachel estaba pensando, pero no le concernía a ella decirle la verdad a Rachel- 

Varios minutos pasaron hasta que Paúl recordara que Rachel y Santana también estaban en la habitación. 

P: qué dijo el doctor? –dijo alzando su mirada- 

S: tenemos que esperar a que despierte, es todo lo que podemos hacer, el golpe fue muy fuerte 

P: ella despertará, pronto lo hará 

Santana fue la primera en marcharse, estaba cansada y tenía cosas que pensar. 

S: vamos cariño –le dijo a Jim- 

P: se quedará conmigo 

J: sí –dijo algo emocionado el niño- 

A morena dejó al niño en cuidado de Paúl y se marchó rumbo al estacionamiento para tomar su auto y dirigirse a casa, donde de seguro la estaría esperando Tiffany. 

B: tenemos qué hablar –dijo encontrándola detrás de ella mientras la morena trataba de abrir el auto- 

S: no tenemos nada de qué hablar –dijo sin mirarla- 

B: Santana por favor –insistió- 

S: he dicho que no, ya lo sabes todo, ya te lo dije 

B: tenemos que hablar –dijo girándola bruscamente- 

S: me haces daño –dijo mirando su brazo- has llorado –dijo luego de unos segundos cuando levantó su rostro y pudo ver los hermosos ojos azules que tanto amó rojos e hinchados- 

B: eso que más da –dijo quitándole importancia- 

La morena sintió un “tras” en su interior, sintió como su corazón se había quebrado, odiaba ver llorar a su morena, cuando estaban en la secundaria siempre le había dado una lección a la persona que hacía que su rubia 

Los años pasan, la gente cambiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora