¿Qué pasaría si se le preguntará a Jungwoo cómo va su adolescencia? ¿se desplomaria en ese instante? apuesto que lo haría.
Para el no era nada fácil controlar sus emociones. mucho menos cuando sus amigos y familia abandonaban el camino de Kim. Las tardes las pasaba entre las paredes de su habitación, saliendo con poca frecuencia por algún bocadillo o a la misma hora de la cena.
Se encontraba sólo; con bolsas debajo de sus ojos al tener horarios incorrectos para dormir. las madrugadas las usaba para pensar porqué le pasaba eso a él. De su hogar solo salía para visitar al psiquiatra que sabía cada cosa sobre su vida. Pasaba una hora frente a ella, con lágrimas en sus ojos. Muchas veces tan solo ignorando su palabra para imaginarse una realidad, en la que abandonaba este mundo de tanto odio y desprecio.¿En algún momento parará de llover?
Mientras miraba las gotas caer del cielo para así chocar con su ventana, lo recordó. Por su mente volvió a pasar el chico que lo había apoyado en todo lo que pudo, en cada uno de los altibajos que kim cruzó en su vida. Ese hombre de gran altura, con sus cabellos marrones, sus ojos cafés con un tono cercano a la dulce miel. Y como olvidar su bella sonrisa, tan brillante que lograría enamorar a cualquier persona. Quizás, Jungwoo era una de esas personas.
Sin embargo algo más se desplazó por su cabeza: hace meses no aparecía por ningún lugar. Sin explicación para él. Posiblemente fue egoísta, pero quería que ese hombre, y solo ese hombre se fijara en el. Para que regresará y devolviera a su universo a sus colores originales, que no eran ni más ni menos que tonos suaves como los labios de Seo.
Si Jungwoo dijera que no lo necesitaba abrazar una vez más, para percibir los latidos provenientes del corazón ajeno cambiaban su ritmo. creyendo que iba más rápido con su presencia.Su madre hace tiempo atrás le había dicho: ''Jungwoo, la vida no será fácil. No tenemos mucho, pero nunca nos faltará la sonrisa en nuestros rostros.'' A pesar de eso, ¿Cómo Jungwoo podría sonreír al estar tan destruido que ni lágrimas le quedaban por derramar?
Su cuerpo temblaba por las bajas temperaturas, apagando su vista por unos segundos al cerrar sus ojos con lentitud, apoyando su frente en el fino cristal de su ventana, separandolo de la realidad. Para Kim, los dolores aumentaban con cada respiración y gota que caía del cielo. Junto a ellas, descendían las lágrimas que guardaba para el momento en el que su amado volviera. Sabiendo que John, ya no lo haría.No podía aceptar que ya no tenía un hombro en el cual apoyarse para el descenso de sus lamentos. Con cada sollozo que escapaba de sus belfos rememoraba cada caricia que una vez su cuerpo recibió de las manos de Seo, acompañadas de esas suaves baladas que con volumen bajo lograban dormir a Jungwoo en tan poco tiempo. Su precioso aroma a frutas que volvía tan hambriento a Jungwoo, animandolo a comer para así recuperar el peso que su organismo perdía cada vez en más abundancia.
Jungwoo no podía estar solo, el no sabía como estar lo.
Sólo una persona comprendió como sacarle sonrisas, como subir sus animos y bajar sus preocupaciones. No tenía que pensar en el, a pesar de que cada cosa logrará que en sus pensamientos solo este su rostro, su tacto, sus besos y su cariño que tanto le encantaba. Las pocas memorias que de felicidad de trataban, fueron junto a el.'— Sabes que necesitas comer. —Kim ganó una mirada del mayor, compadeciendose ante el suave tacto ajeno sobre su mejilla izquierda. Conocía hasta la parte más profunda en Jungwoo. Tenía siempre en mente que estaba tan frágil, lastimado como nadie se lo imaginaria.
— No John, no lo necesito. —En finos tonos habló Jungwoo, alzando su vista hasta el castaño. No había persona que lo tratará como el lo hacía. Jungwoo se sentía tan importante, la pieza que necesitaba en su vida era Johnny, y lo tenía claro.''
Sus ojos apuntaron la vacía calle por la que ningún alma deambulaba. Cansado miro su cama, donde notó el plato de comida que su madre con anterioridad dejó sobre una de las mesas de luz a un lado de su lecho. Con la esperanza de que su primogénito comiera. Un suspiro fue el que huyó de los labios de Jungwoo, deslizando su mirada hasta su diestra, volviendo a sonreír después de ese gran accidente. Después de todo ya no era nada de otro mundo llorar por su perdida. En su muñeca tenía uno de los regalos que Seo había entregado al coreano, un precioso brazalete de oro. Tan significativo para el.
Y volvió a aparecer. Jungwoo lo vio, sentado; esta vez en su cama, sin decir una palabra.
— ¿No vas a decir nada? —Luego de unos segundos que habló Jungwoo, junto ánimos para acercarse a el, abandonando el ventanal para sentarse a su lado en la cama. Sin embargo, no hubo respuesta alguna por el contrario, con simpleza desapareció, haciéndose una partícula más en el aire.
Sí, Jungwoo aún lo veía. En sus sueños, en su día a dia. Pero al querer tener contacto con él, sólo se iba.
Seo marcó la vida de Jungwoo como nunca nadie lo había hecho, su personalidad y su ser en sí es tan difícil de olvidar. La razón de levantarse cada mañana de Kim era la risa de su enamorado.¿Por qué esa razón tuvo que morir?
John era quien le repetía que luego de la lluvia, llegaba el arcoiris a decorar el cielo. Dejando las tristezas de lado. Con esa voz en tonos suaves solamente con Kim, cuidando de el como si su vida dependiera de eso. Jungwoo solo quería estar con el, para cumplir su promesa de ver el reinar de los seis colores en el cielo ante tanta oscuridad que pasaron. Tomar su mano, era lo único que necesitaba en esos instantes para ser feliz.
Estirandose con cuidado levantó su cuerpo del colchón, emprendiendo camino hasta el tocador. llegando se miro al espejo, haciendo una mueca al instante. Abrió uno de los estantes, viendo un pequeño tubo con pastillas para dormir dentro. Dudando, lo tomo entre sus manos, cerrando el mueble y poniendo una gran cantidad en la palma de una de sus manos. Un ultimo vistazo a su rostro fue el colmo para Jungwoo, tan destruido como nunca pensó que llegaría a estar lo. con un vaso de agua a su lado, metio las pastillas en su boca, dejando que bajaran por su garganta con el líquido guiandolas al final de Jungwoo.
Regresó a su cama, respirando hondo. Luego de minutos cada vez se le complicaba más el tener que mantener en funcionamiento sus pulmones. Su vista se volvía poco a poco más borrosa, hasta que pudo verlo una vez más. Parado frente a su puerta.—Johnny... —Sin pensarlo dos veces se levantó con rapidez, cayendo inmediatamente al suelo. Sus piernas ya no soportaban su peso, su cuerpo se mantenía temblando, sin saber si era por el frío o por que su destino se acercaba cada vez más. Sus ojos lentamente se cerraban. Sino fuera por el dolor indescifrable que Kim estaba sufriendo al tratar de ponerse de pie una vez más, estaría en la cama, esperando por la gran caricia de la muerte. Pero simplemente no podía hacerlo, ya no tenía la poca fuerza que alguna vez tuvo. Un último suspiro era lo único que tenía y ya lo había gastado.
[…]
Con dolor en su cabeza levantó la parte superior de su cuerpo, sentándose en la cama, cerrando con fuerza sus ojos. La luz estaba impidiendo que los abriera con claridad. ¿En qué momento el sol se volvió tan brillante? no lograba entenderlo. Hasta que lo oí.
— Ya era hora de que despertarás, mi niño. ¡Vamos! tenemos un gran día esperandonos afuera. —
Su corazón pálpito fuertemente, dejando una sonrisa pintarse en su rostro. La voz que tanto extrañaba la estaba escuchando en esos momentos, tan grave pero encantadora, tierna, hermosa cómo la recordaba en sus más bonitos sueños. Ahí estaba él, John, con su mirada posada sobre Jungwoo. Lo único que el coreano atinó a hacer fue abalanzarse sobre el alto. Ya no se sentía cansado, su cuerpo nunca se habia sentido tan liviano y el calor del abrazo fue algo que pensó no sentir jamás.
Jungwoo sonriendo y dejándose llevar tomó por las mejillas a John, acercando sus rostros hasta unir sus bocas en un beso lento, profundo como los sentimientos de ambos, con tantas emociones encontradas en su duración. Se hicieron uno solo. Dos almas que fueron separadas por la muerte, unidas por la misma cosa.
Y así se separaron, John con sus manos enroyadas en el torso de Jungwoo, Kim con las suyas en el cuello de Seo. Agitados por la falta de aire, embobados por la presencia del contrario. En ese momento, Jungwoo se percató de la ventana, soltandose del agarre del alto, acercándose a su ventanal. La lluvia había parado, y el arcoiris estaba en el cielo.— Te lo prometí, ¿no? —Rió Seo, parándose a su lado.
Jungwoo no podía creer que se encontraba con su amado, apreciando el arcoiris, ya sin preocupaciones. En su propio mundo que había creado con el dueño de su corazón. Tomó su mano, viendo que el aún tenia el brazalete.
Un beso en su mejilla lo saco del trance, soltando una risa al sentir su mano ser jalada por el contrario. Yendo al parque, disfrutando de lo que sí era una buena vida... Para Jungwoo.
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my boy; [johnwoo]
Short Storyjohn había sido la salvación de jungwoo. ↬historia original, cualquier similitud es mera coincidencia. ↬pequeño intento de oneshot. ↬inspirada en 'my boy' y 'when the partys over' de billie eilish. ↬porque se necesita más de este precioso ship.