Extra: quiero nuestro paraíso

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Todos salían de su escondite cuando todo se detuvo, ya no se escuchaban llantos ni gritos, ni golpes fuertes por la batalla que allí hubo.

En medio de todo, el erizo azul lloraba con fuerza, su corazón roto y su energía desvanecida. En sus brazos, aquel que fue el enemigo más grande de mobius, ahora un héroe, dando sus últimos respiros de vida.

Al ver esto, todos los agentes que aun vivían, pertenecientes al GUN, se acercan a ellos, primero con precaución, hasta verificar que ya no había peligro. En ese momento toman al erizo azul y lo apartan del chacal.

No puso resistencia, no tenía fuerzas para hacerlo, el pecho le dolía demasiado, como si lo acabaran de apuñalar con una daga sin compasión.

Él fue llevado por ellos, mientras que los demás, atendían al chacal.

-preparen uno de los carros, ya!- grita uno de ellos mientras detienen la hemorragia

Rápidamente, uno de los carros negros pertenecientes a la organización, llega con ellos, donde el chacal es montado en una camilla improvisada, y llevado de urgencia al hospital.

No tardaron tanto en llegar, tan solo detuvieron el carro entraron rápidamente al área de emergencia, dándole los datos a los doctores.

De inmediato fue llevado a la sala de operaciones. Donde le retiraron los últimos pedazos que quedaba del ruby fantasma y cerraron totalmente la herida, fue una lucha de varias horas, puesto que había perdido mucha sangre y necesitaban una trasfusión de forma inmediata.

-usen el mío- dice un erizo moreno quien, junto al zorrito amarillo y el equidna color tomate, habían llegado después de saber que había pasado.

No hubo discusión, shadow inmediatamente fue puesto en la máquina de transfusiones junto al chacal, donde, le tuvieron que trasferir alrededor de 5 litros de sangre.

Lograron estabilizarlo gracias a eso. Pero, por la pérdida de sangre, había caído en coma.

Shadow salió rápido del hospital, puesto que posee una gran habilidad de regeneración.

Mientras todo esto pasaba, Sonic, era llevado a la celda donde lo pondrían, una bastante aislada y reforzada con diamante, junto a por lo menos dos gruesas capas de metal puro. Aunque realmente no fue necesario, Sonic en todo el camino no había peleado ni reusado, ni cuando lo bañaron con manguera y agua fría. No había respuesta.

Sus ojos estaban centrados en un solo punto. El suelo. Su mirada dejaba el brillo que tanto lo caracterizó.

Tan solo entrar, él se sentó en el suelo, en una esquina de la cama, y allí quedó. Mirando sus manos, llorando de la nada, cada cierto tiempo, ya no habló más, ya no quiso saber nada más del mundo.

Solo recordaba los momentos con el chacal, ese chacal que casi lo mata, el único que logró derrotarle de una forma sencilla, aquel que lo salvó de desangrarse por su imprudencia, aquel que hizo abrir su corazón para dejarlo pasar. Ese a quien, le había entregado su amor, para matarlo con sus propias manos.

-zero, lo lamento mucho- susurro abrazando sus piernas, escondiéndose entre ellas.

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Nuestras Versiones del Paraiso (soninfinite)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora