Protocolo real

Hermanito

     Liberador 

     Quizá era la palabra correcta para definir a la masturbación... o tal vez, jodidamente placentera. El piel nívea jadeaba mientras pequeñas gotas  de sudor resbalaban desde su frente lentamente por todo su rostro. "Así que esto es la masturbación". 

    Su mano izquierda estaba llena de un liquido blanco algo pegajoso, lavo sus manos y limpio su rostro. Decidió tomar un baño antes de salir a saludar a Seok Jin, se sentía algo sucio por haber utilizado el rostro de ese castaño para un acto tan primitivo.

    El agua fría resbalaba por todo su cuerpo, en su mente no dejaba de aparecer aquel chico de estatura más arriba del promedio en situaciones sexualmente comprometedoras.  El sonido de su corazón retumbaba hasta sus orejas. ¿Por qué precisamente él? ¿Por qué tuvo que imaginar a Seok Jin para poder llegar a eyacular?

     Quizá no fue nada, quizá solo se cruzo en sus pensamientos mientras intentaba concentrarse en pechos.

     Era obvio que lo deseaba. 

     Salió de la ducha y seco su cuerpo. Gotas de agua caían al piso mientras salía del baño hacía su enorme armario. Hoy tenía ganas de utilizar un traje casual. Mientras decidía que ponerse y ahuyentaba todo pensamiento impuro en el marco de la puerta de su armario se encontraba un castaño observando sus movimientos. Yoongi no había sentido la presencia de ese intruso hasta que este ultimo carraspeo su garganta. El menor dio un pequeño salto mientras giraba para encontrarse con la mirada tan dulce de aquel chico.

—Tanto tiempo, ¿no es así, Suga?—.La voz del mayor era tan encantadora para cualquiera, esta misma lograba que todo tu cuerpo se estremeciera -y aún más si habías utilizado la misma para masturbarte-

—¿Tú madre no te enseño a tocar la puerta antes de entrar a la habitación de alguien más?—Reclamo el mojado Min Yoon Gi, que no podía ocultar su nerviosismo. 
¿Lo habría escuchado?, Yoongi recordó no haber hecho ningún tipo de ruido pero se sentía inquieto, su rostro comenzó a enrojecer y decidió no mirar al castaño hasta que su corazón dejara de palpitar con la fuerza en la que lo estaba haciendo justo ahora.

El mayor sonrió, se acerco a ese chico de 15 años y lo abrazo, así, sin previo aviso, solo se había lanzado a sus brazos. 

—Te extrañe, Yoonie.
"Mierda, Seok Jin"
—Yo...— Ese abrazo había descolocado de sus casillas al azabache, no esperaba que un chico lo hiciera sentir de esa manera... tan frágil, tan reconfortante.
"Tan inmoralmente incorrecto".
Recordó las palabras que alguna vez había vociferado su papá y se alejo abruptamente del mayor.
—Pues yo a ti no te extrañe.—Carraspeó su garganta—es más, desde que te fuiste no pudes puede sentirme más que aliviado, tu presencia me resulta agobiante.

Seok Jin giro los ojos y sonrió "no ha cambiado nada".
Sabía que el albino no estaba siendo honesto, pero ¿cuándo lo había sido antes?
Tan solo se sentía emocionado de volver a verlo, Yoongi no había cambiado mucho, sin embargo ahora sentía que lo conocía mejor, sus gestos, sus pequeñas mentiras para ocultar sus sentimientos, entre otras cosas.
Definitivamente, Jin estaba orgullosamente feliz de ser hermano de Yoongi, lo amaba muchísimo,  fraternalmente hablando.
—Bueno, ¿qué te parece si te dejo arreglar y cuando estés listo vamos a desayunar juntos?
El azabache se mostró dudoso pero tenía muchas ganas de convivir con el mayor y de esta forma enterarse de cómo había sido su vida de internado así que accedió pidiéndole al mayor que esperará por él en su propia recamara. 
Jin sonrío una última vez antes de salir de la habitación y cuando este último se fue, Yoongi pudo notar una pequeña caja de regalo posada sobre su cama.
Se acercó para ver de qué se trataba, la caja tenía una nota.
"Para mi querido hermanito". Dejo la nota a un lado y abrió el misterioso obsequio. Era un colgante, un colgante de un piano de cristal.
" Tonto Jin" Pensó para sí mismo sosteniendo con aprecio ese bello obsequio.
Pero a pesar de lo feliz que estaba, no dejaba de sentirse incómodo con aquella nota.
"Hermanito"
Oh por Dios, la primera paja de Yoongi se la había dedicado a su hermano.
Político, claramente, pero no dejaba de ser su hermano.
Que turbio. Pensó.