Capítulo 4

271 14 5
                                    

Inés Pov:

- No entiendo a que tenemos que ir a esa casa - dije caminando hacia aquella dirección

- Cariño ya te he dicho que dan una fiesta, va todo el mundo.

- Venga Inés anímate - dijo Bego - ¿ Que otro plan tenemos?

- No sé chicos, no me siento cómoda. A penas sabemos nada de ellos.

- Ni falta que hace, pero son de los pocos erasmus que tienen una casa grande y han invitado a todo el mundo.

- Está bien - suspiré- vamos.

En el fondo no me parecía un mal plan, pero después de lo que pasó con Irene días antes aparecer en su casa para una fiesta no era  la mejor de las ideas. Nos habíamos enterado por un amigo que iba con Gabriel a clase y que nos había insistido hasta la saciedad para que fuesemos.

LLegamos al lugar y la puerta ya estaba abierta. Gabriel nos dijo que pasasemos y eso hicimos.  Había muchas personas en la casa en diferentes grupitos. Algunos hablaban en un sofá, otros jugaban a algún juego de beber, otros bailaban. Inconscientemente busqué a Irene con la mirada pero no la encontré.

 Nos acomodamos rápido y nos pusimos unas copas. De un momento a otro me lo empecé a pasar realmente bien. No podía parar de reir con las anecdotas que contaban mis amigos y el ambiente me agradaba bastante.

No pasó mucho tiempo hasta que vi a Irene. Levanté mi mano para saludarla y noté que se aceleraba su paso para acercarse a mi con sus manos abiertas y una gran sonrisa. Reconozco que me estrañó un montón, ya que pensé que no me recibiría de forma amable. Abrí los brazos para responderle el abrazo acelerando también mi paso hacia donde se encontraba. Pero en vez de frenar, ella siguió de largo y abrazó a la chica que se encontraba detrás mía. Nunca en mi vida habían pasado de mi en mi cara de aquella manera y  lo único que quería meterme bajo tierra. 

- Inés que te pasa? Estás rojisima - me dijo Bego cuando volví a junto de ellos.

-  El calor supongo. Unos chupitos no chicos?

- Siempre- respondió Tony. Sirviendonos la primera de unas cuantas rondas.

Irene Pov:

La casa estaba llena de gente, Gabriel había decidido hacer una fiesta de puertas abiertas para todos los estudiantes españoles de erasmus que quisieran venir. Había personas de todas las carreras algunos desconocidos, otros amigos y personas que conocía de vista.

Entre toda esta gente se encontraban Inés y sus amigos quienes no pensé que fueran a venir. Me la crucé varias veces e ignoré algunos de sus "intentos" de saludos.  Sonriendo por dentro satisfecha al ver su reacción.

Me fui a la cocina a por unos hielos y justo cuando iba a salir escuché una voz detrás de mí.

- Oye tu

- ¿Qué?

-¿Ya vas a hacer siempre como que no me conoces?- preguntó inés evidentemente ebria.

- Que dices? Yo estoy a mi bola. No estoy pendiente de tí - dije sonando un poco más brusca de lo que pretendía. - Además, no me hagas hablar...

- No se porque lo hice Irene. Me salió del alma, pero no me parece para tanto. - Dijo refiriendose al hecho de haber fingido no conocerme días antes.

No contesté y estaba dispuesta a irme cuando sentí que volvía a dirigirse a mí.

- ¿No me vas a hablar nunca más? - dijo haciendo un puchero.

Sus ojos parecían más brillantes de lo normal y su tono era dulce. A diferencia del carácter que mostraba habitualmente, en ese momento parecía una niña pequeña y no pude evitar que me diera ternura y me hiciese reir. 

- Te estás riendo de mi? Pues me quito esto. - dijo enfadada y haciendo un intento en vano de quitarse la pulsera que yo le había regalado. Cuando vio que no era capaz resopló frustrada y se dirigió a mí. - Me ayudas?

- Aún la llevas? - dije divertida- No pensé que aguantarías tanto.

- Pues claro, los regalos no se desprecian - dijo repitiendome las palabras que yo le había dicho aquel día - Pero bueno, ahora que no nos hablamos ya me la puedo quitar.

- De eso nada, monada. Para algo estoy haciendo el esfuerzo de hablarte - bromeé

- Uy perdone usted. No la voy a molestar más con mi presencia

- Cuidado que como te pongas vacilona igual te dejo de hablar y tienes que venir aquí a suplicar otra vez - reí intentando picarla.

- Ay por favor irene. Mira me voy 

Se dio la vuelta para salir de allí pero le agarré el brazo antes de que lo hiciese.- Estoy de broma. ¿ Me esperas hasta que acabe el pitillo?

-Si, pero te lo fumas fuera. Que luego queda aquí el olor a humo - dijo como si fuera su casa mientras tiraba de mi mano para arrastrarme al jardín.

Nos sentamos un banquito. No había nadie más, como era normal , ya que el frio se estaba empezando a notar. Pero algo de mí quería seguir allí. Me sacó el cigarro de la boca y le dio una calada. La miré y en ese momento expulsó el humo hacia mi con una expresión divertida en el rostro.

Aquel simple gesto me puso los pelos de punta. - Joder, Irene. Estás mal-  me dije  al darme cuenta de lo que estaba pensando. No quería admitirme, que por una milesima de segundo, una parte de mi se había sentido ¿atraída? por Inés .  Que va, no podía ser. No por el hecho de ser una mujer ya que hacía mucho que había descubierto mi bisexualidad. El problema es quien era, una pija creída con unos ideales bastante diferentes a los mios y por supuesto hetero y además con novio.

- Me gusta el jardín - dijo sacandome del trance.- Es muy acojedor

- Si, la verdad es que es mi parte favorita de la casa. 

- Me imagino despertarme y desayunar ahí en pijama antes de empezar el día. Tiene que ser genial. 

Solté una pequeña risita con su comentario y  me acompañó con una similar.

- Puedes comprobarlo si quieres - las palabras salieron solas de mi boca..

- En pijama ? - dijo levantando una ceja divertida.

- Ya lo que te pongas lo decides tú. - reí guiñandole un ojo.

Reinó el silencio por unos minutos. Hasta que de nuevo escuché su voz.

- Hoy estás muy guapa. 

No soy de ponerme roja pero aquel comentario me había pillado desprevenida. 

 Sin todas esas pulseritas que me llevas siempre. - continuó travandose un poquito y riendose después.

Le di un empujoncito - serás pija

En ese momento Gabriel salió a buscarme  y entramos a casa de nuevo. Al poco rato nos separamos y cuando la fiesta estaba terminandose me tropecé con ella.

- Irenee. Que bien te estaba buscando!

- Ah si? - dije levantando una ceja.

- SI! Estos ya se van y no me apetece nada andar hasta mi casa - dijo cual niña pequeña - Me llevas en bici?

Reí   incrédula nada más escuchar sus palabras pero por su cara vi que no se trataba de una broma - ¿Lo dices en serio? Pero si el otro día me llamabas loca por llevarte en el manillar.

- Anda, exagerada. Es que me duelen mucho los pies - dijo señalando sus tacones.

- Inés pero que si montamos con este pedo en la bici nos vamos a matar. Sobre todo tú.

- Que aburrida eres

En ese momento su amiga Melissa apareció a nuestro lado - Vamos? - dijo dirigiendose a Inés. 

Ella me miró como esperando algún tipo de reacción por mi parte la cual no obtuvo.

- Vamos. 

Siguió a la chica y la vi salir por la puerta mientras reía con su grupo de amigos y su novio quien la agarraba por la cintura como si se fuera a caer. Entonces, por un momento y solo por un momento, pensé que igual habrían merecido la pena unos cuantos rasguños.


NIZA - IRENÉSWhere stories live. Discover now