Doble test de embarazo;
👶 La curiosidad mató al gato 👶— Amor... —insistió Emma, ansiosa— Sal de ahí, por favor.
Necesitaba comprobar si aquella afirmación que su madre defendía tan fervientemente era cierta. Ella, por su parte, no creía que fuera cierto.
Realmente solo habían pasado un par de semanas desde que ambos se entregaron el uno al otro por primera vez en su noche de bodas. Y, aunque no negaba que durante la luna de miel le costó muchísimo dejar ir a su omega de la cama para hacer un poco de turismo, era demasiado pronto para que sonaran las campanas.
— No, alfa —gruñó Samuel desde su nido.
El omega ya se había acomodado, encontrando la postura perfecta para dejarse llevar nuevamente por el sueño. Así que ni de broma saldría de aquel cómodo y calentito lugar.
— Omega, por favor —suplicó, aún más ansiosa— Por favor, por favor, por favor... —insistió— Sal de ahí un momento —emitió un pequeño gruñido— Solo comprobaré una cosa y te dejaré dormir.
«No, alfa mala»
Refunfuñó su omega.— No, alfa mala —concordó Samuel— Quiero dormir —gruñó— Déjame, por favor.
Emma suspiró, asintiendo para sí misma, derrotada.
Varios golpecitos en la puerta la hicieron encaminarse hacia allí, encontrándose con su, aún más que de costumbre, amorosa madre.
— Cariño... —le regañó con ternura— Déjalo descansar un poco hasta que tus hermanos regresen con los test.
Emma asintió, emitiendo otro pequeño gruñido de frustración.
— Pero yo quería... —refunfuñó como una niña pequeña— Yo quería comprobar si... —
— Es demasiado pronto para que puedas detectar un cambio en su olor —volvió a regañarla con ternura— De lo contrario ya te habrías dado cuenta, ¿no?
Emma refunfuñó a regañadientes un «odio que siempre lleves razón», provocando pequeñas risitas por parte de su madre.
Aun cuando la omega le insistió en que sería mejor dejarlo descansar y, por tanto, que regresara con el resto de la familia que ya se estaban preparando para celebrar la buena nueva, Emma se negó a dejar solo a su omega.
Se sentó al final de la cama, no dispuesta a apartar la mirada del nido donde su omega se encontraba descansando, sus instintos a flor de piel.
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Alfa, quiero un nido ©
WerewolfSamuel, un omega varón de veintiséis años, se siente preparado para dar un paso más allá en su relación. Él quiere un nido. Está listo para pedirle a su pareja un nido porque desea experimentar todas aquellas cálidas sensaciones de las que todo el...