El sonido armónico sobre las campanas, en un apogeo de tortura de animas, precede a la catarsis inapelable que agita los cimientos del desacierto en un caos utópico, remarcando al compás del séquito ignorante que se aferra a un clavo ardiente ante un ideal que se corrompe con el paso de las generaciones grotescas, descaradas y perturbadas.
La tendencia a ser obsesivo a la cadena del influjo nefasto, que es diluido en la sangre que hierve en los corazones rotos llenos de desdicha, mientras vigilan a la misma realidad siendo derribada en pedazos, saboteando las ultimas gotas de esperanza, que terminan en un estanque de tormento.
El crudo existencialismo delega al verdugo la enmienda de escudriñar dentro del discernimiento racional y depravar cada memoria dejando una ciénaga de psicosis. Un abandono a lo profundo del fatalismo decidiendo así por el pensamiento conformismo a la merced del infortunio.
El amorfo relativismo quiebra al ilusionismo en un yugo temporal donde caemos en el abismo de la insensibilidad personal. Clausura catastrófica reticente sangrante sobre cristal afilado a paso lento estando descalzo. Tempestad caótica en el mar en calma de los sentimientos.
Desequilibrio existencialista cediendo ser guiados por la torrencial desdicha. Caladas al vacío, gritos ahogados y lágrimas sin dueño. Sosiego con sobrecarga de estridencia, carga lúgubre en un choque de consecuencias retardadas esperando el momento de impregnar el enigma lo sucedido.
Y la existencia se aferra a los residuos de una fracción de alma desgarrada que agoniza pese a un corazón aterido. Absorto en la desilusión y su soberbia risa macabra; perversas paranoias convertidas en una terrorífica materialidad tatuadas en la estúpida quimera.
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El Salmo del Infortunio
Poetry¿Te llegas a cuestionar la razón del por qué escuchar melodías melancólicas en momentos de desesperanza? Lo haces porque dice lo que tu alma grita, este es el propósito de mis escritos, ser el intermediario de tus sentimientos.