Los Chicos Del 39B [Maylor / Deacury]

Chapter sixteen

Roger estaba muy nervioso en la habitación de Brian. Éste y su madre se fueron a discutir abajo para que el rubio no se incomodara, aunque ¿a quién engañamos? Él podía escuchar todo perfectamente desde la habitación.

-Brian. ¿Qué hace él aquí?

-Yo lo invité a venir.

-Te dije que no quería a esos mocosos aquí. Y mucho menos cerca de ti.

-Y yo te dije que no los voy a alejar. Son muy especiales para mi.

-Claro, ¿entonces ahora besarse es una forma de demostrar su amistad? Por que yo sé lo que vi ahí Brian. Yo lo vi.

-Con todo respeto mamá, eso no es de tu incumbencia.

-Claro que lo es. Soy tu madre y no permitiré que tú seas uno de esos.

En esos momentos Brian sintió como algo se quebró dentro de él, provocándole un sentimiento de ira y tristeza.
Sentía todo atorado a su garganta y lágrimas amenazaban con salir.

No podía creer como era su madre de cruel. No dijo nada más, no sabía que decir. Y se dispuso a ir a su habitación y justo cuando iba a abrir la puerta pronunció:

-Es muy tarde, iré a dejarlo a su casa.

-Espera Brian- La madre suspiró para luego continuar: -Puede quedarse pero mañana a primera hora se irá.

Y sin más el rizado cerró la puerta de su habitación para encontrarse al rubio debajo de su cama escondido.

-¡Hey! ¿Que haces ahí?

-Tenía miedo. ¿Estás bien Bri?

El rizado asintió con lágrinas brotando sobre sus mejillas y brindando una de sus típicas cálidas sonrisas.

-Si, Roggie. No te preocupes. Es sólo qué, creo que a veces mi madre no sabe lo que dice.

El rizado se sentía extraño, creía que era heterosexual, o al menos eso le hacían creer sus padres, pues él antes nunca había gustado de alguna chica o chico. Pero todo cambió en el momento en el que conoció a Roger. Con él empezó a sentir todo lo que sus padres le dijeron que sentiría cuando conociera a su otra mitad. Eso lo tenía muy confundido.

Tendrá que tener sus pensamientos claros muy pronto.

Mientras tanto, otro par de muchachos no dejaban de jugar con los gatos, pues la tarde se les pasó volando y al percatarse que era muy oscuro, el castaño decidió quedarse a dormir en casa del pelinegro.

Al amanecer el rizado y el rubio se fueron minutos antes de que la madre del mayor despertara, pues en estos momentos no deseaba verla.

-La primer clase es arte, que hermoso.

-Claro Fred...- Contestó sarcásticamente el rubio.

Los cuatro chicos en el salón de arte estaban ocupados con sus cosas cotidianas que cada uno hacía.

Roger solo jugaba con su carrito de juguete y John se encontraba acostado sobre su escritorio, observándolo.
Brian se encontraba leyendo un libro sobre curiosidades de las estrellas y Freddie, bueno. Freddie interrumpía al rizado cada segundo.

-Pero Brian, ¿cómo es posible que las pizzas sean redondas, en cajas cuadradas y cortadas en triángulos. Digo, ¿a quien se le ocurrió eso?

-Freddie, por décimo quinta vez, no lo sé.- Contestó el rizado harto.

Y justo cuando el pelinegro iba a preguntar de nuevo fue interrumpido por un compañero de la clase.