Capítulo 4

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Ha pasado dos meses que estoy en la constructora Kinomoto, trabajar con Hiro ha sido muy agradable, a pesar de que en algunos momentos debe faltar por sus proyectos escolares y eso significa que todo lo debo de hacer solo, aunque eso no es un sacrificio, me encanta lo que hago.

Me he topado unas cuantas veces con Touya Kinomoto, es muy reservado, las breves pláticas que hemos tenido han sido por cuestiones laborales, aunque se ve a leguas que la arquitectura no es lo suyo, lo que no entiendo es por qué lo hace si no le gusta.

–Li, Touya quiere verte en su oficina.

La manera de irrumpir en mi espacio es cotidiana, ya me he acostumbrado que a pesar de que es mi oficina, todos entran sin avisar, demasiado confianzudos, me era suficiente con Yamazaki y Eriol que irrumpen a mí departamento sin avisar, pero ahora tengo a Hiro y Nakuru que entran a la oficina a diestra y siniestra.

–Enseguida voy

Ni siquiera levanté la mirada del plano que estaba trabajando, tengo el tiempo justo para acabarlo y tal vez después pasarlo a digital, aunque eso también lo podría hacer en la comodidad de mi casa, dejé todo regado en mi escritorio y fui a ver qué me quería Touya, cuando llegué, la puerta estaba entre abierta, toqué y escuché su voz diciendo que pase, cuando lo hice, Nadeshiko estaba sentada en el escritorio jugando los lápices, no pude evitar fruncir el ceño ¿qué hacía ella ahí? ¿por qué tanta confianza?

–Li, ella es...

Touya no pudo acabar debido ya que Nadeshiko tiró los lápices que traía agarrados, haciendo que él dijera una maldición, ella aprovechó ese momento para levantarse y acercarse a mí, definitivamente debería de prevenir a Eriol.

–Ya nos conocemos... te veo más tarde Touya

Demasiada confianza para mi gusto, puede que igual hace tiempo se conozcan, pero eso no justifica que se comporte tan extraña, primero estaba la embestida que le propinó a Nakuru y ahora lanzó los lápices al suelo, es rara, algo me dice que oculta algo, el suspiro de Touya hizo que dejara de divagar, pensar en ella no ayudaba en nada.

–Perdón, te mandé hablar para pedirte un favor... –había cambiado su semblante, normalmente está serio, ahora está nervioso–

–¿En qué te puedo ayudar?

–Pues... creo que te has dado cuenta que esto de la arquitectura no es lo mío... –comenzó a explicarse, me limité a asentir con la cabeza– mi padre se empeña en que me haga cargo, y se me está dificultando, pocos saben que estoy finalizando mi especialidad en cardiología... –mi cara debió demostrar mi asombro, porque vi que Touya esbozó media sonrisa y continuó hablando– No soy arquitecto, estoy trabajando aquí porque mi papá así lo demanda, pero apenas acabe la especialidad me voy, estoy esperando que Sakura se titule para que pueda ocupar mi puesto, ella es mi hermana y quien ha sacado todos los trabajos adelante, papá lo sabe, pero no quiere que ella se involucre, en fin, mi hermana no podrá ayudarme esta vez, está en proyectos finales y necesito de alguien y sé que puedo confiar en ti.

No sabía si sentirme alagado o tal vez utilizado, nunca me imaginé que él señor Fujitaka fuera ese tipo de padres, por un momento me sentí en su situación, el mío quería que estudiara economía, no lo hice, me enfrenté a él y a mi madre y terminé estudiando lo que quise, no me imagino lo que pudiese estar sintiendo Touya al no poder realizar lo que desea.

–Gracias por la confianza, ¿qué tienes pendiente?

Touya me enseñó lo que tenía que realizar, no era nada complicado y estaba muy bien avanzado, su hermana sabe muy bien lo que hace, incluso tenía ya la presentación en 3D solo había que modificar lo que a Fujitaka no le parece, así que no interferiría en mis pendientes.

El Dulce Aroma Del Cerezo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora