Capítulo I

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Año 2008, 14 de febrero. Mónica Vipler, una chica de 18 años. Mónica estaba en aquel cuarto del mejor amigo de su novio, este aprovechó de tomar unas fotos al cuerpo desnudo de Mónica y esta, sin ningún tipo de preocupación dijo: Sí le llegas a mandar estas fotos a Joel, diré que me obligaste y me violaste.

__Tranquila -replicó el muchacho traidor de su mejor amigo-.

Exitado por la ocasión, el muchacho se le fue encima a Mónica quien abrió las piernas sin dudarlo.

__Recuerda, me veré con Joel y estaré con el por unas semanas y no se cuando regrese nuevamente. Así que aprovechame toda esta noche.

El chico dio con todas sus energías a tal imperdible oportunidad.

__Vamos... Alex... -decía la chica mientras sus gemidos rodeaban la habitación-.

Para ellos era quizás una de las tantas noches de placer, pero para Joel no era precisamente lo mismo; Alex, había mandado las fotos a su "mejor amigo" apenas las tomó. La chica había causado una discordia entre ambos, ya que por ser sexy para los ojos de Alex, este la convenció para convertirse en su amante y ahora, Alex, busca la manera de que Joel deje a Mónica sin importar el dolor que el podría sentir.

A cinco cuadras de distancia, Joel lastimado del corazón, y apuñalado por la espalda. Salió a la fría y oscura calle, pero antes, había pasado por la cocina para agarrar un enorme cuchillo que el eligió a su preferencia. Se colocó la capucha de su chaqueta de cuero para cubrirse de la fría lluvia, y después de cerrar la puerta de su casa, agarró rumbo por el medio de la calle. Con el cuchillo en mano iba ignorando el frío, iba molesto ignorando si alguien lo ve. Cada paso lo hacía sentir más ansioso de acabar con la vida de ambos. Quizás le cortaría el cuello a Alex, después golpearia a Mónica hasta dejarla incapacitada y torturarla un poco más antes de morir. Muchas decisiones pasaban por su mente.

A tan sólo una cuadra de la casa de Mónica, Joel se había topado con un sujeto quien el pensó en ignorar. Pero le llamó la atención el porqué ese sujeto estaba allí. Un hombre alto, de pantalones negros y suéter blanco con capucha le estaba dando la espalda en medio de la calle a la una de la madrugada, quizás Joel solo podía pasar por un lado y seguir, o, preguntar el porqué estaría viendo hacia la casa de Mónica. Había una corta distancia entre ambos, pero luego de un trueno retumbante, Joel escuchó una voz gruesa y distorsionada: Qué hermoso cuchillo, perfecto para cumplir tal aberración que pasa por tu mente. Quizás la lluvia oculte tus lágrimas, pero aún así no significa que no estés llorando.

__¿Quien eres? -preguntó Joel, quien se mantenía intrigado y quizás después de un segundo, también sentiría un poco de terror-.

__No es necesario detenerse, no cuando vas decidido a matar a tu mejor amigo... ¿Qué mejor amigo se coje a la novia de su mejor amigo? Dios... ¿En serio? Tanto ella como él son unos malditos traidores.

Joel se paralizó del miedo, a unos metros de distancia se podía observar la ventana de la habitación de Mónica, luego, observó al sujeto quien se dio media vuelta. Sus ojos estaban cubiertos por su cabello negro que sobre salía de la capucha, solo se notaba parte de su cara pálida, como la de una persona muerta.

Joel, sorprendido, cayó de rodillas y soltó el cuchillo. Y mientras tartamudeaba preguntó una vez más: ¿Q.. quien eres?

__Mi nombre es Jeffrey, pero puedes llamarme Jeff.

Jeff se acercó aún más a Joel, recogió el cuchillo y le dio un par de vueltas para observarlo, pasó su dedo pulgar por el filo del cuchillo y después metió la punta del cuchillo en la boca de Joel.

__¿Por qué te detienes? ¿Joel?

Jeff movió bruscamente el cuchillo, cortando desde la boca, la mejilla de Joel. La sangre salpicó y se juntó con los grandes charcos de agua que habían en la calle. El cuchillo estaba lleno de sangre. Las gotas de lluvia caían y resbalanban por encima del cuchillo mientras que Joel caía al suelo quejándose del dolor.

El asesino de SirensCityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora