Capitulo 16

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Dudaba si lo más prudente sería alzar la cabeza, o mantenerla bajada. No quería saber quién acababa de entrar. No quería ni hacer caso a todas las posibilidades que se me ocurrían, sobre todo porque solamente era una disfrazada de diferentes maneras.

-- Aquí está la persona que estaba esperando. La única pieza para terminar el rompecabezas de tu existencia, Kat. -- me sonrió maliciosamente mirándome por unos segundos, para después volverse hacia la persona que bajaba por las escaleras.

Me quedé sin respiración, sintiendo que la garganta se me convertía en un enorme nudo que no permitía que el aire pasara. Por lo menos su humor había mejorado, si eso servía para algo.

Me preguntaba adonde había ido a parar su ira. Odiaba que se riera en mi cara de esa manera. Encontraba esto como si fuera un entretenimiento, señal de que no me equivocaba cuando pensaba que le faltaban unos cuantos tornillos. En una ferretería no habrían suficientes para él.

No podía quedarme mirando el polvo del suelo, así que, junto con aquel insensible y terrorífico hombre, dirigí mi mirada hacia el ser que estaba bajando por las escaleras.

Temía que fuera Luke. Seguía doliéndome cada parte del cuerpo de pensar lo que había hecho, o lo que fuera a hacer. Me parecía tan irreal que lo hiciera sin ningún motivo... algo debía haber pasado que yo no supiera. O simplemente era un actor de la talla de Hollywood, y una persona muy muy ruin.

Cuando vi a Luke tirándose de los bordes de su camisa como si estuviera arrugada mientras se acercaba a su tío, reprimí el chillido que trató de escapar de mis labios, y a mi corazón de salírseme del pecho. Me estaba entrando un mareo por la pesadilla viviente que estaba viviendo...

¿Por qué no me miraba y me transmitía de alguna manera la tranquilidad que necesitaba en estos momentos? ¿Por qué actuaba como si yo le diera igual? Merecía al menos perecer con tranquilidad... y él me la podría brindar a pesar de estar rodeada de gente hostil. Y lo sabía.

-- Sobrino, ¿no es un poco tarde? Por poco no llegas ni a verla sollozar. -- rio entre dientes, y cuando me dirigió una fugaz mirada pude comprobar que no le había hecho gracia. Realmente le había costado esfuerzo y sudor no acabar con esto antes. Alguien por el fondo imitó el gesto de su superior. -- ¿Puedo saber qué estaba ocupando tu tiempo, que también llega a ser el mio?

Luke vaciló unos segundos antes de contestar, en los que me miró por un fugaz segundo, e inspiró en otro.

-- Sólo preparaba el lugar donde la dejaremos después. -- se encogió de hombros.

-- ¿Qué? -- murmuré, ya sin poder aguantar todo lo que estaba diciendo, ni su modo de actuar.

¿De verdad este era el Luke con el que había pasado tantas horas hablando y riendo?

Se me rompía más el corazón cada vez que lo miraba. Había estado fingiendo todo este tiempo. Traidor. Mentiroso. Y ya estaba otra vez llorando.

-- Oh... pobre Kat. -- sonrió enormemente, utilizando un tono totalmente placentero, acuclillándose delante de mí. No tuve ni ganas de empujarlo. -- Ojalá pudiera cambiar las reglas y contemplar cómo Luke te quita la vida. -- cerró los ojos, imaginándoselo. No se le borró la sonrisa. -- Pero te aseguro que igualmente me sirve. -- ladeó su cabeza, levantándose para acercase un poco a Luke. -- Espero que se corra la voz y más como tú nos den una visita. 

Le miré, intentando imaginar lo que iría y vendría por su mente para que dijera eso y siguiera sonriendo. Este fantasma, al igual que todos los demás, fueron personas en algún momento, y tenían pensamientos humanos así como cometerían pecados, como todos. ¿En qué momento olvidó todo eso y se convirtió en lo que era ahora? Uno no deja de ser humano por muchas maldiciones que le caigan encima. Uno deja de ser humano cuando deja a un lado los sentimientos, y le da la espalda a la vida, sin tenerle respeto a alguno. Y el tío de Luke era uno de esos.

No confies en los fantasmas || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora