you're free

Two-Shot

Mirar a la nada es mejor que dirigirme a mi furiosa madre, no la culpo, después de todo, es debido a mí que estamos retrasados con la hora acordada de aquella persona.

-eres tan despreocupada Elizabeth, te das cuenta de lo...-aquí vamos de nuevo me digo a mi misma mientras la carroza avanza rápidamente, seguramente sus pensares están en su límite y asegura que seremos el entretenimiento de esta noche sin mencionar los murmullos que denotarán insensata a la familia Midford.

-Lizzy, querida...-si tan solo me entendiera, seguramente actuaria de la misma manera. Sé que no es la primera vez que nos volvemos a ver después de su largo periodo de negocios, pero, entonces, ¿Por qué mi corazón se siente tan herido?-¡caso estas escuchando!-menciona mi madre aún más alterada, parece que nuevamente iniciará un sermón pero el silencio a nuestro alrededor indica la llegada a nuestro destino.

-¡hablaremos muy seriamente de regreso a casa jovencita!-asiento con duda y ella me fulmina con la mirada para después bajar del carruaje seguido de Edward, que con una cálida sonrisa, extiende su mano para sujetar la mía de manera que pueda bajar los pequeños escalones del dichoso vehículo.

Suspiro, no es la primera vez, me digo por segunda vez y avanzo con paso decidido, pero me detengo al apreciar los faroles que indican la medianoche acompañada de estrellas. Solo han pasado segundos pero mi familia se adentra en la mansión, dejándome completamente sola.-absurdos-murmuro despidiéndome del profundo celeste para seguir en la misma dirección.

Una vez en la recepción, una intranquila sensación invade mi ser, intento ignorarlo sin en cambio la incomodidad es mayor a cada paso que doy, no es como si yo necesite toda la atención de los invitados, tal vez las suposiciones de mamá son correctas.

Considero que distraerme es lo mejor así que mi mirada se posa en la esquina notando así los plateados floreros con detalles en negro que desprenden olor a rosas silvestres que se difunde en todas partes. Esto es obra de mi padre y Sebastián así que no puedo evitar sonreír pero intuitivamente se borra de mis labios.

La causa; abril, recuerdo que me visito sin expresión alguna para quedarse a tomar el té, extasiada decidí prepararlo personalmente suplicando a los sirvientes que lo mantuvieran en secreto. Una vez listo me encamine para tomar asiento a su lado, me miro velozmente de modo que no recibí respuesta alguna, se levantó para colocarse en cuclillas y quedar a mi altura por unos minutos como si meditara en su interior y nuevamente su postura recta regreso para caminar en dirección contraria a la mía. Le odie, por ser tan cruel puesto que esperaba al menos que después de beber un poco me deseara un ¡feliz cumpleaños!, no obstante, su rasposa voz me llamo-Lizzy...-girándome descubrí que el sostenía con firmeza una rosa de su preciado jardín solo para mí.

Lo decepcionante vino semanas después, con el pretexto de" volvernos a ver", dando entonces a un encuentro de ajedrez que no se logró concretar pues tenía visitas por atender, así que sin más, con el fin de esperarlo opte por seguir vagando en la planta superior. Fue entonces que en una de las tantas habitaciones; la charla privada entre Sullivan y Sebastián aludiendo de aquel encuentro, de cómo habían funcionado las amenazas de mi amiga alemana dada la falta de interés del peliazul en su prometida y lo eficaz que eran los constantes reproches de su mayordomo cuando de las etiquetas de un noble se trataba influyeron en aquel recuerdo. Terminando con mis nulas ilusiones.

-una lady como usted no debería escuchar tras la puerta-susurro en un tono neutral a mis espaldas, sin embargo, no tarde en darme cuenta que por medio de la resignación necesitaba de su aprobación.

Por primera vez aquel día guarde silencio

Regreso a la realidad queriendo saber en qué momento acerque a mi pecho ese conjunto de pétalos con tanta fuerza. "Fuera de lugar es lo que yo represento en su vida" me digo para avanzar al salón principal.