Una rama crujió, pero no lo hizo bajo mis pies. Tal vez me estoy volviendo loca al estar sola aquí en el bosque, tal vez solo sea el silbido del viento y la oscuridad que me abraza, lo que me hace perder la cordura y sentir este vestigio de soledad y temor. ¿Por qué no estás aquí conmigo? De hallarnos nosotros dos juntos podrías abrazarme y decirme que todo estará bien, entonces me besarías en la frente y yo ya no sentiría miedo, porque sé que te tengo.
Pero no, porque lo que teníamos te has encargado de destruirlo, porque esos días no podrán volver. Ahora estoy realmente por mi cuenta, pero aún no me siento lista para afrontar el mundo real. ¿Sabes? A veces pienso que lo nuestro no tenía que acabar de esta manera. Debimos poner un poco más de nuestra parte para recuperar la confianza que alguna vez nos profesamos, tantos momentos juntos no se pueden –ni deben– dejar al olvido. Pero luego recuerdo lo que me dijiste y en mi corazón vuelvo a sentir ese vacío que antes de conocerte no sentía, y es cuando me doy cuenta que es mejor así… Eso de tomar caminos distintos; aunque por supuesto, yo sé que tú no irás muy lejos.
Y no lo digo por resentimiento, lo digo porque es la verdad. ¿Qué tan lejos puedes llegar con nuestra nueva vecina, esa rubia del 138? Es cierto que ella posee cualidades que yo no tengo, como dinero suficiente para teñirse el cabello cada fin de semana o ese meneo de caderas tan ensayado que ya no parece falso. Pero yo, yo al menos cuento con una actitud visionaria, ganas de superarme y, ¿para qué menospreciarme? Preparó unos platillos exquisitos. Pero a ti no te bastó, y entiendo, no eres alguien a quien le gusten los compromisos.
Sé que debes creerme loca, por hablar contigo cuando ni siquiera estás presente, pero supongo que eso me ayuda a manejar mejor esa sensación de ser observada que empieza a purgar en mi conciencia.
¡Por Dios, tienes que odiarme!, soy una idiota por dejar que esto pasará. Ahora me siento cómo una tonta, ¿cómo pude permitir que mi mente se llenara de ideas cobardes y me impidiera pelear por lo que creí que duraría eternamente? Por fin entiendo porque te hartabas de mí y me gritabas diciéndome que era tan inmadura e infantil, alguien que estuviera en su sano juicio lucharía por aquello que lo hace feliz. En ese entonces me dolían tus palabras, mi visión estaba cegada por el capricho, pero ahora que esto ha terminado lo veo con claridad. Perdóname por reclamarte aquella vez, no entendía, te juró que no entendía.
Quiero que sepas que, pese a lo que te dije entonces… lo que pasó entonces, seguirás en mi mente como un buen recuerdo. No tengo razón de olvidarte, pues aprendí mucho contigo a mi lado: Antes de ti no sabía besar, ni escuchar, no sabía preocuparme por nadie más que por mí. Tú ampliaste mi perspectiva acerca del mundo y de las demás personas, algo que cualquier otro nunca hubiera logrado.
Pero te pido. Por favor, que también te acuerdes de mí, que pese a mi estupidez de niña ilusa te logré enseñar un par de cosas. Cuando te conocí no sabías cómo leer miradas, ni cómo ser directo con una mujer sin herir sus sentimientos, tampoco sabías ser creativo. Yo te di eso y espero que lo sepas.
No es por ser ególatra, pero yo estoy segura de que tampoco me vas a olvidar tan fácilmente, te he dejado un hueco en el pecho tan grande que te será difícil llenarlo por algún tiempo. Supongo que este es el adiós definitivo, sin segundas oportunidades o arrepentimientos. Y tú, tú podrás ser feliz con alguien más que no soy yo. Alguien cuyas necesidades no sean tan demandantes; alguien que esté hecho a la medida de tu agenda, que siempre recordaré apretada.
No sé qué pasará conmigo, tal vez deba mudarme de edificio departamental o incluso de ciudad, un lugar donde pueda comenzar de cero, creo que será lo mejor para ambos. Tu sombra sigue siendo demasiado grande para mis hombros y no deseo que eso sea un impedimento para iniciar de nuevo. Quiero aclarar que esto lo digo por mí, y solo por mí.
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Flor de cerezo
Mystery / ThrillerLa leyenda del árbol de cerezo vista con una perspectiva totalmente distinta. Este es un cuento viejo que he decidido publicar aquí, ojala lo disfruten.