Capítulo 1.

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En el calendario de su habitación estaba marcado el 4 de Julio, una fecha que años atrás Tony solía celebrar más que solo la independencia de su país, además, el cumpleaños de quien sería su mejor amigo; sin embargo, ya se cumplían nueve años de la última vez que supo algo de él. Habían pasado de ser mejores amigos y roomates, a completos desconocidos, después de todo, la vida los llevaba por caminos diferentes. Steve se había casado con Peggy, su novia desde la adolescencia y con quien compartieron departamento en su época universitaria; y él por su parte, con Pepper, aunque no había corrido la misma suerte que su amigo, para esas alturas, su relación había terminado hace poco menos de un año y volvía a estar soltero buscando conquistas en fiestas donde cada noche llevaba a una señorita diferente a la cama. No era una vida que le desagradara realmente, sentía que estaba recuperando el tiempo perdido.

Pero esa noche del 4 de Julio, tenía un panorama distinto. Peggy lo había llamado hace una semana para invitarlo al cumpleaños de Steve, queriendo darle una sorpresa a su esposo, a lo que Tony más que contento había aceptado.

Por lo que ahí estaba, de pie en la puerta de la bonita casa de su amigo, esperando que le recibieran.

— ¡Tony! Que gusto verte. — Le recibió su amiga con alegría, a Peggy no parecía haberle pasado el tiempo, estaba casi idéntica que hace casi una década.

— ¡Pegs! Tanto tiempo y sigues igual. — Saludó el castaño con cortesía en lo que se daban un afectuoso abrazo.

— ¿Pepper está estacionando el auto? — Tony pudo ver como su amiga intentaba mirar atrás de él, por lo que él solo hizo una mueca y se levantó de hombros. — Oh, lo siento... — Se disculpó la castaña en cuanto se dio cuenta.

— No hay problemas, fue hace casi un año — Respondió Tony con un ademán de su mano para restarle importancia. Entonces, la mujer se hizo a un lado para dejarlo pasar.

— Entra, Tons, Steve está haciendo la barbacoa. — Tony sonrió y abrochó el único botón de su saco al pasar por al lado de la mujer para ir en busca de su amigo.

Steve tampoco había cambiado mucho aparentemente, aunque solo podía ver su espalda, se veía algo más corpulento, seguramente por sus años en servicio.

— ¡Mierda! — Exclamó el rubio cuando una de las hamburguesas cayó al suelo cuando intentaba voltearla.

— Lenguaje... — Dijo Tony con una suave risa, anunciando de esta manera su llegada.

Steve se volteó con la sorpresa marcada en su rostro, acercándose al más bajo y extendiendo la mano hacia él. — Tony, viniste...

— Yah ¿Que eres? No voy a contagiarte el ébola, capipaleta. Ven aquí — Respondió Tony, ignorando su mano para darle un abrazo fraternal, al que Steve no tardó en responder. Tres segundos y un par de palmaditas en la espalda, era la forma más cortés de saludar a un viejo amigo.

— Me da gusto que vinieras, Tony, hace mucho que no se de ti.

— Cuanto va ¿Nueve años ya? Incluso ya eres padre. — Dijo el castaño mirando al rededor a un grupo de niños corriendo y jugueteando. — Pero bueno. Feliz cumpleaños, Steve. — El más bajo le extendió una bolsa de papel de regalo con una cinta.

— ¿Desde cuando los envuelves? — Pinchó el rubio con una risa divertida al recibir su regalo, viendo el contenido de este.

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2019 ⏰

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