Brûlant

Primera Llama

Brûlant - Ardiendo

El universo de Sword Art Online y sus personajes pertenecen a Kawahara Reki y a A-1 Pictures. Mi único fin al utilizarlos es el de entretener de forma gratuita.

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En mitad de la lluvia nocturna de aquella noche en junio, el relámpago en un suspiro dibujó sobre el firmamento líneas dispersas anunciando prontamente la caída del rayo, quien se hizo eco por unos segundos a través de un ensordecedor estruendo que sacudió las persianas de las ventanas y las puertas mal cerradas.

Las gotas de lluvia, estrellándose contra los cristales de la ventana en una silenciosa caída eran el equivalente a un poderoso somnífero para la única durmiente en aquel cuarto sumido en las sombras, siendo solo vagamente iluminado por los ocasionales destellos de los rayos que azotaban la tierra en aquella tormenta.

Sólo entonces bajo la luz fugaz de una centella, el rostro masculino joven y bien parecido, permaneciendo en la penumbra hasta ese momento se dejó ver por unos breves segundos, antes de que la oscuridad del cuarto lo devolviese a las sombras.

El joven colocó una de sus manos contra el frío cristal, apoyándose lo suficiente para observar desde sus ojos oscuros cómo el vaho que exhalaba humedecía el vidrio lo suficiente para que con las yemas de sus dedos dibujara un montón de sinsentidos o lo que fuera que atravesara su imaginación durante aquellos transitorios segundos.

Sus dedos empezaron a seguir la trayectoria de una solitaria gota de agua avanzando lentamente, siendo ajena al infierno náutico que se desataba a su alrededor. Permaneciendo impoluta, vacía, olvidada por la gracia del viento y el agua. Los ojos oscuros del joven se detuvieron sobre aquella gota, admirándola por unos segundos y finalmente, envidiándola.

Entonces la luz de un relámpago dividió el cielo y unos brazos lo envolvieron por detrás, sujetándole con poca fuerza, más no obstante nada despreciable. El cristal de la ventana le devolvió el rostro de una mujer joven, de ojos avellana y hermosa cabellera naranja. Lucía despeinada, adormilada, y una sonrisa perversa fijada en el rostro femenino coronaba aquella vista de ensueño.

Sintió los pechos de su compañera en su espalda desnuda, y las manos de la intrusa deslizarse hacia abajo, atravesando aquel terreno moralmente prohibido para los demás. Se permitió apoyar la cabeza hacia atrás, con la frente de su acompañante en su hombro mientras ésta lo masajeaba dulcemente. Cuando los espasmos empezaron a recorrer su cuerpo, violenta ira contenida escapó de los poros de su piel y con una fuerza desmedida dio vuelta a su acompañante, empujándola contra la ventana y sacudiendo con fiereza las gotas de lluvia, interrumpiendo su curso natural haciéndolas saltar al vacío.

La sonrisa lasciva que le obsequió la fémina despertó sus bajos instintos, como si realmente fuera necesario para dejar salir a la bestia.

—No muy fuerte, Kirito-kun...

Las manos de la mujer no dejaban de tocar su pecho al descubierto. El mencionado levantó una ceja ante aquel movimiento, y mientras se acercaba con la suavidad y cuidado propios de un gato al acecho le reprochó con una voz más gruesa de lo normal.

—Es Kazuto. Y recuerdo que era exactamente lo contrario lo que me dices ahora a lo que gritabas mientras estabas encima de mí hace unas horas —Sus manos tomaron los antebrazos de la mujer quien, oponiendo resistencia, o al menos intentándolo para seguir el juego, cedió al final y sus senos fueron puestos nuevamente al descubierto del joven quien no tardó en sumergirse en ellos, besando con cuidado aquellos botones de un sutil pero casi invisible color rosa con sumo cuidado, disfrutando de los seductores quejidos de su acompañante quien no tardó en señalar la cama como su patio personal de juegos.