Lan WangJi era una persona madrugadora, alguien que funcionaba mejor por las mañanas y que acostumbraba a levantarse temprano y a llevar a cabo lo que muchos considerarían la perfecta rutina del humano sano y responsable. A esa clase de gente que rinde más a la salida del sol, hay quien los llama "alondras", y quien a los que funcionan de noche los denomina "búhos". Lan WangJi era una alondra, de eso no cabía duda alguna. Se despertaba casi al amanecer y se dormía cuando el sol caía, o pocas horas después. Durante las horas de luz, él estaba activo, sacando adelante su perfecta vida estudiantil. Ni una vez había tenido que trasnochar para estudiar un examen o acabar a tiempo un trabajo, y eso dice mucho de un universitario que no se salta ni una sola clase. Sin embargo, aquella mañana parecía que no hubiese dios capaz de levantarlo de la cama... si es que estuviese en una cama.
Eran ya más de las nueve de la mañana. Dos estudiantes amanecieron lentamente, con pasividad y sin ninguna gana de moverse del sofá de Wei WuXian. La puerta de la habitación de Jiang Cheng estaba abierta para escuchar a los niños en caso de que los necesitasen. Sorprendentemente, Wei Ying fue el primero en despertar. Notaba el agradable peso de la cabeza de Lan Zhan posada sobre su pecho y la suavidad de sus largos cabellos sirviéndoles como sábana en las calurosas noches primaverales. Lo primero que hizo al escuchar la calmada y constante respiración ajena fue sonreír. Lo segundo, retorcerse de mala manera para poder llevar los labios al cuero cabelludo de su compañero, incapaz de moverse lo suficiente como para abandonar la cómoda prisión que habían creado sus brazos.
El sentir el minúsculo peso del beso de Wei WuXian fue suficiente como para despertarle, devolviéndole desde unos sueños que hacía días creía imposibles a una realidad maravillosa en la que por fin había visto la aceptación de sus sentimientos. Lo primero que hizo en todo el día, fue esbozar una sonrisa, una inclinación muy, muy leve de las elegantes comisuras de sus labios. Desde su ángulo, el estudiante de ingeniería biomédica no pudo verlo, pero sintió su corazón acelerarse al notar como el abrazo en el que estaban atrapados se estrechaba. Devolviéndoselo, comenzó a pasear los dedos por el largo cabello ajeno. ¿Era siquiera posible tener el pelo tan bonito y bien cuidado? Su hermana lloraría de frustración si lo viera. Él mismo lloraba de frustración al comparar esa maravilla con sus puntas abiertas.
-No vale. -Masculló Wei Ying en un murmullo todavía adormilado que aparentaba estar molesto. Lan Zhan se las arregló para mirarlo a los ojos, curioso. Eso solo aumentó la repentina frustración mañanera de su compañero. Sus ojos eran preciosos y ya estaban completamente despiertos, brillando con cierto furor que solía mantener escondido. Su rostro en sí era precioso, sin una pizca de legañas, baba o cualquier otra consecuencia desagradable de dormir. La única imperfección era una marca roja en su mejilla, una arruga se la había hecho por no tener almohada y estar presionado contra la camiseta ajena, pero hasta eso resultaba completa, maldita y absolutamente adorable-. No es justo. No vale estar tan guapo por las mañanas. -Le gruñó.
Lan WangJi parpadeó casi confuso.
-Tú estás precioso por las mañanas. -Contestó con simpleza, dejando petrificado al otro estudiante-. Estás precioso siempre.
Y más de piedra se quedó al recibir el primer beso en los labios del día.
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Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]
FanficA veces los abrazos se quedan cortos. Los besos también suelen, por eso a Wei WuXian le gustaba tantísimo pasar a palabras mayores, pero los besos es verdad que suelen ser capaces de dar una mejor definición del estado de una relación. ¿Eran amigos...