Luego de tanto tiempo finalmente decidí llamarlo.
No fue fácil tomar esa decisión pero tenía que hacerlo.
Lo llame infinidad de veces y nunca respondió a mis llamadas ni a mis mensajes.
Decidí salir a la calle y buscarlo en los lugares en que solía frecuentarlo, aquel parque, la biblioteca. Pero no hubo buenos resultados. Sentía que estaba enloqueciendo.
Durante una semana lo busqué sin parar, envíe mensajes a sus redes sociales, a su teléfono. Ya estaba a punto de declararme una acosadora de primera. Pero nada cambiaba y el silencio de su parte sólo me traía más temor y preguntas que no podía responder yo sola.En la vorágine del misterio en que estaba inmersa deje de lado la Universidad y mi trabajo. Sólo tenía una cosa en mente y no se iba ni durante el día ni durante la noche.
Hasta que finalmente una tarde recibí un mensaje. De dan exaltada y emocionada que estaba casi rompo mi teléfono en el intento de leer aquel mensaje. Creo que hubiese sido mucho mejor haber roto mi teléfono.
Lo abrí y sólo había dos palabras que no quería leer.
- Fui yo.
Miles de preguntas se acallaron en mi mente. Sólo podía respirar con dificultad.
Otra vez tocar fondo como hace un año y medio. Era la misma sensación. Y yo no creía en las casualidades.
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No hay edad para el amor. (Completa)
Teen FictionLlega un momento en tu vida donde te preguntas por qué pasan las cosas, por qué hacemos lo que hacemos, y el por qué de tantas cosas sin sentido. Estaba a punto de cumplir veinte años y sólo tenía miles de preguntas sin ninguna respuesta. Cansada d...