Parte 10

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Caminaba despacio por los corredores, intentando que ningún imbécil como aquel chico de-increibles- ojos azules, lo atropellara nuevamente, no, hoy no señores, hoy su pierna no debía sufrir ningun percance, por que hoy querida audiencia, se retiraba el yeso a Arthur, y nada, ni nadie  iba a impedirle deshacerse de esa cosa.

Estaba totalmente ansioso por poder moverse con sus dos piernas, caminar con muletas era lo mas difícil que había, ahora sentir un poco mas de respeto por aquellos que tenían que vivir así.

Aparte, le cagaba que las chicas buscaran cualquier oportunidad para ayudarlo con sus libros o mochila, como si el no se diera cuenta que no les interesaba el, si no su hermano Scott que venia en su auto por el despues de la escuela. ¡Arggg! ¡Como le cagaba escuchar a las chicas suspirar por el pendejo de su hermano! ¡Si supieran como dejaba el baño no lo mirarían con tanto deseo!  

Y también estaba eso sobre la mesa: su hermano. El muy bastardo se había auto proclamado su chofer personal, y no que no disfrutara el no tener que caminar hasta su casa ¡Pero por Dios! el imbécil se la pasaba regañándolo y humillándolo por "dejarse" romper la pierna. ¡Incluso se había atrevido a llamarlo: "Piernas de Pollo"! ¡El muy puto!

Como sea...

Después de hoy no tendría que volver a soportar a las estúpidas que lo acosaban, ni a las tonterías de su hermano, podría volver a su rutina y mandar a todos a la verga como se lo merecían. 

-¡Cuidado!- O quizas no.

-¡Arthur!- Apenas y tuvo tiempo para entender que pasaba, casi, pero casi, perdía su pase a la libertad de movilidad con otra tacleada, y si no fuera por que Vlad casualmente salia de los baños y actuó lo suficientemente rápido como para moverlo del camino, ahora mismo podría pensarse eso de mandar a la verga a todos.- ¿Estas bien?- Su amigo lo sostenía temiendo que en su afán de quitarlo del camino, lo hubiera lastimado. 

-Si, oye gra...- Pero no puedo darle las gracias a su amigo, porque el chico que casi lo arrolla ahora esta casi sobre el revisandolo detalladamente. Arthur tardo un par de segundos en reconocerle.- ¡¿Tu de nuevo!?- El chico parecio salir de su trance y se encontro con su mirada, parecia igual de sorprendido que Arthur.

-¡El chico de ojos verdes!- Arthur no supo como reaccionar a ese apodo ¿Acoso el debía identificarlo con algo parecido? 

-Aja, y tu eres el chico de las tacleadas ¿¡Que mierda pretendes lanzándote a mi así?! ¿¡Acaso quieres matarme!?

El chico parecio alarmarse.

-¡No, no! ¡Yo solo...!

-¡Arthur!- Los bocinazos del auto de Scott interrumpieron los pateticos intentos del chico para explicarse.

-Tengo que irme.- Vlad le arrebato la mochila del hombro y se la cargo.

-Te acompaño.- El asintio, habia empezado a emprender la marcha cuando una mano lo detuvo.

-Oye.- Era ese chico de nuevo.- ¿Que te parece si mañana nos vemos en la entrada? Quier disculparme bien contigo.

Arthur se lo penso por un momento ¿Perder el rato con ese chico o ir a clases? 

-¿Que tenemos a la primera, Vlad?

-Orientacion.- Puso los ojos en blanco, si tenia una oportunidad de saltarse la clase obvio la iba a tomar.

-Explícale a Lukas.- Pidio en voz baja, para que solo Vlad lo escuchara, para los demas podia ser un Kirkland mas vale madres, pero lo cierto era que Lukas era quien mas modulaba sus tendencias a saltarse clases, y no es que le tuviera miedo, pero lo mejor era no hacer enojar al-casi- siempre tranquilo noruego. Con voz mas fuerte se dirigió al chico de ojos azules.- Bien, nos vemos mañana a primera hora, pero no llegues tarde, odio la impuntualidad. 

El chico asintió y Arthur por fin avanzo junto con Vlad al auto de su hermano mayor.



La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora