Game of survival.

Uno por uno

El máximo de pulsaciones a las que debe ir el corazón se calcula restando la edad a 220, para un individuo de 40 años el máximo de pulsaciones por minuto serán 180, una mujer tiene una medida de entre 5-15 ppm más que un hombre y la formula anterior deberá ser modificada al restar la edad a 226, ahora bien imaginemos que ustedes están corriendo tan rápido que sienten el corazón en la garganta, alguien esta detrás de ustedes, pero esta persona es más joven que ustedes, los ppm son más, su corazón resiste más que el de ustedes, el es más rápido incluso, pero, tienen una ventaja, y es que saben la frecuencia cardiaca de reserva, se calcula restando la frecuencia máxima a la frecuencia de reposo, si saben estos dos datos, podrán ajustar mejor cada una de sus necesidades e incluso tendrán un mejor uso del oxigeno, lo que significa que quien se quedara sin oxigeno primero será el, lo que les dará la oportunidad de escapar más rápido antes de cansarse.

El miedo es la emoción que se encarga de mantenernos vivos, con el se desencadenan distintas reacciones inesperadas, el cerebro te prepara para una posible acción muscular violenta, necesaria para huir o pelear y esto hace que la función pulmonar y cardiaca se aceleren, llevando oxigeno a tus músculos, los vasos sanguíneos se contraen en muchas partes del cuerpo lo que hace que estés pálido o colorado, las glándulas que producen lagrimas y saliva se inhiben lo que provoca que la boca este seca y que rara vez llegues a llorar cuando te asustas, dilatación de pupilas, visión con efecto de túnel y perdida de audición, solo vez y escuchas aquello que te da miedo.

Hace 5 años esa información podría a verle salvado la vida a Jonathan, a Mary o alguno de todos los que murieron en el año pasado, pero no, la vida se volvió totalmente solitaria y más que nada se volvió dura, la idea de tener que llevar la vida de otras personas, de que su alimento y necesidades básicas dependan de tus decisiones, el miedo nos llevo a hacer cosas que ni siquiera pensábamos, entre ellas quitar una vida, nada es más horrible que ver como a alguien que haz conocido toda la vida, se vaya en segundos y que al final lo ultimo que observó fuiste tu, con un arma y el miedo en tus ojos, con el tiempo te aprendes a perdonar a ti mismo, y cada noche te recuerdas que la vida es así, nunca nadie me enseño como se sentirían esos días en los que no quería que llegara la noche, al cerrar los ojos, de nuevo estaba ahí, su mirada y como daba su ultimo aliento, nadie nunca te prepara para esto, nadie nunca te dice que es lo que debes hacer.

Todos nacimos en Colin Hill, no era ni una calle y mucho menos era un vecindario, era una cuidad entera, lo que era raro es que no había nadie mayor, no existían las personas ancianas, nuestros padres tenían casi la misma edad, a la entrada de la cuidad estaba un gran mural de los nombre de los fundadores y todos eran ellos.

Nunca hablaban de sus padres o de como llegaron ahí, la educación que recibimos nos preparaba para lo que ellos llamaban "Forjar sus destinos" decían que los destinos se encontraban cercanos, que pronto tendríamos una graduación, recibiríamos nuestros destinos y con ellos construiríamos una nueva cuidad, el día de la graduación seria el ultimo día que veríamos a nuestros padres y estaríamos listos para un nuevo comienzo, claro, no todo siempre es como dicen, ese plan funcionó por muchas generación, pero, siempre debe existir la que arruina todo ese sistema, este caso fue la mía, el destino que se forjo para mi era ser quien estuviera lista para dirigirlos en el nuevo comienzo. Nada fue como pensábamos, nadie quiso que las cosas terminaran como terminaron en Colin Hills, pero así fue, al final de todo nada es lo que parece.

Las reglas de como seria el futuro cambiaron, los roles que nos entregaron se perdieron, incluyendo el mío, la confusión llego al punto en el que uno por uno destruían su destinos.