Nιɴe мoɴтнѕ 🍧»¦ Yoonmin

Prólogo »

Jimin iba a tener un ataque de nervios en cualquier momento. Yoongi ya iba a la casa que ambos compartían. Y él no sabía como darle tremenda noticia, ni como sería su reacción.

Ahora se arrepentía de no haber seguido el consejo de Taehyung, "¡Siempre usen el globito, si no quieren tener cachorritos! " .

El sonido de la puerta siendo abierta y un "¡ya estoy en casa amor! " Lo alertaron.

-yoo-nnie ¿cómo te fue? - Yoongi se extrañó un poco espero ser recibido con un abrazo de oso y un besito en su mejilla.

-¡Estupendo Jimin! ¡conseguí el trabajo! - respondió con una gran sonrisa, haciendo que en sus ojos aparecieran una gran rayita.

-E-eso es génial -procuraba evitar tartamudear pero su estomago se revolvía e inconcientemente su cuerpo tenía espasmos.

-¿Qué tienes cariño? Estas temblando, ¿Paso algo?- pillado, así se sentía por su novio.

-Debo decirte algo, pero es mejor que te sientes.

Con una cara llena de preocupación, Yoongi se sentó, tal y como su nervioso novio le decía.

Jimin tomó una larga y profunda respiración:
—T-tengo un pedacito de cielo en mi pancita yoonnie.
 
 Su primera reacción fué fruncir el ceño, no había entendido. Después pareció comprender y abrió su boca como si fuera a gritar.
 
Efectivamente lanzó un gritito demasiado agudo que hizo sobre saltar al pelinegro, que lo observaba expectante.
 
Luego su rostro tomó una expresión neutra, pero sus ojos brillaban.
 
—¿Qué? —fue lo primero que pudo preguntar.

—Tendremos un Hijito Yoongi—al instante, Jimin sintió los fuerte brazon del azabache abrazarlo y soltó el aire que había contenido.
 
—Procuraré dar lo mejor de mí. Ahora tengo a dos bebés que cuidar y protegerte. — al terminar de decir esto, se separó un poco del abrazo y saco la playera que llevaba, acariciando su vientre aún plato.
 
—Seran unos tiempos dificiles, seguro se me antojara algo de comer en plena madrugada y tú deberás complacerme. — comentó Jimin mientras reía y observaba a Yoongi con todo el amor del mundo.

—Serás una bolita muy adorable— río también el azabache al imaginarce a su novio como una pelotita.
 
—¡Hey!—exclamó indignado—No soy adorable —.
 
—Lo que digas cariño— continuó riendo, mientras Jimin le daba una larga explicación del porque no era tierno.

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