Lessons Learned - oneshot Jensen Ackles

Lessons Learned

El sol de esa mañana revitalizaba a cualquiera y su calidez hacía que el ambiente fuera agradable y tranquilo.   Era el día perfecto para una caminata por el parque, un almuerzo al aire libre o un matrimonio en un hermoso hotel a orillas de la playa. En una linda terraza de una bien acomodada habitación, se encontraba una de las protagonistas de tan respetable boda. La hija del corredor de bienes raíces mas importante del país; con un chico de Texas que se ganaba la vida como escritor. Serena y Jey se habían enamorado durante la universidad cuando se conocieron en una clase de literatura inglesa. Serena necesitaba llenar su tiempo libre con diferentes materias, aunque más de una de ellas no parecía importarle; pero la posibilidad de estar a solas en su habitación individual sin hacer nada, no era demasiada tentadora. Jey, por otro lado, veía esa materia como parte de su carrera como escritor; saber lo que habían escrito y aprender de los mejores. Serena se sonrió pensando en cuanto tiempo había pasado, y lo lejos que estaban de aquel primer día de clases.
El  repique de su teléfono la sacó de sus pensamientos, y el nombre en la pantalla le hizo sonreír.

Serena: (No perdí tiempo y contesté con emoción en la voz) Dime que ya llegaste baby.

Jey: (Me sonreí por el desespero que había en su voz) wow ¿No te han dejado ni un minuto de descanso? Yo también te extrañé.

Serena: (Me sonreí sin mucho ánimo) Digamos que anoche las hice dormir en el cuarto continuo (Oír su risa por mi comentario me hacía sentir bien.   Dios, él era lo único que necesitaba para ser feliz)

Jey: (El silencio al otro lado me pareció extraño) baby ¿Está todo bien?

Serena : (Me forcé a romper mi propio silencio) Yeah. Solo estoy algo cansada. Hace mucho que no pasaba tanto tiempo con mi madre (Sonreí un poco pero intenté dejar de pensar en mi madre,   en la boda y el resto. Entonces noté lo relajado y tranquilo que se escuchaba) Suenas relajado 

Jey: (Ahogué una risa) Estoy feliz y solo serán unas horas más.

Serena: (Suspiré buscando tener la suficiente paciencia) Podría ayudarme desayunar juntos o un baño juntos (Con una pequeña voz algo mas coqueta)

Jey: (Una sonrisa se dibujó en mis labios casi de inmediato, a la vez que cerraba los ojos buscando aguantar la tentación. Teníamos 6 semanas sin vernos por insistencia de su madre, y aunque no dejábamos de hablarnos por teléfono, esas semanas fueron eternas. Probablemente cualquiera nos tildaría de exagerados pero teníamos casi un año viviendo juntos, el tiempo del compromiso,   y nos afectaba esa separación forzosa)   suena ... agradable. Pero no creo que cumpla con lo que le prometiste a tu madre.

Serena: (Sentí como mi cuerpo se quedaba sin una gota de ánimo)   Toda esta idea de no vernos me parece estúpida.   Tengo años conociéndote. No cambiaré de idea solo por que no te veo

Jey: Entonces ¿Cual es el problema? (Escuchaba el silencio proveniente de Serena y sabía que ella no estaba bien. Pero la recepcionista me hizo señas para acercarme) Baby, debo colgar pero recuerda,   solo cierra los ojos y respira.   Te quiero.

Serena: (Con el sonido de su voz respiré hondo y cerré mis ojos, haciendo justo lo que él me indicaba) te quiero baby (Él trancó la llamada y sentí que mi cuerpo perdía vida. Lo extrañaba con desespero. El sonido de la puerta de mi habitación abriéndose, y un increíble bullicio de voces femeninas agudizándose por la emoción me aseguraron que mi madre había decidido empezar el día)

Las siguientes horas,   Serena se embarcó en la obligada tarea de agradecer y sonreír para las chicas que estaban en su habitación,   las cuales pasaban por las manos de el mejor grupo de estilistas, asesores y profesionales de la estética pudiera pagar el dinero de su padre. Serena odiaba tanto despilfarro,   mas aún cuando ella moría por pasar ese hermoso Domingo con Jey. Pero para Megan Madwell, su madre, cualquier excusa era perfecta para restregar el dinero que poseían a los demás. En medio de la creación de su modesto peinado, Serena fue interrumpida por su madre, quien no podía dejar de observar de forma despectiva su elección de peinado.