Jasper miró nuevamente el lienzo, intentado descubrir qué era aquello que le hacía falta al cuadro.
Su estómago ya tenía aproximadamente una hora protestando por comida, pero la cabeza del castaño estaba más allá de eso, de preocuparse por llevar comida a su estómago.
—Te dará gastritis, Jas —dijo su tía Kate desde el marco de la puerta, con una bandeja cargada de sándwiches, jugos, galletas, gomitas, ensalada, carne y lo que olía a sopa de garbanzo.
El castaño frunció el ceño ante tanta comida, estando más que seguro que toda era para él. Era un hombre, no un gigante con apetito.
Era extraño ver a su tía Kate entrar en su cuarto, ella prefería pegarle una buena cantidad de gritos desde la cocina que entrar a la “cueva”.
Su cuarto era normal, como cualquier habitación típica de un adolescente, con la diferencia que las paredes de Jasper tenían todas y cada una de las pinturas que él había hecho, las cuales consistían en rostros y una colosal cantidad de desnudos.
—Si quisiera ver a alguien desnudo, no tendría que pagar nada porque simplemente tendría que entrar en tu cuarto y caso resuelto —Siempre decía Walter cuando entraba en la habitación.
Kate odiaba eso, ver a todas esas mujeres y hombres desnudos en posiciones insinuantes repartidas con total despreocupación.
—¿No te da miedo despertar en la noche y ver todos esos ojos sobre ti? —Eso ella también lo odiaba, todos esos ojos fijos en ella. —Siento que en cualquier momento van a salir de la pared y me irán a buscar para arrancarme la garganta con la boca.
Jasper jamás entendió eso, el miedo que ella sentía cuando algo la observaba mucho, o que algo supuestamente la estaba mirando. Su tía Kate ni siquiera tenía fotografías en su cuarto, ni en la sala, solo una grande en las paredes de la cocina, donde estaba ella, Jasper y el papá de Jasper antes de morir.
Kate era un poco particular.
—No necesito tanta comida, a menos que eso sea para los dos —Por fin él apartó la vista del cuadro y la miró directamente a los ojos.
—Eres un deportista, y debes estar bien alimentado si no quieres que te de un patatús en pleno campo de juego.
Cierto, los deportes.
Jasper en ocasiones se sentía como el típico chico popular de las series que en algún momento terminaría con su linda novia popular y se enamoraría de una nerd devora libros. Él odiaba sentirse de esa forma, pero él no hacia deportes para ser popular, él hacia deportes porque quería ganarse una beca en alguna buena universidad, porque estaba más que claro que sus calificaciones no le ayudarían en nada.
Además, Sue era una chica dedicada a sus estudios y a su música, no solo una chica popular y hueca.
Él se levantó de su banquillo de madera y dejo la pintura en la ventana para que se secara, rogando que los loros de su vecina no fueran a hacerle popó a él.
—Bien, como digas, Juana —respondió Jasper burlón, dándole un beso en la mejilla de su tía.
Pasó por el largo pasillo hasta llegar a la cocina, dejando la bandeja en la mesada y sentándose el frente a esta para comenzar a devorar la comida que le había preparado su tía.
—Hace unos días vi el cuadro que hiciste de Dafne —dijo Kate, parándose frente a él con los brazos extendidos sobre el granito pulido. —Quedó exactamente como ella se imagina.
Él sonrió antes de devorar su filete con un delicioso sabor a especies y limón.
Dafne era la ahijada de Kate que, justamente, estudiaba en el mismo lugar que él. Por lo general la veía en los pasillos o en la cafetería con los amigos de Samuel, otras veces le tocaba ir a buscarla a su casa o llevarla a algún lugar. No eran primos, porque no había ningún lazo de sangre que los unía, pero se trataban como tal.
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El fantasma del pájaro || PAUSADA
Romance"Su recuerdo todavía volaba por mi cabeza, dejando plumas doradas que se fundían con el negro asfalto de mis recuerdos. Aún recuerdo su hermoso cantar de verano, aquellos tiempos en donde sus colores eran tan llamativos que cautivaban al viento y ci...