Capítulo sesenta y tres: La batalla final. "Siempre unidos"

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Ambas jinetes rubias estaban en el aire con sus dragones, segundos después los demás jinetes se unieron a ellas, dispuesta a tener la ventaja en el campo de batalla. Las Bog Burglars, al no tener dragones, atacaron como siempre solían hacer a pie con sus armas al frente.

Los romanos reaccionaron segundos tarde, pero procedieron en avanzar para atacar, pero...

Enormes rocas salieron de la nada pasando de lado de los jinetes para caer encima a varios romanos que no pudieron esquivarlo quedando como resultado aplastados.

Los jóvenes de Berk, más Camicazi y Bertha, voltearon hacia la otra dirección y ver sorprendidos como barcos Berkianos se acercaban y desembarcaban de una vez para que incontables guerreros vikingos saltarán con sus armas lista para el combate.

¡Ya es hora, Bocón!--exclamó Estoico el vasto con su hacha gruesa en mano y mirar como su amigo se cambia su prótesis por una hacha casi igual a la suya.

¡Estoy listo!--respondió con euforia para que ambos saltarán del barco y encontrarse con Sigurd y Patón que los esperaba para correr los cuatro juntos al campo de batalla.

La llegada de los Berkianos los tomo por mucha sorpresa a todos, más por los romanos que ahora estaban en desventaja y en enormes problemas, los que se encontraban al final de la fila procedieron a retirarse con intensión de salvar su vida, pero los que estaban al frente no tenias esa opción ya que ya estaban peleando.

¡Gemelos, ¿querían acción?, Aquí la tienen. Ataquen al flanco izquierdo, háganlos volar!--ordenó Astrid a los gemelos para que gritaran de emoción, más Brutacio que Brutilda, para dirigirse al flanco izquierdo del enemigo.

¡Patapez, Patán, ustedes se encargarán del flanco derecho!--ordenó también Camicazi para que ambos chicos fueran a atacar el flanco derecho para luego mirar a Astrid con una sonrisa--¿piensas lo mismo que yo?.

¡Claro que sí!--dijo con una sonrisa igual para que ambas descendieran al frente de la batalla para que sus dragones dispararán encima del enemigo haciendo que muchos retrocedan--¡ohhh si, bien hecho amiga!.

¡gracias hermana!--dijo igualmente emocionada para volver a arriba a una altura segura--¡ahora ya entiendo a los gemelos!.

¡Si ajajaja!--rieron ambas un poco pero reaccionaron rápido cuando intentaron pegarles con flechas--estuvo cerca.

Sí. Nos reiremos más tarde, ahora hay que seguir--dijo poniéndose seria y observar desde las alturas al grupo que hace un momento intento atacarlas recargando.

Estoy de acuerdo--concordo para darles unos golpesitos a Tormenta--vamos nena, hay que terminar con esto.

Así fue como ambas chicas permanecieron juntas en combate al lado de sus dragones para así asegurar mejor la batalla.

Mientras en tierra...

Bertha acababa de acabar con otro romano perforando su armadura con su hacha que, sin fijarse, ya estaba desgastada.

A-ah ah podemos ganar esta--se dijo a si misma la jefa jadeando un poco del cansancio y mirar su hacha--la victoria es casi nuestra.

Un romano salio de la nada corriendo hacia Bertha, que estaba distraída y cansada, para matarla con su espada, pero cayó muerto a unos centímetros de distancia casi cayendo a los pies de Bertha.

Bertha miro sorprendida al hombre que intento matarla en su descuido para ver como este tenia un hacha incrustada en su espalda siendo la responsable de su muerte.

Deberías tener más cuidado, Bertha--dijo el dueño del hacha para poner un pie sobre el cadáver del romano para retirar su hacha--esta no es la típica reunión del Gran Salón.

Cómo Entrenar A Tu Dragón: Elección DecisivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora