Transcurre el año 2017, Nueva York, Hellskitchen, un lugar donde te aseguro no te gustaría vivir, lleno de criminales, las calles plagadas de pandillas, adictos y la peor escoria que te podrías imaginar, algunos aún se preguntan: ¿y la policía? Con la esperanza de que un día llegaran y solucionaran todo, como si fuera así de sencillo, lo que no saben es que ellos temen solo acercarse a ese lugar, muy pocos estábamos aquí, viviendo un mundo que parece sacado de la imaginación del mas retorcido psicópata, viendo a diario noticias de asesinatos brutales, violaciones, hasta cadáveres de niños encontrados destrozados sin piedad, pero sin embargo prevalezco en este lugar, tratando de limpiar algo de toda esa porquería , Josh Allen es mi nombre, 38 años, detective, mi especializo en asesinatos, mala elección para un lugar como este, lo sé, no es necesario que me lo recuerden. Soy dueño del único despacho de detectives en toda esta parte de la ciudad, no sé porque hablo en plural cuando el único detective en el despacho soy yo, pero aun así no estoy tan solo, tengo a mi confiable pero torpe secretario, Brucci o más bien Bruce Ross, un tipo regordete con una imborrable sonrisa que prevalece a pesar de a diario ver las mismas desgracias que yo veo, torpe para muchas cosas pero mucho más amable y sociable que yo, muchos me preguntan la razón de haberlo contratado y bueno, diría que es porque es mi mejor amigo, más bien el único amigo que tengo. Nuestro despacho se está yendo por el precipicio, no recibimos clientes, siempre somos Brucci y yo a diario, abriendo a las 8 am y cerrando a las 8 pm, los pocos clientes que recibimos vienen con casos tontos que pagan poco, muy poco, y apenas da para pagar el alquiler del lugar, tal vez es porque no nos vendimos a la mafia como todos los policías y todos los periódicos del lugar que hacen pasar cada asesinato como tiroteo de pandillas con victimas ajenas o suicidios muy poco creíbles, si solo nos dieran un caso como esos saldríamos a la luz como quienes expusieron a la mafia, o tal vez solo terminaríamos muertos por querer ser héroes.
EL ASESINATO DEL SR. THOMPSON
El 12 de agosto, Brucci y yo teníamos pensado cerrar temprano, de todos modos, nada impresionante iba a golpear la puerta, o eso creíamos hasta que la campana de la puerta sonó, así dejando entrar a una joven, labios color cereza, cabello borgoña, una piel blanca, pero no demasiado, y un vestido color negro al ras de sus curvas que nos dejó boquiabiertos, yo solo pensaba en lo bella que era, cuando me dirigió la palabra como volviendo a la realidad trate de poner una cara más seria, y una postura formal, presentándome y Brucci haciendo lo mismo, ella me comento tener un problema que requería un detective, hice que Brucci se vaya de mi oficina, así quedándome a platicar con ella para poder escuchar los detalles del asunto, se trataba de Violet Thompson, su familia era una de las más ricas de Nueva York pero sabiendo que tenían lazos con la mafia dude mucho en aceptar sin ni siquiera haber escuchado su problema, cuando le estaba a punto de decir que no, ella menciono la paga, muy generosa por cierto, por lo que decidí dejarla hablar, dijo que se trataba de un asesinato que había tratado de encubrirse en su propia familia, en ese momento mi expresión fue de una calmada y atenta a una preocupada y sorprendida, algo me hacía pensar que esta chica quería la verdad y no era como el resto de su familia o tal vez me estaba dejando guiar por una cara bonita que me miraba y trataba de verse como un borrego entre lobos cuando solo era un lobo más, en el momento no lo pensé mucho y acepte el caso, me proporciono el resto de la información de la cual yo tome notas, victima: Tobías Thompson, fecha de muerte 8 de agosto, supuesta causa: humo en los pulmones, su cuarto se incendió sin razón aparente, es obvio que es raro, pero tratándose de actos de la mafia es poco probable que alguien siquiera lo mencione, pero por esa razón entro yo al acaso, pasados unos días de la petición de la señorita Thompson se hizo el día 15 de agosto, me desperté 8 am y luego de ducharme e ir a buscar a Brucci, nos dirigimos a la morgue donde se hizo la autopsia de Tobías. El forense dijo lo mismo que decía el informe, hasta que le mostramos unos cuantos dólares y soltó poca pero muy útil información, dijo que tal vez unos hombres le habían pagado para que cambie el informe, y que si aparecían unos dólares en su consultorio cuando nos fuéramos nos haría llegar la información por medio de e mail, al irnos y dejar el pequeño monto nos dirigimos a ver a un informante de la zona más baja de Hellskitchen, el loco Roy, muy loco pero era el único que conseguía información por esos lados, lo encontramos tratando de conquistar una prostituta, tal vez estaba muy drogado o simplemente estaba siendo el mismo idiota de siempre, lo subimos al coche con obvias protestas de su parte y también el repertorio más amplio de insultos que puedan imaginar, luego de que lo sentamos en el asiento trasero y vio que éramos nosotros se tranquilizó y nos saludó como si no nos hubiera dicho nada anteriormente, le estábamos comentando del tema pero la cara de perdido y volado que tenía cambio drásticamente cuando le mencionamos que estábamos indagando en el misterio de la muerte de Tobías, palideció y se quedó quieto, el auto se mantuvo en un silencio completo de parte de cada uno de nosotros, cuando rompí ese silencio preguntando si tenía idea del tema, Roy comenzó a sudar y su respiración se aceleró, dijo no saber nada pero yo sabía que estaba mintiendo así que continué preguntando, se lo notaba cada vez más incómodo, cuando el parecía ir a hablar recibimos un choque en la parte trasera del auto, una camioneta negra con vidrios polarizados, que nos siguió, estábamos tan ocupados tratando de interrogar a Roy que no nos percatamos de eso, inmediatamente aceleramos para poder huir pero la camioneta seguía rozando nuestro parachoques trasero de modo que si bajábamos la velocidad íbamos a volcar y no creo que la cosa se detuviera hasta acabarnos, Roy dijo que sabía qué hacer y por lo tanto con un poco de miedo cambiamos rápido de lugar y el condujo como un loco sin tener cuidado con los peatones los cuales por poco se salvaron y así pudo doblar en una curva dando un volantazo que hizo que apenas dobláramos mientras que la camioneta no lo logro y siguió adelante chocando contra un local que no pudo evitar. Al seguir en el auto y cambiar de lugar una vez más con Roy seguimos con las preguntas, el pidió que vayamos a un lugar más seguro por lo que nos dirigimos hacia mi departamento, un lugar modesto, por esa razón pasaba desapercibido, aunque con el miedo de que nos hubieran vuelto a seguir, esto se trata de crimen organizado no de unos simples pandilleros en una persecución. Entramos al departamento y cerramos todo asegurando la puerta y las ventanas de modo que sea lo más dificultoso posible entrar, se hicieron las 4 pm y comenzamos a interrogar a Roy, el comenzó a contar todo lo que sabía, dijo que semanas atrás antes de que Tobías muera se rumoreaba que el viejo quería bajarse del negocio porque estaba enfermo y quería pasar sus últimos días limpio, fuera de toda actividad criminal, yo simplemente me quede callado, pero aun no tenía pistas de que lo que Roy decía fuera verdad, debía de confirmarlo con el forense o con el médico personal de Tobías, la cosa venia cada vez más difícil, aunque tenía lógica que si el viejo quería salirse del negocio fuera asesinado por la mafia, en especial porque el aportaba muchísimo dinero a esta, y si el moría su empresa pasaba a manos de su hijo mayor, que se rumora estaba del lado del crimen organizado, deje ir a Roy luego de un rato, y le pedí a Brucci que también se fuera, necesitaba descansar y yo también. Estuve la mitad de la noche sin poder dormir, en mi cabeza giraban teorías e ideas, todas podían ser correctas pero también podían ser incorrectas, logre conciliar el sueño, aun así solo dormí unas pocas horas. Al despertar sentí un mal presentimiento pero supuse que sería cosa de los nervios, llame a Brucci toda la mañana pero no me respondió, comencé a ponerme nervioso cuando sentí una brisa en mi nuca y de inmediato mire atrás, mi ventana estaba abierta completamente, yo había confirmado que estaba cerrada antes de dormir por lo que me dispuse a buscar mi Magnum para poder defenderme rápido en caso de que alguien se hubiera colado, no era una zona para confiarse de nadie, y mucho menos si se metió en tu casa, cuando corría a mi cuarto para tomar mi arma alguien me quiso ahorcar con una cadena, apenas pude alcanzar a poner las manos en frente de mi cuello para no quedar indefenso ante el atacante, lance un cabezazo hacia atrás para alejar al atacante, lográndolo de forma exitosa, al darme vuelta para golpearlo la puerta se abrió de un golpe así dejando ver a mas sujetos, no pude hacer más que tomar mi libreta de notas y subir las escaleras de mi departamento para poder escapar por la ventana del baño que daba a las escaleras del exterior del edificio, estas eran muy viejas y frágiles por lo que cuando trate de utilizarlas se comenzaron a caer por lo que me lance sobre un conteiner lastimándome la espalda y la pierna apenas logrando moverme, para mi fortuna me perdieron de vista, en mi estado no podía ni caminar bien, mucho menos estar en un combate mano a mano ni siquiera uno a uno, corrí cojeando como pude, la gente de la calle me miraba como si yo fuera otro pandillero huyendo de una balacera, no sabía a donde ir, solo me quedaba la opción de recurrir a mi agenda donde también tenía algunas favores que cobrar, llame a unos cuantos contactos que accedieron a ayudarme, pero decidí ir con el único que no sonó sospechoso a pesar de saber que seguía siendo un gran riesgo, fui a su casa, él se llamaba Mike, tipo rudo, ex soldado difícil de intimidar como para ser amenazado por quien sea, el me ofreció refugio porque tiempo atrás descubrí quien fue quien intentó robarle sus armas para poder venderlas, el tipo estaba muy agradecido por lo que no pareció molestarle darme asilo un tiempo, al caer la noche escuchamos autos llegar, eso no podía ser bueno, para nada bueno, al mirar por la ventana vimos como bajaban más y más hombres armados, comenzaron a disparar contra la casa, a penas logramos lanzarnos al suelo para que no nos alcancen las balas, Mike pudo moverse hacia su cuarto a buscar armas, me lanzo una Skar mientras que el tomo una ak47, el tipo sí que estaba armado, tratamos de defendernos con lo que teníamos pero el numero nos jugó demasiado en contra, el de nuevo se dirigió a su cuarto pero esta vez salió de el con una enorme minigun, definitivamente eso no era legal, pero a quien carajos le importa la ley en un momento así? Déjenme decirles a mí no, el trato de detenerlos pero a pesar de bajar a muchos recibió varios disparos, me dijo que escapara, pero no podía dejarlo ahí, me apunto con un arma y me grito: "FUERA!", tuve que intentar correr una vez más, él los retuvo el tiempo necesario para que yo huyera, definitivamente ni la prensa, ni nadie debía enterarse lo que en realidad le paso al viejo, esto era mucho más grande de lo que yo imagine, solo por investigar un poco la mafia estaba detrás de mí, necesitaba comunicarme con Brucci, yo pensaba lo peor, así corrí y corrí hasta llegar a mi departamento, supuse que alguien me estaría esperando dentro por lo que tome lo primero que vi, una barra de metal y entre de forma cautelosa, alguien me ataco pero no fue un hombre de la mafia, fue Roy el bendito loco Roy!, al verme y reconocerme no me ataco, ni yo a él, le pregunte sobre que hacía en mi departamento, puso una cara de preocupación y miedo, pero procedió a contarme, "Cuando el gordo y yo salimos de aquí ayer fuimos atacados hermano!, no eran simples pandilleros, eran de la mafia, estoy muy seguro de eso!, los hijos de perra metieron al gordo en una camioneta y me patearon el culo, me dijeron que si hablaba me matarían, entiendes eso? Debes protegerme, carajo, me metieron en un gran lio tu y ese gordo imbécil", se habían llevado a Brucci, no sabia si estaba vivo o si lo estaban torturando, pero no tenia modo de continuar sabiendo que estábamos en esto porque acepte el dinero sucio de una chica que probablemente no vuelva a ver si no resuelvo el caso, hice que Roy se largara, estaba demasiado involucrado, ya tenia la sangre de alguien en mis manos, no quería más, supe que si quería ver de nuevo a Brucci debía resolver el caso a como de lugar, no importaba que se interpusiera, tome mis cosas y me fui a un motel donde no me encontrarían, ahí es donde se me ocurrió ir a ver al Dr. Andrews, el médico personal de Tobías, sino quería hablar estaba dispuesto a hacerlo hablar de cualquier forma, con esa idea fui a dormir . Desperté y de inmediato tome mi arma y me dirigí a su consultorio, pude hablar con él, decía que era secreto profesional hasta que puse mi arma en su cabeza, fue cuando empezó a hablar, dijo que efectivamente el viejo estaba muriendo, cáncer, pero que no sabía nada más que eso, eran médico y paciente mas no amigos, lo deje y me largue de ahí, al salir choque con una especie de reportera que trataba de hacer una nota, parecía ser una principiante, se me acerco tratando de entrevistarme, le dije ser detective y no tener tiempo pero insistió tanto que se me imposibilito negarme, literalmente se ponía en frente de mi camino, dijo estar harta de las injusticias y de que la policía no haga nada por ciertas partes de la ciudad, en un principio me pareció una reportera más que fingía preocupación cuando no le importaba pero ella parecía ser algo distinta pero no podía asegurarlo con dos o tres palabras, así que solo me fui, trate de buscarla en internet, Molly Kent, 26 años, parecía tener un blog de periodismo en una página muy principiante, me comunique con ella a través de los números que dejaba en su página, le pregunte si le interesaba una historia, si alguien lo ponía en internet o en donde sea, sin censura todos podrían enterarse de cómo es todo en realidad, me vino como anillo al dedo, pero no podía exponer a la mafia sin saber qué pasaría con Brucci, debía asegurar su seguridad. Me dirigí a mi despacho, encontré mis papeles en el suelo, todo revuelto, como si alguien hubiera ido buscando algo, entre los papeles que quedaban encontré el número de la señorita Violet Thompson, la llame exigiendo respuestas, con todo lo que paso era lo mínimo que esperaba, me pidió reunirnos, no me dio nada de confianza pero debía hacerlo, nos encontramos en un bar, al verla me causo rechazo de pensar que todo esto que estaba pasando era su culpa, y en gran medida era cierto, pero también mía por acceder a involucrarme, hablamos mucho tiempo, pero en esa charla ella me dijo algo que me descoloco, su hermano mayor Eliah Thompson dueño de la empresa familiar y heredero principal de la fortuna no era solo eso, y tampoco estaba vinculado a la mafia, él era la cabeza de la mafia, él era su líder, poco a poco todo fue cerrando, el mando a matar a su padre no solo por la fortuna, sino porque sabía que podría llegar a delatar quien era en realidad, esto no iba nada bien, si ese tipo sabia de mí y de lo que estaba haciendo solo era cuestión de tiempo, me despedí de Violet y fui rápido a mi departamento, pero lo que encontré ahí fue lo más grotesco y traumante que había visto, ahí estaba Brucci, con la cabeza cortada sostenida por sus propias manos, su cuerpo pálido emanaba un olor putrefacto como si llevara muerto varios días, de su boca se alcanzaba a ver un papel, una carta para mí, la carta solo decía "deja de meterte en nuestros asuntos", no tenía a quien acudir, estaba en shock. Llamé a la policía, se llevaron el cuerpo pero no hicieron ni una pregunta, esa noche no pude dormir en mi apartamento esa noche, no era por la puerta rota o por el desastre que las peleas dejaron, sino que cada vez que miraba dentro de él veía al cuerpo sin vida de Brucci, fui y pase la noche en mi despacho, no pegue un ojo en toda la noche, no pensaba seguir investigando, había sido suficiente, pasaron semanas, no pasaba nada fuera de lo normal, aunque ya nada era como antes sin estar Brucci, todo fue mi culpa y solo mía, nunca debimos meternos en un caso así para empezar, después de lo que paso ya no soñaba, al dormir era como verme sumergido en un enorme vacío o simplemente era como abrir y cerrar los ojos así las horas pasando de forma que no parecía afectarme el pasar de ellas, todo el tiempo estaba cansado, desganado, comencé a vivir en mi despacho, una forma de ahorrar pagando una sola renta, llegado el 2 de septiembre sin noticias del crimen como si todo hubiera quedado en la nada, ese día decidí prender el televisor para ver en que había quedado el mundo, en las noticias se reportaba el asesinato de 3 personas, Roy Lucky, el Dr. Andrews y Bruce Ross, ¿Por qué el asesinato de Brucci apenas era reportado?, algo no andaba bien, tampoco había sabido nada de Roy desde hace semanas y mucho menos del Dr. Andrews, escuche que estaban por nombrar al asesino así que mantuve la atención en el televisor, ahí fue donde lo escuche "El asesino ha sido identificado como el detective Josh Allen, quien al parecer también es sospechoso de causar el incendio donde el magnate Tobías Thompson murió, ha sido clasificado como un psicópata muy peligroso, al parecer la policía ha descubierto su paradero y van a por él, según nos dicen también participo en varios tiroteos muy recientes por lo que la policía está dispuesta a matar con el mínimo movimiento en falso del sujeto" , de esta no podría escapar, pasaron muchas ideas por mi cabeza, tomar mi magnum y acabar con esto o abrirle fuego a la policía con ella para que terminen con todos mis problemas, si me metían en la cárcel no la iba a pasar nada bien, yo metí a muchos de esos tipos ahí, además no se recibe bien a alguien de la ley por obvias razones, no iba a durar mucho, estaba seguro de eso pero no tenía el valor para acabar con mi vida yo mismo y no quería darles la satisfacción de matarme, simplemente espere hasta que desde la calle oí "salga con las manos en alto, el edificio está completamente rodeado por efectivos de la policía y operaciones especiales, salga ahora o abriremos fuego a su vivienda sin importar que le pase a usted", salí con las manos detrás de la cabeza y me entregue, me esposaron, me llevaron a juicio, no duraron más de 30 minutos en declararme culpable, yo ni siquiera levante la vista durante este, cosas como esa me llevaron a la conclusión de que justicia no es que el culpable reciba su merecido, justicia solo es que alguien pague por el crimen, me llevaron a la penitenciaria "VICTORY", raro nombre para un lugar así, todo era como me imagine, las pandillas la controlaban y los guardias solo eran corruptos imbéciles inoperantes que por un par de dólares despejaban el lugar para que te patearan como quisieran los demás reclusos. De un momento para otro ya estaba privado de mi libertad conviviendo con la escoria que tanto detestaba, creí saber cómo era todo, saber cómo defenderme, pero al parecer estaba muy equivocado, me daban palizas diario, me golpearon tanto que ya no sabía si llamar dolor a cosas que había sentido tiempo atrás, los golpes que me habían dado era piquetes de mosquito comparados con la manera en la que me atacaban aquí dentro. Como toda cárcel estaba dividida en pandillas, por un lado teníamos a la NWA la pandilla de los negros, andaban en grupo, nunca se veía a uno solo ,manejados por Big Ray, un tipo obeso y calvo con una barba candado que él pensaba le lucia bien, luego los Batos la pandilla de los mexicanos y demás latinos, el que no tenía navaja seguro tenía un arma de fuego, andaban en cada esquina de la cárcel, y por ultimo La Supremacía, una banda de nazis idiotas, de a uno no eran peligrosos pero no te enfrentaban de a 1, además no jugaban limpio y había que cuidarse mucho de ellos, cualquier excusa era válida para pelear según su grupo. Siendo un detective no podía unirme a ninguna de estas pandillas, obviamente no me querían cerca, solo por mirarlos me golpearían, no tenía nada más que un agrio deseo venganza por salir y acabar uno por uno con cada integrante de la mafia de Eliah Thompson. Solo les aseguro una cosa, esta historia no termina aquí.