No el echo de que no te nombre quiere decir que no estés presente en mi día a día, en momentos menos pensados en olores o frases que me hacen viajar hacia ti.
Porque el sólo echo de mencionarte o contar algo sobre ti producen un mar de lágrimas aveces de tristezas o de felicidad, pero lágrimas al fin que evitan que pueda seguir contando lo feliz que era cada vez que te acordabas de mi o de cuando no me reconocías, de cuando me veías y me sonreias y me pedias que no te dejará sola, de cuando me agarrabas mi mano para que pudieras dormir y té despertabas cuando me soltabas.
Son vivencias que jamás olvidaré las llevaré grabadas en mi, fue algo que marco un final y jamás seré capaz de recomenzar.
me duele hablar de ti porque ya no te tengo.
ya no estas aquí.