Capítulo veintisiete.

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–El salón de entretenimiento es el lugar donde vemos TV, o escuchamos música –aclaró Jimin.

–Ah... –asentí y me abofeteé mentalmente por haber imaginado una habitación sadomasoquista al estilo de las 50 sombras de Grey.

–¿Qué es lo que estabas... pensando? –él sonrió ladino y no esperó una respuesta–. Sígueme.

Sin decir palabra alguna lo seguí por el pasillo alfombrado hasta que llegamos ante una puerta doble que él la abrió de par en par y dio un paso a un lado para dejarme pasar.

Una enorme lámpara de araña colgaba del techo destellando sus cristales sin siquiera estar encendida, no podía esperar menos, cada rincón de esta casa desborda lujo.

–Toma asiento –dijo él mientras cerraba las puertas.

–Imaginé que habría cosas como una mesa de billar o máquinas de videojuegos –mencioné mientras me dirigía al sofá de cuero frente a un enorme televisor.

–Tengo todo eso, pero está en el salón de juegos.

–Vaya... –reí por la respuesta inesperada mientras me sentaba y dejaba mis muletas alado.

–¿Quieres ir?

–No gracias –me derretí en el cómodo sofá y cerré por un instante los ojos–. Solo comeremos porque muero de hambre y después volveremos a la tarea.

–Como quieras –señaló hacia el televisor con el control y se sentó en el mismo sofá que yo, pero al otro extremo.

–La advertencia de mis amigos te quedó muy presente ¿cierto? –reí.

–¿Qué?

–Te has sentado lo más lejos posible de mí.

–¿Quieres que esté más cerca? –sonrió de lado y levantó su ceja.

–No –lo miré entrecerrando ligeramente mis ojos– Por cierto, Jimin...

–¿Qué? –él cambiaba los canales del televisor sin mirarme.

–Bloo tenía un brazo inmóvil –no pude evitar ver la comisura de su boca que parecía cada vez más amoratada–. ¿Por qué no te defendiste?

–No me gusta la violencia... ya te lo dije –respondió en un hilo de voz mientras bajaba su mirada al piso por un par de segundos.

–Si... como sea... –fruncí una mueca en mi boca libremente ya que él regresó su atención al televisor.

–Lo digo en serio Danbi. La próxima vez que tus amigos quieran atacarme a golpes, no voy a quedarme sin hacer nada, tengo un límite.

–¿Estás diciendo que no te defendiste y dejaste que Bloo te golpee deliberadamente?

–Por favor, Danbi –su sonrisa cínica se hizo presente en su boca–. Mírame. Soy puro musculo y también más alto que ese sujeto. Podía haberlo molido a golpes si hubiera querido.

–Te recuerdo que lo golpeaste al descuido cobardemente –levanté mi ceja acusándolo.

–Eh... si –bajó su mirada–. Ese fue un gran error, recurrir a la violencia... –suspiró–. Supongo que perdí un poco el control y me volví un ignorante como él.

Ese comentario me hubiera enfurecido pero el tono de voz con el que él hablaba sonaba un tanto melancólico.

–¿Y cuánto más tardará la pizza? –me estiré hacia él para quitar de su mano el control del televisor ya que había recorrido todos los canales sin dejar uno solo reproduciéndose.

RUDEWhere stories live. Discover now