Lee volvía a casa agotado luego de un tortuoso día en el instituto, acerca de un examen de matemática, los números ya lo habían dejado traumado.
Libertó un colosal suspiro mientras metía la llave por la cerradura, controlando sus ganas de tirarse al suelo y quedarse dormido. Pero se detuvo en seco al recordar a su dongsaeng con el que compartía habitación, lo conocía lo suficiente y sabía lo que iba a suceder si se topaba con él.
Arrimó la puerta y verificó que su dongsaeng pervertido no estuviera ahí, y efectivamente, no estaba, por su suerte.
Suspiró aliviado después de cerrar la puerta con cuidado de no cometer ningún ruido, e intentó caminar despreocupado hacia su habitación a pasos con esmero; si nada malo creía que podía ocurrir, se escuchó un maullido contento a sus espaldas, y resonó repetidas veces hasta sentir la cola de su gatito danzar por su pierna.
―¡Soon-ie! ¡Shh!― le susurraba suplicante a su mascota pero este solo hacia caso omiso.― Soon-ie coopera por favor sino Hyunjin sabrá que estoy a-
―¿Minho hyung? ¿eres tú?
En ese momento, Minho sintió el verdadero terror.
―S-soy el repartidor de comida china. ¿Alguien ordenó un poco de Sopa W-wantán?
Pudo escuchar desde lejos la carcajada de Hyunjin, y pasos lentos asomándose al marco de la puerta que da hacia la cocina, Lee estaba estático, pensaba si debía salir corriendo. Hasta que vio ese rostro radiante de inocencia fingida, un lobo vestido de cordero.
―¿Intentabas esconderte de mi, hyung?― sonrió. Llevaba sus dos manos tomadas hacia atrás, como tal chico inocente, y sus ojos eran tan brillantes como aquellas estrellas esparcidas por la galaxia, colmados de deseo.― Ay hyung, que travieso eres. Sabes que de igual manera no podrías lograr evitarme.., vivimos juntos.
―Jinnie~― clamaba el mayor cuando tenía a su dongsaeng acorralandolo en la fría pared, tomando sus dos muñecas hasta elevarlas por encima de su cabeza.― Estoy cansado, ¿no podemos hacerlo en otro momento?
―Hyung...― susurró rozando sus labios con los del contrario, que para Minho era una tortura pues quería que lo besara de una vez, para acabar todo más rápido.
Y en ese instante Hyunjin tomó a Minho por los muslos levantando así a su mayor hasta que sus delgadas piernas se enredaran entre si por detrás de su cintura. Seguido comenzó a besarlo, un beso fugaz lleno de deseo, que obligaba a Minho a tragar sus protestas remitidas a Hyunjin.
El único sonido que recorría la habitación, era el de los chasquidos que emitían los labios al separarse para volverse a unir. Sin previo aviso la lengua del menor se apoderó de la cavidad bucal del contrario, que hizo hacer que Minho soltara un pequeño gritito.
―Mmgh, Hyung, sus labios saben a sandía― murmuró el menor sobre los labios del otro, para empezar a besarlo salvajemente, con escasez. Necesitaba mucho de aquellos labios que lo ponían tal como un delirante, con suma urgencia.
Minho apoyó sus dos manos para empujar al pecho tan ardiente que pertenece a su dongsaeng, pero este nombrado era muy fuerte. En un movimento brusco logró separarlo, ya se estaba quedando sin oxígeno.
―Hyunjin espera, te estás saliendo de control...― le dijo en un tono más alto. Prestamente se sentía intimidado por su menor, sus ojos oscurecidos titilaban, y su expresión facial lo hacia ver calientemente atrayente, ¿de cómo el niño inocente cara de ángel a cambiado de manera rápida a un rostro de fuckboy jodidamente sexy?
Duraron en silencio por unos largos segundos, hasta que el pelinegro cargó a Minho para transladarlo a la habitación.
―¿Hyunjin?
―Lo único que quiero oír salir de ti, Hyung: son gemidos...― una corriente eléctrica paseó por la anatomía de Minho. Al estar ya acostado en la cama, Hyunjin se quitó la camiseta antes de continuar, gateó hasta el cuerpo de Minho y continuó; se ubicó entre sus dos piernas y se inclinó hasta comenzar a besar el cuello del castaño, chupando, mordiendo, lamiendo, envolviendo el cuello de su hyung con chupetones.
Minho dejó huir un gemido, presentía que debían detener esto ーaunque ya lo ha hecho incontables de veces con Hyunjinー cuando el pelinegro ya le había quitado la camiseta que vestía anteriormente.
―Hyu-hyunjin, a-ah~― el contrario estaba ocupado marcando un rastro de chupetones desde el cuello hasta el abdomen.―, Hyunjinnie ya.― Minho intentó levantar los brazos para apartar a su menor pero se sobresaltó cuando el llamado se levantó velozmente para atrapar sus brazos y llevarlo hacia atrás, para callarlo con un beso lujurioso sin que falte nada por devorar.
Minho agradeció a los cielos cuando un toque de puerta los interrumpió; trayendo consigo el maullido del gatito menor del castaño. Hyunjin apretó de forma agresiva las sábanas deshaciendo un gruñido, del otro lado de la puerta se escuchaba un grito con una voz conocida, diciendo “Chicos, somos Han y Seungmin” por lo tanto tendrían que dejarlos ingresar antes de recibir quejas de sus menores pesados.
―Esto queda pendiente, gatito.― dijo y se separó finalmente de Minho, que este no pudo evitar reír de la felicidad que le provocaba, por fin podría descansar. Aunque parezca sorprendente, Hyunjin sonrió tiernamente al ver a su mayor, era un niño pequeño en el cuerpo de un adulto.
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(N/A): Es mi primer intento de esta clase de historias, perdónenme si no es suficiente. 😿😿
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ㅤㅤ╰──➤ 𝘗𝘌𝘙𝘝𝘌𝘙𝘛 𝘋𝘖𝘕𝘎𝘚𝘈𝘌𝘕𝘎 ◍༉‧₊
Fanfictionㅤㅤㅤㅤ❛ one-shot ! ·﹆〻₎∖ ❀࿔₊° ㅤㅤ- ͙۪۪̥˚┊❛ Minho sólo quería descansar ㅤㅤdespués de un día agotador del ㅤㅤinstituto, mas se le haría imposible ㅤㅤya que su pequeño dongsaeng, que ㅤㅤlo conoce íntimamente, no lo ㅤㅤdejaría descansar así de fácil.❜┊˚ ͙۪۪̥...