*Koko*
Bajé del avión malhumorada; cargando mi equipaje, a pesar de que los sirvientes estaban dispuestos a llevar mis cosas no quise.
En cuanto bajé del avión ví a mi derecha
-Teniente... ¿Cuál es la misión de ho...?
-¿Como dice señorita?
Fue la pregunta del mayordomo a mi lado
-N-Nada... So-Solo olvidelo...
Fingí una sonrisa y caminé hasta la limusina blanca, estacionada justamente frente mío.Después de unos minutos llegamos, al fin, a Royal Academy.
El edificio era majestuoso, impotente e impresionante a la vez. Había leído que una vez había sido un castillo, pero la arquitectura de este era más hermosa de lo que creí.
Al llegar, me bajé junto con mis cosas, pero me las arrebataron de las manos los sirvientes de la Academia, únicamente tomé mi mochila antes de que me la quitasen.
Estaba caminando tranquilamente cuando de pronto sólo hubo oscuridad, mientras escuchaba una risilla de fondo.
-¡¿Qué Demonios?!
-Para amar...
-Se necesita Coraje...
Dije con lágrimas en los ojos mientras completaba la frase de aquella voz, que por fin había resuelto de quien era.
Me di la vuelta y ahí la ví, la princesa Elisa, mi mejor amiga y de quien esperaba ser Dama de Compañía
-Me asustaste Teñida
-Y yo no te encontraba Pitufina
Dijo ella con una tenue risa, era 3 años mayor físicamente, pero yo era hasta 5 años mayor intelectualmente.
Entre risas estuvimos hablando, hasta que tocamos el tema que menos queríamos, ya se nos habían acabado las opciones de platica
-Y... ¿Como te ha ido? Ya sabes... Con eso de los Atentados...
-B-Bueno pues... Bien... Han reducido un poco... Pero no tanto que digamos...
-Oh... Ya veo...
-Cambiemos de tema... ¡Te traje dulces!
Dije sonriente, mientras le avisaba que ya volvía, ya que iría por ellos, puesto que se habían quedado en la maleta
-¡No te pierdas!
Gritó Elisa a lo lejos, riendo
-Idiota...
Dije volteando a verla, pero cuando me voltee a ver el camino golpee con lo que supuse un poste, ya que era realmente grande.
-Ay...
Caí al suelo de espaldas, apoyándome con el brazo izquierdo mientras que con la mano derecha me tocaba la frente, en el lugar del golpe
-Lo siento... ¿Estas bien? Perdona, no ví por donde iba...
-S-Si, descuida estoy bien... Espera, ¿Los postes hablan?
Aclaré mi vista y ví una mano tendida frente a mi, y luego de ver bien, pude ver a un chico, realmente alto, y realmente guapo.
Me quedé congelada, viéndolo fijamente, como hipnotizada, su belleza era increíble, no lo podía creer.
-¿Segura de que estas bien? Es que... No te mueves...
-¿Oh? Ah, si, si.
Dije poniendome de pie rápidamente, ignorando sin querer su ayuda, pero resbalando hacia atrás sin querer
-Cuidado...
-¡Ah!
Su mano tomó mi brazo rápidamente, evitando que cayera de nuevo.
-G-Gracias...
Al verle la cara, me quedé impactada
-P-Principe A-Akihiko...
-Ese mismo...
Dije el chico, sonriendo.
-Hay no... Arruiné mi primera impresión... Y-Yo lo siento mucho...
Permanecí en silencio unos momentos, hasta que recobré la razón.
-Ah... Y-Yo... ¡Lo siento mucho...! ¡Le dije poste perdone!
Estaba nerviosa, muy nerviosa, rápidamente me incliné, mostrando respeto, mientras sentía como cambiaba de ser blanca a roja, me estaba poniendo como tomate, sólo me faltaban las ojitas verdes sobre la cabeza.*Akihiko*
Había llegado a Royal Academy, el vuelo desde Tokyo no había estado tan mal, a excepción de que mi prima me había acompañado en el avión, ya que haría conexión en el destino para ir a Berlín.
Bajé del avión cargando mis cosas, eran apenas tres maletas medianas y dos mochilas, una mas grande que otra, así que no fue tan difícil.
En cuanto bajé del Avión, ví frente a mi una hermosa limusina blanca, sin ningún rastro de suciedad.
Entré y tome asiento de manera callada, seguía sorprendido por que mis padres accedieran a enviarme a Royal Academy, a pesar de que insistí en quedarme para ayudarles y prepararme mejor para mi futuro.
Bajé sin mis cosas, ya que los sirvientes de la Academia las habían tomado, únicamente llevaba mi bolso en el hombro, del cual iba sacando dulces conforme caminaba y veía mi alrededor, hasta que sentí un golpe a mi derecha, al voltear a ver, pude ver una pequeña chica, en verdad pequeña, aunque con mi altura de 1,89 mts, cualquier persona sería pequeña para mí.
-Lo siento... ¿Estas bien? Perdona, no ví por donde iba...
-S-Si, descuida estoy bien... Espera, ¿Los postes hablan?
Dijo la chica confundida, mientras alzaba la cabeza y me veía fijamente, a la vez que tendía mi mano para ayudarle
-¿Segura de que estas bien? Es que... No te mueves...
-¿Oh? Ah, si, si.
La chica se puso de puso de pie rápidamente, ignorando sin querer, como supuse, mi ayuda, pero al ponerse de pie resbaló hacia atrás al instante
-Cuidado...
-¡Ah!
Tomé rápidamente su brazo, sería vergonzoso que cayera dos veces seguidas en menos de 1 minuto.
-G-Gracias...
Me vio la cara, y parecía que había visto a la misma Muerte
-P-Principe A-Akihiko...
Dijo ella, tartamudeando, impactada
-Ese mismo...
Respondí yo, sonriendo.
-Hay no... Arruiné mi primera impresión... Y-Yo lo siento mucho...
Permaneció en silencio unos momentos, hasta que lo rompió al volver a hablar.
-Ah... Y-Yo... ¡Lo siento mucho...! ¡Le dije poste perdone!
La chica estaba nerviosa, muy nerviosa, rápidamente se inclinó, como mostrando respeto, mientras veía como cambiaba de ser blanca a roja. Parecía un tomate, sólo le faltaban las ojitas verdes sobre la cabeza, por lo que no pude contener la risa.
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Royal Academy
RastgeleBienvenidos, a Royal Academy Una Academia especial para príncipes y princesas, futuros Reyes y Reinas, de todo el mundo ⚠️Esta historia es para mayores de 18 años, si te vale, entonces Bienvenido y que disfrutes de esta noble historia escrita por su...