En tu lugar.
Camelot, varias semanas antes...
Afilé mi cuchillo de acero forjado por tercera vez en la misma tarde. Otra tarde en los bosques de Arturo, otra vez solo. Suspiré mientras Roland caminaba hacia mí para mostrarme la liebre que habían cazado para la cena. Aunque realmente no hacía falta cazar era una forma de entretenimiento cuando no puedes ayudar en el evento principal. Últimamente solo podía escuchar en silencio lo que todos los demás hablaban. Me sentía un extraño entre todas esas personas que solían llamarme amigo o incluso motes más afectuosos.
Desde que llegamos a este desolado paraje hay un objetivo principal del que no parece que puedo ser participe. Del que prácticamente nadie lo es. Salvar a Emma Swan. Salvarla de la oscuridad que habita en ella. Una parte de mí se enfurece de solo recordarlo. Miró las ascuas del fuego frente a mí. Las chispas de mi piedra candente con la que afilo el cuchillo que algún día Marian me obsequió para tallar mis flechas. Marian. Hace tiempo que no pensaba en ella. Sé que es estúpido teniendo en cuenta los eventos de los últimos tiempos, pero hay días en los que pienso que tal vez estaría mejor si Zelena no la habría asesinado para tomar su sitio. Sonrió mirando a mi niño que es últimamente mi único consuelo. Salvar a Emma Swan. Aprieto los dientes y clavo mi cuchillo en la madera de roble. ¿Cómo puedo pasar de sentir consuelo a sentir odio en tan pocos segundos? Estos días me desconozco.
Emma Swan salvó al amor de mi vida, a mi amor verdadero, a Regina. Debería agradecerle por tener el coraje para hacer todo lo que yo no hice. Para soltar todo lo que la unía a su vida, sus padres, su hijo, Killian y arrojarse al huracán de oscuridad por la madre adoptiva de su Henry. Por la mujer que la destino a una vida de soledad, a vagar sin familia y sin amor. Por la mujer que debería aborrecer. Pero no, Emma Swan es demasiado honesta, valiente y generosa para pensar mal de las personas. Es demasiado noble para permitir que Regina se vuelque a su lado oscuro. Es demasiado.
Me rasco la cabeza tratando de serenarme. Me duele admitirlo, pero la envidié aquel día por ilógico que parezca. Su destino maldito habría sido el paraíso para mí. Yo debería haber salvado a Regina, no esa mujer. Pero no, ahí estaba completamente impotente. Incapaz de hacer nada heroico mientras las sombras devoraban a Emma y mientras la mirada de Regina cambiaba para siempre. Ella nunca volvió a mirarme igual desde ese momento, su único deseo es estar con Emma y salvarla. Podría ser una simple devolución de favores, pero no lo es. Yo lo sé y ellas lo saben por mucho que se empeñen en negarlo. En negarse a ello y en negármelo a mí. Por mucho que Regina me diga que ella quiere salvar a Emma porque es la madre de su hijo, porque se lo debe a Snow y Charming, porque se lo debe a Henry y a ella misma. Excusas, pálidas excusas para esconder lo que sus ojos dicen siempre que la miran. Lo que la mirada de Emma le responde. Puede que ellas no lo sepan todavía, pero un día, ayer o no sé cuándo, Regina me miraba a mí de esa forma. Me enferma pensar que pueda mirarla así, me enferma, ¡me enferma!
-Papá – la voz de mi hijo me sacude la ira – estás estropeando la flecha.
Bajo la vista y veo el destrozo que hice inconscientemente con el cuchillo – oh vaya, creo que la madera no es tan buena como esperaba – digo para disimular mientras me obligo a sonreír para el pequeño y lo veo recoger un tronco de roble del montón que yace a mi derecha.
-Toma papá – dice acercándolo – con esto podrás pillar a tu presa.
Asiento mientras el madero descansa en mis rodillas. Mi presa. Emma Swan es mi presa. Me agitó al recapacitar que he tenido ese pensamiento un segundo antes. Un pensamiento tan oscuro. Tan perverso. Tan propio del ser oscuro, de la actual y misma Emma Swan. Si, debe ser por eso que Regina ya no me mira de la misma manera. Debe ser por eso que ya no tiene tiempo para estar conmigo. Con su novio. Emma Swan y su maliciosa oscuridad deben estar acechándola. Induciéndola. La deben haber hechizado. Oh, esa perversa mujer. Siempre supe que no era tan desinteresada, que tendría que haber algo más. Ahora deja salir su verdadera naturaleza. Ser ruin. Debo salvar a Regina de sus garras.
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Paint it black (Swan Queen)
FanfictionResubido de otra plataforma. Todos regresan de Camelot sin saber que sucedió. Todos menos una persona. Swan Queen, evidentemente...