one shot

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Todo es oscuro, no recuerdo cómo he llegado aquí. Intento que mis ojos se acostumbren, pero no hay ni un mísero ápice de luz.

No sé dónde estoy, así que lentamente empiezo a gatear por el suelo, lo único que puedo ver es oscuridad, pero llego a notar que el suelo es liso, no tiene piedras. Creo que es de cemento, por lo tanto ha sido construido por el hombre lo cual creo que me da alguna ventaja.

Sigo moviéndome por el espacio, lentamente, cuando siento un tirón el mis pies. Llevo mis manos a los tobillos, y noto como unas cadenas de metal se sujetan a estos por un cierre de lo que parece piel. Intento forcejear para liberarme, pero al cabo de un rato desisto. Sé que es imposible.

Se me ocurre otra opción, y empiezo a seguís las cadenas, deseando encontrar una pared con la que poder guiarme a una salida. Pero cuando llego al inicio del que salen mis ataduras solo encuentro que están cogidas al suelo.

La habitación sigue en silencio, solo oigo mi respiración agitada, y el pulso acelerado.

No sé qué hago aquí, yo estaba tranquilamente en mi casa durmiendo cuando de repente me he despertado aquí. Por mi profesión tengo muchos enemigos, así que no se a que ni quien me enfrento esta vez.

No sé cuánto estaré aquí así que decido inspeccionar todo el lugar que las cadenas me permitan.

Llevo ya unos cuantos minutos gateando, creo que ya llevo la mitad del lugar hecho. Un paso, tras otro, tras otro y vuelta a empezar. He notado algo. Me acerco lo más que puedo y empiezo a palparlo, pero solo es una caja anclada al suelo, no me sirve. Desisto y me tumbo a esperar.

No sé cuánto tiempo ha pasado ¿minutos? ¿Horas? No tengo forma de averiguarlo. Ojala esto sea solo una pesadilla, pero eso de pellizcarme ya lo he probado, y no funciona. Ojala pudiera volver a mi casa con una máquina del tiempo, darle a un botón y que todo pasara, hacer marcha atrás de un salto, ese interruptor, un interruptor ¡UN INTERRUPTOR! Eso es la caja.

Busco frenéticamente la caja anclada al suelo. Cuando la encuentro empiezo a forcejear para ver si lo puedo abrir, al fin lo encuentro, una ranurita. Estiro primero flojo para no romperlo, y luego cada vez más fuerte así hasta que logró abrirlo.

Tocó suavemente lo que acaba de quedar al descubierto, se nota como un botón de los rojos de las películas, o eso creo. Me han secuestrado y sabe dios cuanto me tendrán aquí, así que lo más lógico es darle, pero también puede ser una trampa, creo que no hay muchos pros y contras para decidir.

Pulso el botón con fuerza.

Toda la estancia se ilumina. Mis ojos tardan en adaptarse a la luz, pero cuando lo hacen aprecio que toda la estancia está recubierta por espejos, el suelo es de un gris oscuro que disimula bastante las manchas de lo que espero no sea sangre, en una esquina hay un desagüe al que por culpa de las cadena no puedo llegar. No hay nada de color en la sala, y aprecio que mi ropa la han cambiado. Ahora llevo unos pantalones cortos y una camiseta negra. AL verme los pies noto el dolor de las ataduras y en los tobillos tengo moratones.

Miro a mi alrededor una y otra y otra vez, pero nada, no hay una sola salida.

-Hola, ¿hay alguien?- silencio

- ¡HOLA! ¡AYUDA!.- No hay ningún ruido.

Una luz roja sustituye a las anteriores y una fuerte sirena empieza a sonar. Es insoportable, me tiro al suelo y me tapo las orejas.

Empiezo a marearme del ruido y no sé qué hacer.

Uno de los espejos se abre dejando ver a una silueta borrosa que poco a poco va desapareciendo por la oscuridad que provocan mis párpados al cerrarse.

Sin salidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora