Día 3: Primeras veces.

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Kaminari recuerda todas sus primeras veces con Shinso, como si las hubiera vivido todas ayer, no deberían juzgarlo, después de todo está terriblemente enamorado y no puede evitar actuar como tal.

Recuerda el día que tuvieron su primera cita en un McDonald's, y él insistía en usar la cucaracha muerta que atrapó antes del «gran día» para no pagar la cuenta de las cinco hamburguesas que él solito se zampo, más las dos de Shinso y el refresco para ambos.

—Kaminari, deshazte de esa cosa —Shinso estaba al borde del colapso en su asiento y rojo de la vergüenza por la idea del otro.

—Lo haré, pero lo pondré dentro de la hamburguesa a medias que te sobró.

—¡Maldición, no! —susurró pero en realidad quería poder gritarle verdaderamente —. Ya te dije que pagaré yo, no tienes qué hacer eso.

—¡Oh, vamos! Nos ahorraremos dinero así.

—Kaminari.

—Shinso.

—Tírala en el basurero, no haremos eso.

—¡Vamos, será divertido!

—No. Además es asqueroso. Ya tírala.

—Le quitas la diversión a la vida, Shinso.

Al menos lo había convencido aquella vez, aunque Kaminari hasta la fecha sigue insistiendo en que salgan y empleen la estafa en algún restaurante, Shinso suele regañarlo con que esos no son actos de un héroe, escuchándose exactamente como Iida, para desgracia de Denki.

Aunque no pudo hacer de la suyas, Kaminari disfrutó mucho de su primera cita con su actual novio, principalmente porque a pesar de querer llevarlo a un restaurante tradicional, cambió de parecer cuando Kaminari le suplicó que comieran hamburguesas. Además Shinso se había mostrado como todo un galán, hasta le había abierto la puerta y le había corrido el asiento para sentarse, en cambio él, había llevado una cucaracha muerta en el bolsillo y le había salido refresco por la nariz, quizás no se comportó como debió haberlo hecho pero Shinso no se molestó ni lo trató de tonto, solo rieron juntos y pasaron la tarde divirtiéndose.

Luego siguieron los momentos en que por fin se animaban a tomarse de las manos, la primera vez vez que compartieron sus almuerzos, o cuando decidieron entrenar juntos, la primera vez que vieron una película en la habitación del otro, cuando Kaminari le pasó las canciones que le gustaba, y Shinso le mostró su colección de videojuegos, la primera vez que se desvelaron y durmieron juntos en una misma cama y aquel primer abrazo que les transmitió mucho más que un calor corporal.

Pero el recuerdo más significativo para Kaminari hasta el momento, es el primer beso que se dieron. Fue bochornoso, tonto pero cálido.

Fue durante una tarde de estudio —porque aparte de buen novio, Shinso también es buen compañero y lo ayuda con las tareas —, sucedió, Shinso se había inclinado hacia él y Kaminari entró en un trance por tenerlo tan cerca de su rostro, entonces, Shinso se inclinó aún más y lastimosamente a Denki se le había escapado una risa histérica y sin querer unas gotitas de saliva había ido a parar en el rostro de su guapo novio, cortando la inspiración.

—¡L-lo siento! ¡Me rio cuando me pongo nervioso! Y tú estabas tan cerca, y yo pensé que tú ibas a...

—¿Besarte? —completó Shinso, volviendo a su posición inicial.

—Pues... Sí.

—Eso planeaba, o al menos sí antes de que me lavaras la cara.

Kaminari por primera vez había reído para no llorar. Su rostro se volvió rojo de la vergüenza.

ShinKami Week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora