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Capítulo treinta y siete:

—¿Vas a decirme ya por qué estás tan alterada? Cariño, si es por lo del baile, te irá genial, yo se...

—Ellos lo saben, Colton. —lo interrumpí. —lo saben todo, nos tienen vigilados.

Su cara palideció al ver el sobre con todas esas fotos. Todas esparcidas sobre el piano.

Nuestra guarida era el salón de música.

—¿Cómo te entregaron el sobre?

—Por correo.

—Imbéciles... —se frotó el rostro con exasperación.

Lo que más me preocupaba era que no sabía que querían, no sabía absolutamente nada, ni mierda. No sabía cual era el propósito de estas mentes retorcidas, pero si querían vengar a Hope, temía que lo hicieran conmigo.

—Yo me encargaré de esto.

—No, ¿de que estás hablando Colton? —le arrebaté la idea de la boca con un jalón de brazo. —ni se te ocurra hacerlos enojar, ya sabes de lo que son capaces esos chicos.

—No nos harán nada, solo usan el psico-terror. Esperan asustarte y así sacar provecho de eso, una golpiza los pondrá en su lugar.

Sus ojos inyectados en furia se suavizaron cuando se unieron a los míos, ahora llenos de miedo.

—Unos cuantos golpes no los detendrá, hazme caso.

Lo vi reconsiderarlo, pero igual se mantuvo decidido.

—Déjame hacerme cargo.

Antes de que pudiera decir algo, mi teléfono vibró en mi bolsillo, así que bajo la mirada atenta del moreno lo desbloqueé.

"Espero que hayas disfrutado de mi regalo. Si, son bastante lindas las fotos. Te veo hoy a las 8pm en Central Park, en la laguna. No faltes ;)."

Ese mensaje hace que se me ponga la piel de gallina.

"Oh, y no le digas nada a tu hermanito, porque esta vez no cometeré el mismo error y no dudaré en partirle un brazo."

Ok, eso terminó por cagarme.

—Ni pienses que vas a ir. —el timbre suena, pero mi siguiente hora es libre y supongo que la de él también, porque no se mueve de su lugar.

—Esta es nuestra oportunidad de descubrir que quieren realmente, para al fin poder acabar con todo esto.

—¿Crees que después de más de un año jodiendo nuestra paciencia, se detendrán por una charla? ¡Es una trampa, Olivia! Tu eres el puto blanco, ellos te quieren a ti.

Me encojo en mi puesto por sus exclamaciones, se que está estresado y preocupado, pero detesto cuando grita.

Y se da cuenta.

Suspira y respira suavemente antes de acercarse a mi.

—Lo siento, ¿ok? Es solo que tengo miedo, a estos chicos no les importa hacer daño a su paso, y tú lo eres todo, no puedo dejar que te pase nada, Hope era la cosa más importante en la vida de Lukas y no se va a detener hasta vengarla. —susurró tomándome del rostro y acariciando su nariz con la mía. —además, prefiero que esos tíos me partan a hostias que enfrentarme a tu hermano si te pasa algo.

Suelto una pequeña risa antes de sentir sus labios sobre los míos.

Podemos ser pareja, podemos besarnos y mimarnos cuando queramos, pero eso no hace que me resulte más fácil calmar mis nervios, al contrario, se multiplican. Y me encantan.

—Puedo llevarte a tu casa en la salida y pasar un rato juntos antes de decidir que haremos con la reunión, ¿te parece?

—Está bien.

Solo espero que esta noche, nada salga mal.

***

Cuando ya es la ultima hora, me encargo de dejar todo listo con lo del comité del baile y me dirijo a la salida, donde me esperan Mika y Shawn.

Mis mejores amigos.

—Hola, pequeña presidenta. —ambos me abrazan por los hombros, pues son mucho más altos que yo.

—¿Qué estarás tramando para esa noche? —sonrío porque, a pesar de todo, son unos chicos muy apuestos, y me hacen sentir un tanto cohibida.

—Es una sorpresa.

Mika aleja sus manos de mi cuando Maddison, la muchacha del comité, pasa por nuestro lado.

Está guindado por ella desde que la vio en una de nuestras reuniones, y no ha parado de tratar de llamar su atención. Pero la chica siempre está muy ocupada en sacar buenas notas y en las nuevas temporadas de ropa de Vogue, que no se da cuenta de que mi amigo no para de babear a su alrededor.

—Tienes que ayudarme con ella, es perfecta. —la ve alejarse y subirse a su auto. Esa chica es una extraña combinación entre rubia tonta/nerd/feminista independiente.

—No prometo nada. —sonrío cuando veo a Colton llegar acompañado de Jayden y Sophie, pero mi vista es obstruida por una cabellera negra y ojos rasgados.

Oh si, Holly Miller.

Hace rato que no escuchaba su horrible voz.

—Olivia, que gusto verte. —sonríe con falsedad y disimuladamente me aparta del grupo. —necesito hablar contigo sobre el baile.

—Si, lo siento, pero justo estaba...

—Es obligatorio, como presidenta del comité estudiantil, debes satisfacer todas nuestras necesidades. —suspiro porque se que no se va a rendir y la escucho. Siento la mirada penetrante de Colton en mi nuca. —sólo quería notificarte que tú y yo seremos las encargadas de la decoración, hoy me lo han notificado. Normalmente siempre lo hago yo sola, pero este año me vendrá bien un poco de ayuda. Quizás debamos reunirnos esta semana para ver el presupuesto y reunir gente que nos ayude.

Veo su mirada de insuficiencia y justo me dan ganas de golpearla en la cara por ser tan hipócrita. Pero contesto con facilidad.

—Lo siento, pero no puedo reunirme por las tardes, estoy ocupada, todo que lo vayamos a hacer tendrá que ser en horarios escolares.

Me doy la vuelta y camino lo más lejos de ella posible, antes de que emita otra palabra. No me gusta su actitud.

Entro al auto de Colton, cuidando que nadie nos vea, y suspiro con fuerza.

—¿Qué quería?

—Molestar.

***

Llegamos a casa entre risas. Jayden y Sophie ya estaban por cumplir otro mes, y justo su fecha caía el día del baile escolar.

—No, no puedes ir vertido de copo de nieve, Jay. —abro la puerta entre risas, pero nuestros gritos fueron apaciguados por mis padres y un señor de canas, vestido con bermudas caqui.

Quien sea que sea este hombre, debe ser soltero si se viste así.

—Hola mamá, ¿quién es él?

Sonrío todavía recordando la conversación anterior, pero la voz de JJ resuena a mis espaldas con dureza.

—Es mi padre.

***

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23:15 [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora