T/N
Ya pasaron varios días desde que Gilgamesh se volvió mi servent, incluso algunas semanas. En el segundo día desperté en mi habitación, según él, no le gustaba saber que sus esclavos no estaban en buen estado. Supuse que simplemente que me recogió de la playa porque sentía pena. Odio que sientan pena por mí. Cuando hacen eso, tengo la impresión que pierdo mi dignidad. Otra precisión que lo dejó en mal humor aquella mañana fue el hecho que las interferencia jugaron en su contra. Son una semana siendo su esclava y nada más, él decide cuando empiezo. Se quedo algunas horas sin hablarme, aunque volvió a molestarme como lo hace siempre y adivinar cuál es su pasa tiempo preferido... por supuesto molestarme cuando ando ocupada. Sobre el incidente que paso en el instituto como previsto nadie supo que fui yo. Seguí con mi cotidiano, sin muchos cambios y no tenía la impresión de participar en una guerra. En la radio siempre hablaban de la misma cosa, accidentes que arrebatan la vida de algunos inocentes y de los asesinatos que cometo de vez en cuando. Paso la pagina del libro, que había robado en la biblioteca algunos días atrás. Trataba sobre los demonios y era realmente entretenido.
—niña, diviérteme.
—Sabes muy bien que ando ocupada.
Gilgamesh seguía con la actitud de siempre, incluso si hemos pasado más de una semana bajo el mismo techo. De hecho tenemos la costumbre de discutir al menos una vez al día, por alguna tontería, como por ejemolo quien hacia compra, porque incluso fuera de la batalla nos parecemos, somos unos perezosos. De vez en cuando terminaba tirándome del pelo o dándome una patada (que conseguía esquivar siempre), yo también solía meterle los dedos en los ojos o en la nariz cuando me sacaba de los nervios aun así nunca íbamos más lejos. También había días en que hablamos como dos personas civilizadas, incluso solíamos debatir sobre cosas interesantes. Es una de las razones de porqué no le he echado de mi casa, porque es con la única persona que puedo mantener discusiones realmente interesantes.
—¿Es una orden?
—Sí, hoy será tu primer día como esclava.
—¿Pero no puedes esperar a que termine el libro, pesado?
Gilgamesh se acerca, se acuesta sobre MI cama poniendo su cabeza sobre MI trasero.
—5 minutos esclava.
—¡Pero no es suficiente!
—1 minuto entonces.
—30 minutos.
—30 segundos.
Suspiro fuertemente, memorizo la página del libro y me aparto un poco para levantarme. Cruzo mis brazos y le lanzo una mirada asesina.
—Y bien ¿qué quieres hacer?
—Me encanta cuando me miras así, me dan ganas de hacerte trocitos.—me dice lanzándome otra mirada asesina, acompañada con una sonrisa sarcástica.
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Fate: Rojo Carmesi [Gilgamesh x Tu] |Toma 1|
Ficción históricaEntras en una iglesia por curiosidad y te das cuenta que eres la elegida para participar a la guerra del santo grial! Pero no con cualquier servent si no con el mismisimo Gilgamesh, un rey arrogante y orgulloso. Como terminara toda esta locura? Gana...