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Asriel.

La voz de la castaña resonó en su mente y de un gruñido se levantó, tomando del cabello a su hermana en cuanto la pudo ver. Esta no se inmutó.

—Asriel, Toriel nos está hablando.

—Que no moleste, entonces.

—Por favor, nos está llamando. Nos va a castigar si no estamos ahí pronto —un pesado suspiro se le escapó.

El de cabellos blancos se recostó tras soltarla. Esto no vale la pena, se dijo a sí mismo.

—¡Vamos, Asriel!

Un solo intento de jalarlo provocó que terminara tirada en el suelo, con su mano cubriendo su mejilla roja.

—¿Ya te quedó claro? —cuestionó, viéndola ahí echada. Su ceño fruncido era notorio, Chara asintió por el mismo. Su hermano era muy distinto cuando estaba de mal humor.

—Sí, le diré.

—Sí, Paps, perdón pero tengo que irme —la de ojos cerrados se disculpó, tomando sus planos y sus cosas importantes de la mesa

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—Sí, Paps, perdón pero tengo que irme —la de ojos cerrados se disculpó, tomando sus planos y sus cosas importantes de la mesa. Ambos desayunaron juntos, y Frisk no le quitó la mirada de encima al más alto en ningún momento.

—Nyeh, está bien —Papyrus se levantó en un berrinche y se le acercó, queriendo ayudar para que su amiga no cargara tanto.

—No, gracias. Mi carro está cerca, puedo llevarlas yo —le dio una sonrisa y tras tomar sus cosas salió corriendo del lugar.

Papyrus soltó un bufido, cambiando su expresión aniñada a una más seria. Comienza a creer que Frisk intenta dejar de ser su marioneta. Debe evitar eso a toda costa.

Mientras tanto, Frisk mantuvo la mirada en alto tras salir del local. No quiere creer que Papyrus ha sido su enemigo todo este tiempo. Conoce a ese chico desde hace siete años, no es posible que esto pueda estar pasando.

¿Alguna historia oculta? ¿Necesita dinero? ¿Por qué es un espía?

¿O acaso tiene otra razón para acabar con sus planos, quizás está cerca de la verdad?

Son preguntas sueltas, necesita las respuestas rápido. En cualquier momento pueden alcanzarla, podrían destruir todo lo que lleva planeando en todos esos años.

Y no puede permitir eso.

Comienza a pensar en todo lo que pudo haber vivido junto con Chara. En todo lo que ha avanzado por su cuenta, en todo lo que ha soportado.

Amenazas de detectives, acosos con la intención de detenerla, un intento de secuestro… Pero ella sí esperó de todo y salió ilesa.

Si salió ilesa de eso entonces puede estar preparada para lo demás, para el momento en el que pueda volver a abrazar a su prima y gritarle al mundo entero que ella tenía razón, y que gracias a su determinación uno de sus familiares está a salvo.

¿Volverá a ver a su prima? No lo sabe, no necesita saberlo antes de tiempo. No perderá su convicción para lograr todo esto, y no va a abandonar sus investigaciones.

A veces dudó de en verdad hacer esto por Chara, una chica que amaba las actuaciones con su alma y que adoraba pasar tiempo con ella. Pero ese tiempo no era mucho.

¿Y por qué?

Porque Frisk no sabe la historia detrás de los Dreemurr. Frisk no puede explicar lo que no sabe.

Frisk suspiró, la pesadez en su rostro era tan visible que su madre no pudo evitar acercarse

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Frisk suspiró, la pesadez en su rostro era tan visible que su madre no pudo evitar acercarse.

Su hija lleva una carga muy pesada, una que no tiene por qué llevar.

—Cariño, ¿por qué no descansas? —le dio una pequeña sonrisa—. Tu padre hizo té, creemos que eso podría relajarte. Hicimos los postres que más te gustan, eso puede hacerte bien.

Pero la frustración en el rostro de la castaña no desapareció. En su lugar pareció aumentar más.

—Mamá, te dije que solo regresaría si era una emergencia. Es una emergencia, no te atrevas a ofrecerme algo relajante cuando llego por algo importante.

La mujer exhaló, viendo hacia el suelo con tristeza. Y asintió. Nuevamente dejó a su hija marcharse así de rápido como llegó.

Su mirada quedó en los papeles que su primogénita dejó regados por el suelo antes de ir por algo de beber. Los tomó, y recordando lo dicho los tomó con enojo.

—Frisk, tienes prohibido salir.

—¿Disculpa?

La castaña quedó atónita.

—No puedes prohibirme salir, lo que descubrí es algo importante. Necesito decirle esto a la policía —insistió con el ceño fruncido. Entre empujones intenta quitarle el mapa hecho rollo de las manos a su madre.

—Ya basta, Frisk. Tu vida entera no puede basarse en esto, entiéndelo. Por favor comprende que tu padre y yo estamos preocupados, ni siquiera has pensado en eso —su mirada entristecida provocó un bufido en la menor, quien tras un golpe certero dejó inconsciente a su madre.

—No tienes poder sobre mí, menos cuando me dijiste que debía rendirme —murmuró tras soltar el jarrón que tenía en manos.

Los trozos rotos quedaron en el suelo y la sangre no tardó en hacer un charco sobre la cabeza de su madre.

Pero Frisk ya se había ido.

Sister [Chara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora