Lisa 22

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Sintió pánico al ser arrastrada al tope de esa mesa, siendo el centro de atención de al menos toda la escuela, sin embargo solo se abstuvo a sonreír y asentir a lo que decía su compañero al lado.

Luego de que aquella ronda de festejo terminara, bajaron de la mesa para comenzar usarla apropiadamente; a los chicos recientemente protagonistas se les notaba emocionados y con ansias de hablar lo que tenían planeado, a su vez trataba de analizar la situación con el reciente comentario de sus amigas, no se sentía intimidada por la presencia de Bambam, o al menos eso quería creer pues no sabia si los nervios que sentía eran por haberse parado frente a toda la escuela o por su cercanía hacia el rubio.

—Así que una fiesta señor Wang.— Sonrió Jennie.

—Protocolo de bienvenida, señorita Kim.

Se sentía cómoda junto a la presciencia de Bambam, no entendía porque su mente comenzó a dudar desde que sus amigas tocaron un tema que pensó tener enterrado.

—Y por su puesto que ustedes princesas están invitadas.—se sentó junto a ella pasando un brazo por sus hombros. Por primera vez en mas de 10 años se sentía nerviosa de aquel tacto, o al menos eso asimiló por la rapidez del momento, pues su pensamiento más importante era como harían una fiesta en un apartamento tan pequeño.—Si Lalisa, haré la fiesta en otro sitio.

Abrió sus ojos al escuchar esa afirmación, era como si estuviera leyendo su mente.

—¡Fue un accidente!—Escucharon por detrás un tono de voz fuerte.

—¿¡Accidente?! Esa es la buena madera.

—Vi-vinieron defectuosos.— al voltear era Taehyung saliendo de la cafetería intentando guardar varias cosas a la vez en su bolso, y detrás de él, apenas se había levantado de su mesa era Jungkook quien sostenía un palillo por la mitad.

No tenía idea de lo que había pasado con ellos, pero esa escena le sacó una risita.

En la tarde, Lisa se colocó lo que pensó que sería su mejor ropa y se preparó para la cita que había confirmado que iba a tener, se sentía nerviosa, y así llegó a lo que sería el parque más cercano de su casa, fuera de una pequeña tienda de provisiones decidió esperar viendo su celular.

Y así pasó una hora desde la hora que dictaba el papel, el cual sacaba cada 15 minutos para comprobar que había leído bien. Este proceso se repitió hasta llegar a las dos horas de espera, y estaba decidida a no esperar más, sin embargo una llamada entra a su teléfono.

...Y hablando del rey de roma.

—¿Qué quieres?

—Lis, algo surgió y...— lo interrumpió.

—Está bien.—Colgó sin escuchar más nada. Todo esto era demasiado irritante.

Tomo su pequeño bolso y se levantó bruscamente de la silla, al voltearse para poder irse chocó su mirada con alguien quien estaba invadiendo espacio personal, del susto solo pudo cerrar sus ojos lanzándole su puño cerrando esperando golpear a aquel pervertido.

—Perdón Jungkook, no sabía que eras tu.—Este levantó una ceja con el unico ojo que no tenia un hielo encima.

—Sabes que si me rompiste algo vas a pagar la cirugía ¿no?

—Lo siento.—Desde su silla reverenció.—Pero... ¿que hacías aquí?

—Iba de camino a mi casa, venia de Taekwondo.—Se sentía apenada al ver como acomodaba la bolsa de hielo sobre su ojo.—Pensé haberte visto, y vaya que si eras tu.

—lo sient-.—Antes de terminar este hizo un quejido.

—¿Por qué te disculpas tanto?—Este se levantó y caminó al menos tres pasos antes de detenerse.—¿Que esperas?

Rápidamente se adicionó a su marcha, la cual no fue lejos pues entraron a la misma tienda. Dieron al menos cinco vueltas en círculos en las cuales el castaño iba a agarrando cosas pequeñas.

—¿Que estamos haciendo?—Este se detuvo en seco, y sintió como tomó su mentón para dirigirla a lo que sería la caja registradora.

—¿Querías clases de coqueteo? Solo observa.

Al parecer había un chico en la caja registradora intentando conquistar a la guapa chica que atendía la tienda, su maquillaje lucía intacto, y su cabello parecía recién salido de un salón de belleza, inconscientemente tocó su cabello, sintiéndolo seco y por alguna razón ahora lo sentía sucio.

—Excelente, falló, mira y aprende.—Este apresuró su paso hasta la caja, al momento de ver al otro chico alejarse, no sabía que debía anotar mentalmente o no, así que se acercó a su lado para escuchar la conversación.

—Me halagas con todo lo que dices.—Decía la chica.—Ojalá mi novio me dijera ese tipo de cosas, te parecería si algún día...

Su teléfono sonó.—Te veo después, ella paga.—La señaló antes de salir.

—¡Pero yo..!—Era inútil gritar, ya había salido de la tienda.—Este chico está probando mi pasciencia.

—Son 86.000₩.—Su tono de voz era áspero hacia ella.

—¡¿86.000?!—Sin más que hacer sacó su billetera y sacó los últimos billetes que quedaban en ella, entregándolos con todo el dolor del mundo.

Una vez con los productos en una bolsa salió hacía donde estaba el castaño y colocó la bolsa con fastidio en la mesa, este simplemente comenzó a buscar dentro y sacó un pequeño yogurt y un triángulo de arroz.

—¿No vas a querer?—Señaló el otro, esta negó. La manera en la que comía es como si se estuviera muriendo de hambre, para estar en una escuela de millonarios parecía no tener modales.

Ya hasta el silencio se sentía incómodo, intentaba mirar a otro lado mientras cruzaba sus brazos, pero el hecho de tener al chico al lado atragantándose con toda la comida que compró no era lindo.

—¿Qué clase de coqueteo fue eso?—Por mas que intentará analizar la reciente situación no entendía como una chica con pareja había caído a los pies del castaño.

—¿Por qué?¿Celosa?—Se acercó hasta ella con una expresión curiosa, sin embargo esta colocó su mano completa en su rostro para alejarlo mientras soltaba su quejido de fastidio.

Heartbeat »Lizkook«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora