Capítulo 40

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Theo se levanta de la cama tan rápido como puede y comienza a vestirse, su sonrisa a desaparecido y ahora tiene un semblante serio y angustioso, yo me quedo junto al marco de la puerta, los dos hombres están estáticos en su lugar, contemplando la escena, cuando por fin termina de vestirse, se aclara la garganta y me da la impresión de que se ha sonrojado por estar siendo observado.

—Caballeros, ¿les importaría darle a la señorita y a mí un poco de espacio? —pregunta en un tono autoritario. Los hombres asienten con una pequeña reverencia y se apresuran a salir de la habitación. Theo no tarda mucho en cruzar la habitación y llegar a mi lado—. Es una pena que tenga que irme, me hubiera gustado tomar el desayuno contigo —confiesa en un tono desilusionado. Me encojo de hombros.

—Descuida, has escuchado a tus guardias, es una emergencia —digo colocando mis manos sobre su pecho, no sé si está nervioso o sorprendido por lo sucedido porque los latidos de su corazón son fuertes—. Es mejor que atiendas esa emergencia, nosotros podemos desayunar juntos, cualquier día de la semana.

Intenta poner una sonrisa.

—Voy a buscarte en cuanto solucione esta situación —se inclina para darme un casto beso y salir de la habitación, me toma unos segundos acompañarle.

Los hombres yacen estáticos en su lugar y tengo que admitir que es sorprendente que no muevan ningún músculo y mantengan el mismo semblante todo el tiempo, es como si no existiese emociones en ellos.

***

Me presento por la tarde en el trabajo, después de que Theo se fue, decidí dormir un rato más, pues estaba cansada. Friedrich es quien se encuentra como suplente en mi lugar, el chico suspira de alivio al verme entrar por las puertas del hotel.

—Gracias a Dios que estás aquí, iba a morir, no sirvo en este puesto que tienes —se queja con suma exageración que me causa gracia.

—Gracias por ocupar mi puesto Friedrich, puedes irte ahora —le digo y apresura a salirse del mostrador—. ¿Alguna novedad? —pregunto revisando que mis cosas estén en orden, por suerte, el chico no ha tocado nada.

—Hay tres huéspedes más registrados, la señora Müller ha vuelto e insoportable como siempre —rueda los ojos para demostrar irritación, cosa que me causa gracia—. Y los pedidos que encargaron la semana pasada sobre el nuevo repartidor de verduras ya llegaron.

Asiento repasando todo. No hay de qué preocuparse, todo suena en orden. No conversamos mucho, ya que Friedrich tiene cosas que hacer, me siento sobre mi lugar y comienzo a organizar mis papeles y algunos formatos nuevos que tengo en la computadora. Media hora más tarde, el fuerte sonido del periódico golpeando mi escritorio hace que me sobresalte.

—Tienes que leerlo —me exige Cassidy con una seña de cabeza hacia el periódico que ha lanzado, frunzo el ceño con incertidumbre, mi amiga no suele leer el periódico seguido y tampoco yo, aun así, lo tomo. Como portada principal aparece el título de "REVUELO EN EL REINO" y una imagen de muy mala calidad sobre Theo y Nate, es la escena de ellos dos, golpeándose en el suelo, levanto la mirada hacia Cassidy y ella me incita a leer, aun indecisa, leo la nota.

The Eliasson's Journal

Anoche en el palacio real de Alemania, hemos presenciado un revuelo, una fuente cercana nos ha proporcionado un par de imágenes que dejaron a todos con la boca abierta. El príncipe y futuro rey de Alemania, Theodore Altenberg se vio envuelto en un enfrentamiento con su primo, el príncipe Nathaniel Brandt de Liechtenstein, se dice que esto ha surgido gracias a una chica con la que el príncipe Nathaniel ha estado saliendo y del cual, el príncipe Theodore ha sentido gran envidia debido a que ha tenido algo en un pasado con esta misteriosa mujer, se dice que ella ha sido quien ha jugado con los sentimientos de estos dos príncipes, sobre todo con el del futuro rey de Alemania, ya que su primo ha metido la pata y echado en cara que fue engañado, sin embargo, no creemos que la cosa sea así, más bien, la chica ha jugado con los sentimientos de ambos príncipes, a continuación, les contaremos la historia que la preciosa y encantadora princesa Dorothea de Dinamarca se ha molestado en contar.

Un príncipe peculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora