Redención

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Comentario al margen: he sacado la mitad de las "bromas" de Hades porque más que "Paint it, black" parecía mi anterior fic "El poder de la daga" XD Espero que el personaje no se sienta muy fuera de sitio, hay que leerlo con la mente abierta.

Redención.

La mano en mi hombro me impulsó a ponerme de pie. Ni bien lo estuve empujé a Killian con enfado – ¡Suéltame, Jones! – exclamé acaloradamente. Pero él no se alejó y me retuvo más fuertemente.

-Solo hasta que me prometas que no harás una tontería – me advirtió – sé que estas dolida, pero no hagas que el sacrificio de Emma sea en vano.

-¿Tú qué sabrás de dolor? – solté con aprensión. Estaba  enfadada, terriblemente herida, pero antes que todo estaba abatida. Vacía.

El pirata meneó la cabeza con disgusto y con desánimo – puede que no lo mismo que tú, pero no me es indiferente – me reveló haciéndome sentir culpable de mi agresividad.

-¿Mamá? – Henry rodeó a todos y se estrechó contra mí. Le di un beso en la frente sin ninguna dificultad ya que mi hijo, mío y de Emma, había crecido mucho desde la primera vez que ella y yo nos vimos. No vi su rostro pero supe que estaba llorando, otra vez se quedaba huérfano. Otra vez le arrebataban algo importante de su vida - ¿de verdad Emma....? – fue incapaz de terminar la frase - ¿crees que ella sufrió? – susurró para nosotros dos con inquietud.

-No lo creo – dije y el dios que todo lo sabe aparentemente todo lo oye también confirmó mis palabras, no supe si con la verdad o solo por conceder algo de consuelo al hijo de la mujer que acababa de perder la vida.

-No te preocupes, chico listo – dijo tranquilamente – ni siquiera se dio cuenta, sucedió muy de prisa - Pero lejos de consolarle aquello consiguió que Henry se hundiera un poco más.

Alrededor todo era pena. Cobijé a Snow que se lanzó a mis brazos como si yo fuera su único consuelo. Charming estaba sentado en el suelo volcánico con la mirada perdida y demasiado para lidiar por sí mismo. Pensé que era irónico que a esta pobre mujer ni siquiera se le permitirá contrariarse por lo que a Emma y a mí nos había empezado a suceder, esta relación de amor que había nacido entre las dos. No tuvo tiempo de asimilarlo y enojarse, ahora tenía que lidiar con la muerte de Emma. Ese pensamiento me hizo llorar puerilmente. Lo irónico es que ni siquiera pudimos pensar en prepararnos para una vida juntas. No habría nunca una primera cita, ni una primera cena en casa, ni un paseo bajo la luna. No habría una primera noche juntas, ni despertar abrazadas. Emma estaba muerta, había desaparecido. Iba rumbo a cristalizarse en un recuerdo para mí, para su hijo, para sus padres, para sus amigos, para Storybrooke. La salvadora había muerto. No puede ser, no quiero solo tener que recordarla, no quiero encontrarme un día sin poder recordar su voz o su manera de sonreír. No quiero. Me niego. Lo grité por dentro y por fuera solo fue un lamento seguido de un millar de lágrimas.

De repente, y como si no se nos permitiera nunca descansar, Killian dio un bufido de alarma – maldita cosa estúpida – clamó mirando hacia arriba – todo esto es tu culpa en primer lugar – le recriminó a la maraña de sombras que había escapado de Emma antes de que muriera y se cernía sobre nosotros buscando un nuevo portador.

-No, no otra vez – se quejó Charming y mi hijo se colocó delante de mí por si la oscuridad lo reintentaba pero yo estaba segura que el nuevo portador era algo evidente a estas alturas, Rumpelstinskin estaba allí mirando a su vieja amiga abiertamente con una sonrisa animada. Las sombras giraron buscando a su viejo portador, pero a último momento cambiaron de dirección y se situaron sobre cerbero. En realidad, sobre Robín que estaba aún debajo de él.

Paint it black (Swan Queen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora